ADN
Científicos consiguen captar y analizar por primera vez ADN de animales en el aire
Dos equipos de investigación distintos lograron colectar muestras de ADN animal a través del aire, en un zoológico del Reino Unido y otro en Dinamarca.
Dos grupos de investigadores independientes se propusieron a demostrar que el ADN en el aire podría usarse para detectar diferentes especies de animales en un ambiente determinado. Ambos equipos han logrado detectar, con gran precisión, las especies que existen en dos zoológicos distintos e incluso en el exterior.
Ambos experimentos se practicaron en dos puntos geográficos diferentes. Elizabeth Clare y su equipo de la Universidad Queen Mary de Reino Unido trabajaron en el Hamerton Zoo Park. Mientras tanto, el equipo liderado por Khristine Bohmann de la Universidad de Copenhague hizo lo propio en el Copenhagen Zoo.
Los resultados fueron publicados en la revista Current Biology, donde explicaron que el ADN aerotransportado funciona para trazar un mapa de la biodiversidad del ambiente, y no sólo para detectar piezas genéticas comunes como el alimento de los carnívoros o el excremento de los animales. “En comparación con lo que se encuentra en ríos y lagos, hallar ADN en el aire es realmente muy difícil, porque aparece diluido en el ambiente”, informa Clare.
DOS TÉCNICAS DISTINTAS
Para el estudio se emplearon dos técnicas distintas. En Dinamarca se utilizaron una aspiradora comercial a base de agua y dos ventiladores con filtros. Por su parte, en Reino Unido se usaron filtros sensibles conectados a bombas de vacío. Los resultados que arrojaron los experimentos asombraron a los científicos.
“Pudimos identificar 25 especies diferentes de animales, como tigres, lémures y dingos, 17 de los cuales eran especies conocidas de zoológico. Incluso pudimos recolectar ADN ambiental de animales que estaban a cientos de metros de donde estábamos probando sin una caída significativa de la concentración”, explica Clare.
En Dinamarca se pudieron encontrar, en tan sólo 40 muestras, 49 especies que abarcan mamíferos, anfibios, reptiles e incluso peces. “Al tomar muestras de aire en un solo sitio al aire libre, detectamos muchos de los animales con acceso a un recinto al aire libre en esa parte del zoo, como avestruces y rinocerontes”, indicó la especialista Bohmann.
UN HITO EN LA INVESTIGACIÓN
“El aire es un sustrato desafiante para trabajar debido a que rodea todo, lo que significa que el riesgo de contaminación es alto”, apunta la investigadora danesa Christina Lynggaard. Para prevenir esto, los equipos tomaron muestras dentro del laboratorio y las analizaron junto a las del experimento para descartar posibles concordancias que indiquen que hubo una contaminación de las pruebas.
Aunque la recolección de rastros de ADN en el ambiente no es nueva, pues se ha usado ya a través del agua, sí es la primera vez que se ha demostrado viable llevarlo a cabo desde el aire, “literalmente de la nada”.
“La naturaleza no invasiva de este enfoque lo hace particularmente valioso”, apuntan las especialistas, pues indica que podría usarse para mejorar el monitoreo de especies en peligro de extinción o que habiten en un entorno de difícil acceso para los investigadores. “No necesitas verlos para saber que están ahí si consigues su ADN en ese entorno”.
En la actualidad, monitorear los ecosistemas se realiza de manera periódica, a través de métodos que necesitan de la presencia humana en el entorno para comprobar qué está sucediendo o cómo se ve afectada la dinámica de un ambiente específico, por acciones como la llegada de nuevas especies invasoras.
Además, supone costes de logística y riesgos a la integridad de los investigadores, debido a que en condiciones extremas o en sitios de difícil acceso como las cuevas, se torna complicado realizar las inspecciones correspondientes.
De esta manera se podría optimizar el biomonitoreo terrestre y brindar nuevos aspectos para estudiar la composición de las comunidades animales y detectar la invasión de especies no nativas.