Tecnología

Crearon robot que recoge frutas del suelo para evitar pérdidas alimenticias

La función del prototipo es identificar frutas que se encuentren en buen estado, pese a haber caído al suelo y por lo tanto, se pueden consumir tranquilamente.

El intenso desarrollo del mundo tecnológico ya parece no llamar la atención de las personas en el mundo, y lo más importante es que estas innovaciones son aliadas para los seres humanos en diversas áreas, tal es el caso de la creación de “Ramonet”, un robot que recoge frutas del suelo para evitar millones de toneladas perdidas.

La nueva creación fue concretada por el Instituto Tecnológico de la Alimentación (AINIA) en el marco del proyecto Foodcollect (España), y al que los investigadores llamaron “Ramonet”, y la función de este robot es que puede identificar naranjas y caquis que se encuentren en buen estado, pese a haber caído al suelo y por lo tanto, se pueden consumir tranquilamente.

Ayudante de “fierro”

“Ramonet” tiene un brazo robótico, inteligencia artificial y una notable visión por cámaras 2D y 3D, y podría convertirse en la revolución de la inteligencia artificial (IA) aplicada a las labores de recolección y cosecha en el campo. El asunto es que “Ramonet” fue diseñado en la Comunidad Valenciana, y su misión es recorrer los campos de forma autónoma para recoger fruta del suelo identificando las piezas que se pueden consumir, evitando así un desperdicio que cada año supera los 30 millones de toneladas en el continente europeo.

El robot creado en Ainia, es capaz de diseñar trayectos por los campos de cultivo de manera autónoma y puede “leer” el espacio mediante sus cámaras en dos y tres dimensiones identificando la fruta tirada por el suelo que, con algoritmos de inteligencia artificial, clasifica en las categorías de “en buen estado”, “picada” o “podrida”.

¿Cómo funciona?

Cuando el robot avanza por un campo y percibe un objeto, se para y sus cámaras sacan una foto de él, a la que se le aplican los algoritmos que permiten detectar si es o no una fruta y, en ese caso, si es o no comestible. En el caso de que lo sea, se activa el brazo que la recoge y la deposita en el cesto.

El robot está entrenado por algoritmos de inteligencia artificial no solo para “leer” el estado de la fruta, sino también para hacer un “mapeado” del campo de cultivo, saber cuántas calles tienen y por dónde debe ir para recoger la fruta de la forma más eficiente posible.

Incluye un sistema de evasión de obstáculos para mejorar la seguridad, de modo que el robot no se puede chocar contra objetos ni con las personas.