Entrevista
Adriana Varela: “Nunca ensayo antes de un show”
Con la reapertura paulatina, “La Gata” vuelve a los escenarios para hacer lo que mejor sabe, que es “cantar el tango como ninguna”.
Dueña de una voz increible y una actitud que enfrenta todos los desafíos, Adriana “La Gata” Varela se convirtió en una cantante noble del género nacional por excelencia como lo es el tango. Además, fue apadrinada por “El Polaco” Goyeneche y así entró por la puerta grande a un universo que solo estaba destinado para los hombres.
A paso fuerte, logró construir su propio camino y hoy es una estrella de la canción mundial. Además recorrió el universo como referente de la Argentina y tiene en su haber más de una decena de discos. En la actualidad, grabó un álbum de versiones contemporáneas, se prepara para producir otro material y vuelve al ruedo con un show que dará el 21 de agosto, a las 21:30, en el Teatro Metro, calle 4 número 978.
—Tenés una trayectoria consolidada, con esta apertura paulatina podés volver a los escenarios. En este contexto, volvés al ruedo, no ensayás antes de los conciertos, ¿a qué se debe esta decisión?
—Nunca ensayo antes de un show. Me gusta esa situación de vértigo, tipo improvisación jazzera. Eso lo puedo hacer con mi trío o con mi pianista, porque nos conocemos mucho y porque son tremendos músicos. Si tengo que cantar con una orquesta, entonces ensayo, pero poquito. Cuando grabo un disco y tiene temas que canto por primera vez o simplemente nunca canté, entonces los ensayo un poco en casa con mis músicos. Pero no soy una obsesiva en eso, porque en el disco también me gusta que haya algo lo más parecido al vivo.
—El tango es un género inherente a nuestra idiosincrasia, con algunas aristas machistas. ¿Cómo fue adentrarte en este universo?
—En realidad, a mí me elige Roberto “El Polaco” Goyeneche, que luego me apadrina. De ahí es que me vinculo con los grandes profesionales artistas, tales como Cadícamo, Atilio, Chupita, Leopoldo Federico, entre otros. Todos estos próceres que me aceptan, y me muestran el tango y aquella bohemia de una Buenos Aires que no está muy lejana...
—Siempre estuviste ligada a cantantes de primera línea. Ahora, ¿podés revelarnos cuáles fueron las mujeres de tu vida?
—En relación a lo musical, lo profesional y específicamente en el tango, Nelly Omar es lo máximo. Además fue mi gran amiga también. Luego, en lo personal, debo tener, sin saberlo, muchas mujeres que me marcaron, pero Evita Duarte de Perón, sin duda, es una de esas.
—Recorriste el globo terráqueo con tu arte, cantaste con muchos colegas, pisaste estadios históricos. ¿Qué otros proyectos te quedan pendientes?
—No creo tener nada pendiente, o quizás sí. Pero como nunca fui a buscar, sino que por alguna razón estuve abierta a que las cosas sucedieran, sucedieron. Es decir, canté con mis padres admirados, estuve en los mejores teatros del mundo como el Liceu de Barcelona, el Real de Madrid, el Barbican Center de Londres, el Chaillot de París. Además, me di el gusto de hacer un disco de rock, producido por mi hijo, donde canto a autores que admiré incluso antes de empezar a cantar. En fin, lo que me queda pendiente entonces es seguir cantando.