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Alerta en varias ciudades del mundo por la plaga de chinches que habitan el transporte público

La presencia de este insecto, que se alimenta de sangre humana y de animales, está en aumento por diversas causas que tienen que ver con los desplazamientos y el cambio climático

Si la nombramos como Cimex lectularius, probablemente nadie sepa qué es, salvo un especialista en insectos. Pero si la llamamos como vulgarmente se la conoce, la mayoría tenemos idea de qué son las chinches o chinches de las camas.

Este bichito, que en realidad es un insecto hemíptero de la familia Cimicidae, está en las tapas de varios diarios del mundo por su impensado resurgimiento. Francia, y en especial París, está sufriendo una plaga de chinches que se manifiestan sobre todo en las tapicerías de los asientos del transporte público, como trenes o aviones, e incluso en cines y hospitales.

España también está preocupada por una posible plaga de estos insectos, y en México, las autoridades sanitarias pusieron en alerta a distintas facultades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por la presencia de estos insectos que son plaga.

Tal y como recoge el Daily Mail, las rede sociales en Francia se han llenado de videos en los que usuarios del transporte público graban a estos insectos en lugares como el metro de París, autobuses, trenes de alta velocidad y en el aeropuerto Charles de Gaulle, el más grande del país galo.

Los expertos sanitarios de Francia estiman que una décima parte de los hogares franceses han tenido un problema de chinches en los últimos años, lo que normalmente requiere una operación de control de plagas que cuesta varios cientos de euros y que hay que repetir a menudo.

El ayuntamiento de París instó el jueves al gobierno del presidente Emmanuel Macron a ayudar ante la infestación, incluso mediante la creación de un grupo de trabajo específico. La agencia nacional de salud de Francia recomendó que las personas revisen las camas de sus hoteles cuando viajen y tengan cuidado al introducir muebles de segunda mano o colchones usados a sus hogares, debido a que las chinches tienen la costumbre de anidar en los colchones, aunque también pueden esconderse en la ropa y el equipaje. Hace tres años, el gobierno francés lanzó una campaña contra las chinches, que incluía un sitio web específico y una línea directa de información, a medida que aumentaba el número de insectos.

En España, vecinos de Barakaldo, localidad próxima a la ciudad de Bilbao, han reportado la presencia de plagas de chinches en sus hogares. Algunos expertos incluso sugieren que la incidencia de chinches puede haber regresado a niveles no vistos desde la Europa anterior a la Segunda Guerra Mundial. En México, alumnos de varias facultades de la UNAM, como la de Derecho o Veterinaria, han denunciado la presencia de chinches en las aulas. El malestar de los alumnos creció al escuchar de boca de autoridades que la culpa era de los mismos estudiantes.

Es que ante los reportes del alumnado, sorprendió la respuesta que ofreció la Abogada General de la Facultad de Derecho, quien insinuó que las chinches podrían venir de las casas de los estudiantes. “Para que hayan chinches se requieren camas, se requieren cortinas... Googleenlo, pero si se requieren lugares”, aseguró. La comunidad estudiantil rechazó su discurso y argumentaron que en el Metro de la Ciudad de México también proliferan estos insectos. “Porque hay gente, hay muchísima gente”, dijo.

Las chinches, que habían desaparecido en gran medida de la vida cotidiana en la década de 1950, han resurgido en las últimas décadas, principalmente debido a las altas densidades de población y al mayor transporte público.

Estados Unidos, que hace estadísticas de todo tipo, hizo un ranking de las ciudades con más presencia de chinches. Y en el lugar número 1 se encuentra la ciudad de Chicago. Le siguen Nueva York y Filadelfia en el podio. Los Ángeles experimentó el salto más grande este año, subiendo siete lugares al Top Five, con Cleveland en el lugar número cuatro.

¿Por qué hay un resurgimiento de las chinches?

Expertos afirman que el aumento de la incidencia de chinches se debe a una tormenta perfecta de causas, como son el aumento de turismo a nivel global y la circulación de personas y de equipajes, combinada con las altas temperaturas debido al cambio climático. Además, estos insectos han adquirido inmunidad a muchos químicos que tratan de eliminarlas.

Estos pequeños insectos son aplanados y de difícil detección, ya que tienen una gran facilidad para transportarse en enseres personales como ropa y valijas. Y una vez que han encontrado un sitio donde anidar, su tasa de reproducción es alarmantemente rápida, lo que facilita su diseminación y agrava el problema.

