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Artesanas de la yunga salteña se organizan para vender y difundir sus trabajos

Son diez las mujeres de la Cooperativa Santa Ana de Los Toldos, en el departamento de Santa Victoria, que expusieron su gran variedad productos en el Mercado Artesanal de Salta, siendo estos principalmente tejidos y cestería.

Artesanas y campesinas del pueblo de Los Toldos,  en la selva de yungas del norte salteño, fueron hasta la ciudad de Salta para mostrar sus productos elaborados con técnicas ancestrales, sus costumbres y su trabajo organizado para poder salir adelante.

"Somos un grupo de diez mujeres que trabajamos en la Cooperativa Santa Ana, que se creó en 1998. Por ahí nos rotamos para salir a vender y tenemos un local que nos cedieron, al lado de la Municipalidad de Los Toldos", dice Lourdes Burgos, de 62 años, en el stand montado en el Mercado Artesanal de Salta.

En ese stand, mujeres campesinas y de comunidades originarias de Los Toldos mostraron sus productos, principalmente tejidos y cestería que elaboran con técnicas ancestrales andinas, y develaron su sacrificado modo de vida en un rincón alejado de la provincia, donde luchan cada día por sortear las dificultades de la geografía y la distancia.

"Yo no puedo dejar mi pueblo", dice Lourdes, que está separada de su esposo y es madre de cinco hijos que trabajan y estudian fuera de Los Toldos, y asegura que arrastra el cansancio de tantos años de trabajo, pero que aun así sigue tejiendo. Para ella es fundamental "encontrar un lugar" para comercializar sus productos en la ciudad de Salta, sin tener que trasladarse.

Ramiro Ragno es técnico territorial de la Delegación Salta del Instituto Nacional de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena, y contó que se trata de "un colectivo muy grande, de diez grupos de artesanas, casi cien mujeres, con las que venimos trabajando", de las cuales un puñado llegó a Salta este fin de semana, invitadas para mostrar y vender lo que generan en su pueblo, que tiene cerca de dos mil habitantes. Además, Ragno explicó que en Los Toldos "se conformó una mesa de gestión de turismo a nivel participativo, integrada por la Municipalidad, el Parque Nacional Baritú, el Instituto Nacional de Agricultura Familiar Campesina e Indígena de la Nación, desde donde trabajamos el acceso a derechos y estamos tratando de generar oportunidades para las comunidades periurbanas".

"Con este grupo de mujeres venimos desarrollando también ofertas turísticas; por ejemplo, talleres artesanales para que el turista pueda, durante dos o tres horas, aprender a tejer una prenda o una pieza de cestería", precisó, y comentó que desde esta organización se busca una alianza estratégica con la ciudad de Tarija, que está a una hora de Los Toldos, para generar una complementariedad en materia de turismo y dar más oportunidades a los toldeños.

La frontera al lado

Los Toldos se encuentra en el departamento Santa Victoria, a unos 500 kilómetros al norte de Salta Capital, y para llegar es necesario atravesar la frontera entre Aguas Blancas, del lado salteño, y Bermejo, en Bolivia, para luego circular 90 kilómetros por territorio boliviano y volver a ingresar a la localidad argentina. Con el cierre de la frontera entre ambos países, en el marco de las medidas adoptadas para mitigar la propagación del coronavirus, los pobladores de Los Toldos no podían comercializar sus trabajos.

Edelmira Acosta tiene 47 años, teje desde los 17 y forma parte de un club de madres de diez miembros que destacó la oportunidad de "vender nuestros productos en Salta". "Nosotras nos dedicamos al tejido en el suelo o con dos agujas, sin máquinas, con lana de oveja de Los Toldos y también comprada de Santa Victoria y Nazareno, al igual que la lana de llama, que compramos principalmente para hacer prendas de vestir más suaves y abrigadas", señaló.

Edelmira, tiene cuatro hijos, solo vive con uno de ellos debido a que los otros ya trabajan y estudian. Ella nos comentó que al teñido lo realizan "con nogal, anilinas, cebollas y otros productos naturales", con técnicas ancestrales, y que a sus piezas las elaboran con sus manos, desde el hilado hasta completar el proceso. También para ella es primordial hallar "un lugar para comercializar" sus productos, porque en Los Toldos "son pocas las posibilidades" que tienen de vender.

Los Toldos, que está a unas siete horas de viaje de la capital provincial, se encuentra rodeado del bosque montano de pinos del cerro y alisos, a 1.700 metros de altura sobre el nivel del mar. Desde allí es donde hilan, tejen y bordan estas mujeres, que llegaron no solo para exponer y vender sus productos sino también para promocionar su pueblo, su selva, sus costumbres, y contar cómo se vive en un lugar tan hermoso y cargado de cultura, pero tan alejado y de difícil acceso.

Entre los productos se destacan coloridos caminos de mesa, carteras tejidas, mantas y chales, camperas y pulóveres, cestería vegetal y trabajos en madera, todos de alta calidad y con hermosas terminaciones.

El apoyo gubernamental para ayudar a las productoras

La feria fue convocada por el Mercado Artesanal de Salta, la Municipalidad Los Toldos, el Instituto Nacional de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena, la Mesa de Turismo de Los Toldos, el Parque Nacional Baritú y el Instituto Terciario de Turismo. Además, contó con el apoyo del Ministerio de Turismo y Deportes de Salta, la Secretaría de Cultura provincial y la Dirección de Turismo de la Municipalidad de Salta.

"Esto nos permite visibilizar la diversidad de mujeres que tenemos en la provincia, y en el caso de Los Toldos no se llega a dimensionar las dificultades que tienen para salir del lugar donde viven, que las obliga a atravesar otro país y cumplir con cuestiones administrativas difíciles", dijo la secretaria de Mujeres, Diversidad y Género de Salta, Itatí Carrique, quien consideró que "como estado, debemos pensar mejores herramientas para acompañarlas, potenciarlas y que puedan ser sustento de sus hogares con más facilidad, sin tantas dificultades".

La subsecretaria de Patrimonio Cultural de Salta, Claudia Lamas, se mostró "maravillada" con "los tejidos, la producción, las técnicas, que tienen que ver con la transmisión del conocimiento de miles de años, que es el patrimonio intangible que tenemos que cuidar, promocionar y que se tiene que seguir difundiendo a otras generaciones".

En la ocasión, las maestras artesanas Lucrecia Gareca y Julia Romero, del rubro textil, fueron reconocidas por el Gobierno Provincial con el carnet del Registro Provincial de Artesanos, por el gran aporte a la cultura, según ley 7237/03, que declara de Interés Provincial las actividades artesanales.

Gareca, que junto a Lourdes integra la cooperativa Santa Ana, destacó: "Teníamos las fronteras cerradas, no podíamos salir y no había turismo ni visitantes en Los Toldos, así que esto nos viene muy bien para poder vender nuestras artesanías".