La ONU premió a una cátedra de la UNLP por su aporte a la crisis poblacional

La asignatura Hábitat Popular: Problemas, Políticas y Gestión de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata recibió el Bronce en el premio ONU-Hábitat, un prestigioso reconocimiento en materia de vi­vienda y hábitat, organizado por la institución World Habitat, que tiene la misión de proporcionar viviendas de buena calidad a personas de bajos ingresos.

La cátedra, de la casa de estudios ubicada en calle 47 y 117, es parte de la Red Universitaria Latinoamericana de Cátedras de Vivienda y Hábitat (Ulacav), que trabaja en la promoción de un nuevo enfoque de la formación profesional para abordar los complejos problemas de vivienda y hábitat, y que contribuyen a la superación de la emergencia habitacional en la región, donde millones de personas viven en asentamientos informales en permanente crecimiento.

Vale aclarar que la Red está integrada por casi 80 espacios formativos universitarios de 8 países latinoamericanos, que pertenecen a diversas disciplinas de las ciencias sociales y saberes técnicos de planificación territorial.

El arquitecto Guillermo Curtit explicó que “Hábitat Popular es coordinada por el equipo docente con la colaboración de un grupo de arquitectos y profesionales de diferentes disciplinas, referentes de organizaciones sociales, funcionarios públicos y vecinos, en un espacio pedagógico que integra experiencias barriales, de gestión, de organización popular y aportes teóricos conceptuales referidos a las actuales disputas por el territorio y las dificultades de acceso al hábitat digno”.

Además de Curtit, de la propuesta también participaron los arquitectos Alejandra Sgroi, Olaf Jovanovich y un equipo de colaboradores que en los diferentes ciclos fue integrado por Martín Lara, José Breide, Noelia Hernández, Miriam Ávila, Eugenia Durante, Soledad del Cueto, Irene Bilmes y Andrea Di Croce Garay.

La materia propone a los estudiantes comprender los procesos complejos que originan las pro­blemáticas del hábitat popular y abordar sus posibilidades de in­tervención para construir ciudades más justas, considerando el

rol del Estado, el protagonismo activo de la sociedad y el compromiso éticoprofesional del arquitecto frente a los problemas del hábitat.

“La potencia didáctica de vincular el ámbito académico con la realidad concreta y situada del hábitat/habitar resulta fundamental, porque implica análisis crítico y toma de posiciones. Conocer las historias y necesidades en primera persona y reflexionar en conjunto rompe estereotipos, desarma prejuicios y nos compromete con la transformación hacia ciudades y territorios, al menos, un poco más justos”, completó Curtit.