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Conmoción en el rock nacional: murió Ricardo Iorio, máximo referente del heavy metal
El músico falleció a los 61 años, producto de un infarto cuando era trasladado en una ambulancia. Su fallecimiento fue confirmado por su abogado, Juan Ignacio Vitalini.
Ricardo Iorio, máximo referente del heavy metal argentino, murió hoy a los 61 años de edad, producto de un infarto.
Su fallecimiento fue confirmado por Juan Ignacio Vitalini, abogado del músico que en más de cuarenta años de carrera supo liderar las emblemáticas bandas V8, Hermética y Almafuerte.
De acuerdo al testimonio de Vitalini, la pareja del cantante fue quien le informó de la muerte de su defendido, quien por la mañana sufrió un paro cardíaco cuando estaba siendo trasladado en una ambulancia a un hospital de la localidad bonaerense de Coronel Suárez.
“Iorio es lo más grande del heavy nacional” cantaba su público en cada uno de sus recitales, y las palabras eran justas. Porque Ricardo no solo es considerado por muchos como el fundador del heavy metal argentino propiamente dicho, sino que, sin duda alguna, fue quien lideró las bandas y compuso las canciones más emblemáticas y populares del género en nuestro país.
Si bien el primer grupo que integró fue uno llamado Alarma, su carrera profesional comenzó con la legendaria V8, banda que fundó y lideró como bajista y principal compositor, cuya formación más emblemática se completaba con Alberto Zamarbide en voz, Osvaldo Civile en guitarra y Gustavo Rowek en batería. Su primer disco, Luchando por el Metal, es un clásico de clásicos que encendió la llama de lo que, con los años, se convertiría en toda una escena musical.
Tras la disolución de V8, con la que editó tres discos de estudio, Iorio fundó Hermética, quizás la agrupación más importante de la historia del heavy metal nacional. Acompañado por Claudio O’Connor en voz, Antonio “Tano” Romano en guitarra y Claudio “Pato” Strunz en batería (el grupo tuvo otros dos bateristas antes, pero Strunz fue quien integró la formmación más recordada), fue en Hermética donde Iorio se consolidó como un compositor de peso y un letrista único, cuya poesía, llena de personalidad, vuelo y sentimiento, lo convertiría en el ídolo e ícono que nunca dejó de ser.
Con tres increíbles LPs de estudio y un corto recorrido de tan solo 6 años, Hermética se convirtió en una veradera leyenda del rock pesado latinoamericano. Se separaron en el pico de su popularidad, cuando todo indicaba que su convocatoria no podía hacer más que crecer, en medio de acusaciones cruzadas y rencores que nunca sanaron.
Tras la ruptura, O’Connor, Romano y Strunz fundaron Malón y captaron a gran parte del público “La H” (como apodan los fans a la banda). Dolido y sintiéndose traicionado por sus excompañeros, Iorio barajó y dio de nuevo por tercera vez en su carrera. Convocó al virtuoso guitarrista Claudio “Tano” Marciello (quien se convertiría en más importante ladero de toda su carrera) y al baterista Claudio Cardacci y formó Almafuerte, la banda con la que, con los años, terminaría por erigirse en una verdadera figura de la música y cultura populares de la Argentina.
Si bien ya hacía coros y cantaba algunas canciones en sus bandas previas, fue en Almafuerte donde el bajista comenzó a desempeñarse como cantante principal, faceta en la que se destacó desde el minuto cero con su imponente voz grave, rasposa y llena de sentimiento y carisma. Tan distintiva era su voz y tan personal y apasioanada resultó ser su manera de interpretar que cuesta entender cómo tardó tanto en animarse a ser frontman, lugar que, desde aquel entonces, jamás abandonó.