En Olmos
Mujeres campesinas organizan un refugio para compañeras en situación de violencia
Son un grupo de mujeres nucleadas en la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) platense, quienes levantan el refugio en una casa semiderruida cedida por la organización, en la localidad de Lisandro Olmos.
Mujeres campesinas de la zona hortícola de Lisandro Olmos trabajan en el armado de un refugio transitorio para mujeres en situación de violencia, a quienes además de darles esa protección prevén ofrecerles una capacitación laboral para que no se vean obligadas a volver con su agresor ante la falta de medios para subsistir.
Se trata de un grupo de mujeres nucleadas en la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) de La Plata quienes trabajan en levantar un refugio en una casa semiderruida cedida por la organización, donde ya colocaron un techo nuevo, están rasqueteando y pintando las paredes del interior y colocaron los cimientos de los baños que construirán próximamente.
Así lo contó María Carolina Rodríguez, referente a nivel nacional de Género de la UTT La Plata, quien en sus 40 años de vida sufrió la violencia machista en todas sus formas: la física, la psicológica, la económica, la simbólica y hoy trabaja para ayudar a las mujeres en situación de violencia a buscar una nueva vida.
"Hace 5 años me integré a la UTT y comencé a trabajar en la zona hortícola de La Plata al ver el montón de violencia que sufrían las compañeras y la falta de políticas públicas en el campo", dijo Carolina, con voz pausada y una lejana tonada de su Jujuy natal.
Recordó que las trabajadoras iban a cosechar tomates con sus hijos a cuestas y explicaban que "en el jardín (de infantes) no nos lo quieren recibir, nos dicen que no hay lugar, pero si va una mujer rubia con hijos resulta que para ella sí hay lugar".
"Así que desde la UTT comenzamos a armar un jardincito, que funciona en la calle 44 y 203 para los niños de las compañeras, donde además se les da comida saludable, todo producto de la agroecología que aplicamos", explicó.
Además, contó que "hacía talleres de género y veíamos que muchas mujeres, a las 2 o 3 jornadas de taller, se nos acercaban y nos decían que se habían dado cuenta que sus maridos las violentaban y que querían denunciar".
"Nosotros acompañamos a la mujer a hacer la denuncia, porque si va sola en la comisaría no le toman la denuncia, en cambio si va con una Promotora de Género sí", remarcó.
Carolina dijo que "para que esa mujer saliera de esa violencia la llevaba a mi casa a dormir, porque no teníamos un lugar donde pudiera quedarse y ahí nos dimos cuenta que hacía falta un refugio y hace tres meses que estoy a cargo del armado de ese Refugio".
Destacó que en ese hogar la mujer contará con un lugar donde estará protegida y se irá con una herramienta para armar un proyecto de vida. Y es que ella también estuvo envuelta en círculos de violencia de los que parecía casi imposible salir.
"Vengo de un pueblo del norte argentino, de la localidad de Puesto Viejo, en Jujuy. Mi mamá murió de cáncer de matriz cuando yo era bebé, me criaron mis abuelos y, cuando un tío abusó de mi a los 14 años, me fui de ahí", recordó con pena y agregó que "por escapar de esos golpes y abusos, terminé a los 15 años teniendo un hijo de mi novio".
Al quedar sola con su niño, decidió viajar a La Plata, donde conoció a un hombre mayor que ella, "con el que me junté y fui floricultora del cordón florihortícola de La Plata". Pero el hombre era violento, machista y Carolina se encontró "pariendo un hijo todos los años".
"Un día decidí separarme", dijo, pero destacó que "en esa época, hace 15 años, separarse era mala palabra en el campo, todos pensaban ´se separó porque es una puta, se fue con un macho´ y me cerraron todas las puertas".
Más tarde, Carolina conoció a otro hombre con el que tuvo una bebé pero pronto descubrió que era alcohólico.
"Yo lo iba a buscar donde estaba tomando con sus amigotes y me corría tirándome piedras: ´Andate puta´. Y un día la hija que tuve con él me dijo ´No vayamos más a buscarlo, papá nos corre´ y ahí me di cuenta que ella con 6 años ya se daba cuenta que nos estaba violentando; y me separé", relató.
En el 2015, Carolina se integró a la UTT La Plata y como ella misma expresó: "Ahora, después de 5 años de trabajar en género, de tratar de cambiar el modelo de machismo en el campo, siento que me valoro yo misma".
La mujer, que vive con sus 6 hijos en la zona hortícola de Colonia Urquiza donde cultiva verduras de hoja, está entusiasmada con el Refugio Transitorio para Mujeres, que se está armando en un predio de la UTT en las calles 197 y 36, en la localidad de Lisandro Olmos.
"En el tiempo que estén en el refugio la idea es que se capaciten, que aprendan un microemprendimiento para que puedan tener su dinero y así esa mujer va a poder pensar qué quiere hacer con su vida", destacó.
Las jornadas de pintura, revoque y cimientos, en las que participan decenas de campesinas, se intercalan con jornadas de talleres de Género, Cocina, Agroecología, mermeladas, conservas, plantas medicinales y tintura madre; y a futuro se sumará tejido, adelantó.
"Las compañeras dicen `Vamos al refugio´ y les cambia la mirada, es hermoso tener un espacio para nosotras", aseguró y remarcó que el hogar evitará que "una compañera tenga que volver con su pareja violenta porque no tiene dónde ir".
"Esa compañera tendrá una espacio donde estar y capacitarse, para que cuando se vaya pueda salir adelante, porque yo les aseguro que se puede salir", dijo rotunda.