Científicos del conicet
Bautizan un fósil en honor a Messi
Discinisca messii es un organismo marino, similar a los moluscos, que habitó la Patagonia hace 20 millones de años. Recibió este nombre porque su reporte coincidió con el furor por Qatar 2022.
Con todo lo que el astro del fútbol mundial representa, no iba a pasar demasiado tiempo sin que la ciencia, y en especial la paleontología, realizará su propio homenaje. Científicos del Conicet del Centro Nacional Patagónico realizaron el bautismo más esperado y nombraron a un fósil como Discinisca messii, en honor al capitán y campeón argentino. Se trata de un braquiópodo, un organismo marino similar a los moluscos, que habitó hace 20 millones de años la región en donde actualmente se ubica la provincia de Chubut. El descubrimiento es útil porque, a partir del examen de sus características, es posible contribuir en la reconstrucción del escenario patagónico en aquel entonces.
A la fecha, se han registrado 450 especies vivas de braquiópodos, aunque según los registros fósiles se estima que existieron entre 12 y 30 mil. El hallazgo, realizado por un equipo de especialistas del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología, coincidió temporalmente con la llegada del seleccionado a Argentina. El 20 de diciembre, mientras Messi y compañía arribaban a Ezeiza desde Qatar con la Copa del Mundo, los científicos enviaban su trabajo a la revista Ameghiniana para su publicación. Ni siquiera los laboratorios escaparon a ese furor, sino que fueron parte, a su manera, de la alegría compartida.
Chiquito pero poderoso
A contramano de lo que se podría esperar (a tono con los bichos que suelen encontrarse en el sur argentino), no se trata de un dinosaurio de grandes dimensiones ni mucho menos. Por el contrario, es una especie que compone un grupo de invertebrados extraño; de hecho, no hay un registro abundante de fósiles en la actualidad.
Con dos o tres centímetros, son organismos que destacan por la composición de su caparazón similar al vidrio. Conforman el género Discinisca y, al igual que los mejillones actuales, se los puede encontrar sobre las rocas. Como si fuera poco, destacan por haberse sobrepuesto con éxito a lo largo de la historia a las sucesivas extinciones masivas de especies (la más conocida, tal vez, la que acabó con los dinosaurios). Quizás esta singularidad --ser pequeños pero fuertes frente a las adversidades-- haya sido la que torció la elección de los investigadores por este bautismo.
Está claro que un crack de la trascendencia de Messi no aparece todos los días. No obstante, la Patagonia es un sitio favorable para el trabajo paleontológico por varios motivos. Uno de ellos es que, a menudo, para realizar los hallazgos no se requieren de esforzadas excavaciones ni de largas campañas. Por el contrario, los tesoros están a la vista, en el suelo, a merced de exploradores científicos provistos de pares de ojos bien entrenados para la ocasión.
Otro bautismo futbolero
Pero Discinisca messii no fue el único descubrimiento presentado por este grupo. También compartieron las características de un segundo fósil, al que apodaron de manera simpática: Discinisca porvenir, en honor al club de Gerli. Damián Pérez, el primer autor del trabajo, es hincha del conjunto bonaerense así que se decidió por nombrarlo de esta manera. A diferencia de Discinisca messii que fue hallado en Isla Escondida (una localidad a 50 kilómetros al sur de Rawson), este fue reportado en Bryn Gwyn, en las cercanías de la localidad de Gaiman.
Como siempre sucede con los registros paleontológicos, cada nuevo hallazgo acerca a la humanidad a un conocimiento más acabado de los ecosistemas pasados. El interrogante que se abre brota de manera automática: ¿para qué, entonces, conocer los rasgos del ambiente en el pasado? Porque encierra pistas que podrían ayudar a las sociedades actuales a desarrollar nuevas estrategias que mitiguen los impactos del cambio climático y el calentamiento global.
En este sentido, hay un dato especialmente útil: en el presente, estos invertebrados viven en lugares más cálidos que Chubut. Se los puede hallar en Perú, el norte chileno o directamente en el Caribe. Bajo esta premisa, es fácil advertir que las regiones donde actualmente se hallan Puerto Madryn, Trelew y Gaiman no solo estaban sumergidas, sino también se caracterizaban por una temperatura superior a la del presente.