Su alimentación es hematófaga, es decir, se nutre con sangre de humanos y otros animales de sangre caliente. Su nombre vulgar proviene del hábitat frecuentemente usado: colchones, sofás y otro mobiliario. Aunque no es estrictamente un insecto nocturno, su mayor actividad la desarrolla por la noche.

Además de chupar sangre, sus picaduras pueden causar una serie de síntomas dermatológicos, que incluyen irritación cutánea, enrojecimiento y una sensación de picazón intensa. Comúnmente, las áreas afectadas son el cuello, las manos y las extremidades, aunque no es raro que las picaduras aparezcan en otras partes del cuerpo.

Esas mordeduras pueden extenderse a lo largo del cuerpo y dar lugar a síntomas más severos como ampollas y una urticaria grave. En tales circunstancias, se hace imprescindible la consulta médica para instaurar un tratamiento específico que frene la progresión de la reacción alérgica inducida por las picaduras de estos insectos.

La mayoría de los pacientes cuyas picaduras son tratadas con corticoesteroides para intentar rebajar el prurito y la quemazón no experimentan mejoras significativas en los síntomas. Los antihistamínicos reducen el prurito en algunos casos, pero no afectan a la apariencia y duración de las lesiones. La aplicación tópica de corticoesteroides tal como la hidrocortisona, parece reducir las lesiones producidas por las picaduras y disminuir el prurito.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) consideran que las chinches son una plaga en el sector de la salud pública. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de las plagas en el sector de la salud pública, las chinches no transmiten ni propagan enfermedades.

Los expertos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos, creen que el reciente aumento de las chinches en Estados Unidos puede ser consecuencia de más viajes, falta de conocimiento sobre la prevención de infestaciones, el aumento en la resistencia de las chinches a los pesticidas, y la ineficacia de las prácticas de control de plagas.

“La buena noticia es que hay formas de controlar las chinches. Obtener información buena y útil es el primer paso en la prevención y el control. Si bien no hay un producto químico de rápida solución, existen estrategias eficaces para controlar las chinches que involucran métodos químicos como no químicos”, sostuvieron.

Estrategias para picar a los humanos

Las chinches pueden ser difíciles de encontrar e identificar dado su pequeño tamaño y hábito de quedarse escondidas. Saber qué aspecto tienen es de gran ayuda, ya que en las diversas etapas de vida tienen diferentes formas.

Los adultos son de color entre rojo y marrón, son aplastados, de forma oval, y sin alas, con unos pelos microscópicos que le dan una apariencia de tener franjas. Un error frecuente es creer que no se pueden ver a simple vista. Los adultos miden de 4 a 5 mm de longitud y no se mueven lo suficientemente rápidos para escapar de la vista de un observador atento. Las ninfas son traslúcidas, de color claro que van adquiriendo color oscuro según realizan las sucesivas mudas hasta alcanzar la madurez.

Las chinches alcanzan su víctima desplazándose o incluso algunas veces subiendo por las paredes de habitaciones hasta el techo y dejándose caer sobre alguna persona cuando la detectan por el calor que desprendemos los humanos. Atraídos por el calor y el dióxido de carbono que exhalamos por la respiración, la chinche perfora la piel de su víctima con una especie de dos tubos huecos de su aparato bucal.

Con uno de ellos extrae la sangre de su huésped y con el otro inyecta su saliva la cual contiene anticoagulantes y anestésicos. Después de alimentarse durante unos cinco minutos, la chinche regresa a su escondite. La picadura no puede ser sentida por las personas hasta unos minutos o incluso horas después de haberse realizado. La primera indicación de una picadura es el deseo de rascársela debido a la reacción que se produce a los agentes inyectados por el insecto.

Tipos de chinches más comunes

-La chinche de cama: es la especie más conocida. Es de color marrón rojizo y alcanza su mayor actividad durante la noche. Se esconde entre las grietas de las paredes y en las hendiduras de los muebles y colchones. Su picadura no causa enfermedades, pero sí molestias y problemas de estrés.

-La chinche besucona: En su caso, su picadura es indolora, pero puede llegar a ser mucho más grave de la de la chinche de cama. Y es que esta chinche es portadora de la enfermedad de Chagas, una enfermedad parasitaria que puede causar problemas cardíacos y digestivos.

-La chinche verde: este tipo de chinche se alimenta de la savia de plantas y cultivos, por lo que no suponen una amenaza para los seres humanos. No obstante, sí es considerada un problema para la agricultura.

-La chinche asiática: Es de origen asiático, pero se ha extendido a otras partes del mundo. Esta chinche desprende un líquido muy maloliente aunque, al igual que en el caso anterior, tampoco supone una amenaza para los seres humanos, ya que se alimenta de plantas y cultivos.