INSEGURIDAD PLATENSE

La Plata tierra de nadie: crece la ola de inseguridad

La ciudad de La Plata atraviesa un momento crítico en materia de seguridad. Cada semana se multiplican los casos de robos y violencia, mientras las estadísticas oficiales brillan por su ausencia. La situación ha generado un clima de tensión creciente, con vecinos que, cansados de esperar respuestas, deciden movilizarse y hacer oír su voz.

Uno de los hechos que marcó un punto de inflexión fue el caso de Kim Gómez, una niña de siete años que el pasado 25 de febrero fue arrastrada por varias cuadras tras el robo de un auto por parte de dos adolescentes en 72 y 24. La conmoción fue inmediata y derivó en una marcha a Plaza Moreno que rápidamente escaló en una pueblada contra el Palacio Municipal, con disturbios, destrozos y detenidos.

Desde entonces, la inseguridad dejó de ser solo un dato de la crónica policial para convertirse en el eje de múltiples protestas. El pasado 12 de marzo, familiares de Kim encabezaron una multitudinaria manifestación frente a la Gobernación bonaerense, donde entregaron un petitorio al gobernador Axel Kicillof.

En este contexto, los vecinos de la localidad de Abasto convocaron a una nueva reunión este viernes a las 20 horas en el Quincho Los Abuelos (calle 519 entre 210 y 211), a la que invitaron especialmente a autoridades de seguridad para escuchar sus demandas de forma directa.

Una de las voces más resonantes del reclamo es Nancy Ramírez, fundadora de la ONG Madres del Dolor e inspectora vial. Desde hace más de una década acompaña a familiares de víctimas de hechos violentos. Para Ramírez, lo que ocurre hoy en La Plata “es el resultado de años de abandono y falta de decisión política”. En diálogo con diario Hoy, expresó: “La inseguridad viene creciendo sin freno. En el centro se roba todos los días, y hay zonas liberadas que todo el mundo conoce”.

La inspectora denunció además falencias graves en el funcionamiento de los operativos municipales: “El personal de los patrulleros no está capacitado. Muchos me consultan cómo deben actuar porque no recibieron formación. Son choferes convocados por contactos políticos”. A esto se suma la falta de coordinación interna: “Seguridad y Tránsito compiten entre sí, se pisan los procedimientos, y no hay trabajo en equipo”.

RESPUESTA MUNICIPAL??

Frente al malestar social, las respuestas institucionales han sido débiles. El intendente Julio Alak anunció la incorporación de 1.200 cámaras de seguridad, mientras que desde Provincia se transfirieron $170.000 millones del Fondo de Fortalecimiento de la Seguridad, con los que se compraron móviles y equipamiento. Sin embargo, los vecinos insisten en que las medidas son insuficientes y que la violencia sigue en aumento.

La desilusión también se hizo sentir en el plano político: Alak dedicó menos de cinco minutos al tema seguridad en su último discurso ante el Concejo Deliberante, y su secretario de Seguridad, Diego Pepe, intentó evitar una interpelación. Cuando finalmente asistió, admitió que “la situación es crítica”.

La sensación generalizada es que La Plata está abandonada a su suerte. Las movilizaciones vecinales, que crecen en número e intensidad, muestran una ciudadanía organizada que exige con firmeza lo que considera un derecho básico: poder vivir sin miedo.