Los '90

"Café con aroma de mujer", una novela con esencia contemporánea

La serie rompió con los cánones de las ficciones románticas, mostrando paisajes y situaciones novedosas.

Creada en 1994, "Café con aroma de mujer" fue escrita por Fernando Gaitán y producida por RCN; mientras que sus protagonistas fueron Margarita Rosa de Francisco y Guy Ecker. Además contó con las actuaciones de Alejandra Borrero, Silvia de Dios, Cristóbal Errázuriz, Myriam de Lourdes y Lina María Navia.

La historia comienza con dos mujeres, madre e hija, que se ganan la vida como recolectoras de café y es por ello que viajan a menudo para ocuparse de la cosecha. Allí se instalan en Casablanca, una posada que pertenece a la familia Vallejos, cuyo jefe fallece. Allí comenzarán a llegar los integrantes para recabar información y ganar parte de la fortuna.

El primero en llegar será Sebastián, interpretado por Guy Ecker, que se enamora de la joven trabajadora Teresa Suárez, encarnada por Margarita Rosa De Francisco. Este amor perdurará durante toda la ficción, que está repleta de lugares comunes. En un momento dado, el muchacho regresa a Londres para terminar sus estudios universitarios; mientras ella, que está embarazada, viaja a buscarlo, sin saber que será víctima de una red de prostitución. De esta manera, se tratará una problemática que hoy día está muy vigente y continúa agravándose.

Así, Sebastián la buscará y, al no poder encontrarla; se casará con una amiga, sin abandonar la investigación para saber qué fue de su amor. ­Mientras tanto, la mujer logrará ­escapar de la red, cambiará la identidad y llegará en busca de venganza. A pesar de todo, los planes irán modificándose en el camino para luego consumar su amor.

Esta producción valió la pena ­porque marcó una diferencia al ­mostrar en una telenovela dos ­ambientes impensados hasta el momento. Es decir, mostró los espacios rurales, donde se desarrollaba la ­producción del café, con sus trabajadores, los modos de distribución y los gajes del oficio. Y, en contraposición, mostró la ciudad moderna, la venta del producto y las compañías ­agroexportadoras.

Las audiencias marcaron el éxito, como también, la venta de la ficción a otros países para convertirla en un clásico de los años 90. Su nivel de rating igualó a lo que luego sería el boom de Betty, la fea, que también fue reversionada en otros idiomas.