Entrevista

Cecilia Roth y Jorge Gaggero hablan de la película En cumplimiento del deber

Coincidiendo con un nuevo aniversario del incendio de Iron Mountain, llega este documental que recorre el mundo mostrando un caso de impunidad y dolor.

Un cumplimiento del deber, de Jorge Gaggero y narrada por Cecilia Roth, cuenta detalles sobre las verdaderas víctimas de Iron Mountain: diez bomberos voluntarios caídos debido al incendio. El documental denuncia la connivencia entre un gobierno, el empresariado y la Justicia para mantener en silencio lo que se sabe a viva voz: la intencionalidad del incendio para ocultar pruebas e información confidencial de grandes multinacionales. Roth y Gaggero cuentan detalles de la propuesta que llega a los cines.

—¿Cómo surgió la idea de hacer el documental?

—Jorge Gaggero: La idea comienza con el productor Renato Miari, que en el contexto de los Panamá Papers me llama y me pregunta si no quería contar algo sobre ese mundo. Mi padre también estudia cuestiones tributarias, siempre se encargó de denunciar lo que son los paraísos fiscales, las formas de ocultamiento de información y con ese pedido yo le repropongo a Renato contar lo que fue el incendio de Iron Mountain. Lo tenía presente, tenía presente esa vinculación con todo ese mundo, esas hipótesis. Y bueno, a partir de ese momento, Renato pone un equipo de investigación y con ellos empezamos a trabajar en investigar todas las aristas de este caso, que nos llevan a un contexto internacional, a una empresa multinacional donde han sucedido estos incendios similares en otras partes del mundo. Pero bueno, obviamente aquí tuvo el dramatismo y las terribles consecuencias de que murieron bomberos, servidores públicos, y posteriormente por las secuelas se suicidaron dos víctimas más.

—¿Qué recuerdo tenés del momento del hecho?

—Cecilia Roth: No estaba en Buenos Aires cuando pasó esto, estaba en Madrid y me enteré al día siguiente, vi imágenes y me impactó, porque además en España había información sobre las víctimas, los bomberos muertos, y sobre todo, que había sido intencional el incendio. Me quedé enganchada con el tema, y al volver al país ví cómo se iba diluyendo la información. Cuando me llamó el productor para poner la voz a este documental tan imprescindible, creo, recordé, al estudiar lo que tenía que decir, el momento de la historia, porque además es muy crudo el documental, muy triste. Hay una amargura en la historia que tiene que ver con que nunca se resolverá, porque encima en la Argentina hay víctimas. En los otros incendios de la empresa en otros países no, acá los bomberos ingresaron porque vieron a alguien dentro.

—¿Cuándo supiste que Cecilia podía ser la narradora?

—JG: Teniendo un corte hecho, Renato, el productor, se lo muestra a Cecilia y ella quedó muy conmovida con la película. Eso fue algo genial, algo que realmente transformó este proyecto definitivamente porque su sensibilidad y también su llegada y su compromiso hizo que esta película hoy llegue a las salas, que genere más.

—La película pone verdaderamente a las víctimas en el centro, las reales, los 10 muertos…

—CR: Que existen y tienen un relato personal del honor, de tragedia insalvable, de información que nunca van a tener, es como esas muertes dolorosas, como la de José Luis Cabezas, que sabés que el poder real las genera y produce, sin saber quiénes son. ¿Qué es el poder real? ¿Cuántos son? ¿Una cabeza, muchas? Y el dolor tiene que ver con esa impotencia de no poder acercarte a saber qué pasó. Las víctimas murieron por rescatar las pocas hojas de esas multinacionales que dejaban sus top secrets dentro de ese búnker, por eso murieron, es terrible.