ESTUDIO

Cómo el trasplante de médula ósea joven podría revertir el Alzheimer

En una investigación reciente publicada en la revista Science, los investigadores han descubierto una manera de rejuvenecer las células inmunitarias envejecidas en ratones.

El sistema inmunológico se debilita gradualmente con el envejecimiento, lo que nos hace más vulnerables a las infecciones y compromete los procesos de limpieza que mantienen sano nuestro cerebro. Estudios recientes han encontrado múltiples conexiones entre este deterioro, conocido como inmunosenescencia, y el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la demencia “es el resultado de diversas enfermedades y lesiones que afectan el cerebro. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común, representando entre el 60% y el 70% de los casos”.

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral que afecta a millones de personas a nivel mundial y representa la causa más común de demencia. En Estados Unidos, aproximadamente 6,5 millones de personas mayores de 65 años padecen esta enfermedad, de las cuales más del 70 % tienen 75 años o más. Según las estimaciones del portal experto Mayo Clinic, de los casi 55 millones de personas con demencia en el mundo, entre el 60 % y el 70 % tienen Alzheimer.

Ahora, los científicos han descubierto una manera de rejuvenecer las células inmunitarias envejecidas en ratones, lo que alivia e incluso revierte los síntomas de este trastorno.

Según detallan en un artículo publicado en la revista Science las células madre sanguíneas, ubicadas en la médula ósea y que suelen madurar hasta convertirse en células inmunitarias que limpian el cerebro, tienden a deteriorarse con la edad.

Como resultado, proteínas dañinas como la β-amiloide, implicada en la enfermedad de Alzheimer, pueden acumularse en el cerebro. Sin embargo, cuando los investigadores trasplantaron médula ósea joven a ratones viejos con síntomas similares a los del Alzheimer, observaron un cambio sorprendente: los ratones ancianos comenzaron a eliminar eficazmente la β-amiloide. Experimentaron menos degeneración e inflamación en sus cerebros y mostraron mejoras en la memoria espacial y de trabajo.

Si bien se necesitan investigaciones adicionales antes de cualquier ensayo clínico, los científicos consideraron que podría representar una “estrategia terapéutica prometedora” para la enfermedad de Alzheimer.