TECNOLOGIA
El auto volador superó las pruebas y ya tiene permiso para funcionar como un avión privado
Se llama AirCar y pasa de auto a avión y de avión a auto en menos de tres minutos.
Un prototipo del auto volador llamado AirCar completó la fase de pruebas y obtuvo el permiso para aterrizar y despegar en Europa. Lo confirmó Klein Vision, la compañía que lo diseñó tras varios años de coqueteo con vehículos de este tipo y una serie de pruebas menos exitosas con un concept denominado AeroMobil.
El fabricante precisó que el AirCar consiguió el Certificado de Aero-navegabilidad oficial de la Autoridad de Transporte de Eslovaquia, tras superar de manera exitosa setenta horas de “rigurosas pruebas de vuelo compatibles con los estándares de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (AESA), con más de 200 despegues y aterrizajes”.
Con dicho documento, este vehículo puede salir del territorio eslovaco y aterrizar y despegar en otros países de Europa, incluso en Gran Bretaña, como si fuera un avión privado.
El AirCar debutó en los cielos en diciembre, con su primer vuelo real, pero esta prueba fue la primera que realizó entre dos ciudades. Pasa de auto a avión y de avión a auto en apenas dos minutos y quince segundos, convirtiendo en realidad el sueño de millones de entusiastas del sector de la movilidad. En los mandos del prototipo volador estuvo Stefan Klein, el fundador de la empresa. Mirá el video.
Cuando circula por tierra, el AirCar tiene un aspecto bastante parecido al de un auto convencional. De no ser por el enorme alerón que lleva en la parte trasera, podría pasar desapercibido para más de una persona. Toma la forma de un avión no bien el piloto aprieta un botón y se despliegan tanto las alas como el alerón posterior.
El motor de este auto volador está fabricado por BMW y, según el fabricante, entrega 160 caballos de potencia. Klein asegura que con él ya consiguió cuarenta horas de vuelo, con una velocidad máxima de crucero de 190 km/h, una altura de 2500 metros y giros de 45 grados.
El creador de este curioso bicho describió la experiencia de vuelo como “normal” y “muy placentera”. Contó que en esta prueba alcanzó una velocidad máxima de 170 km/h, que puede llevar a un acompañante con un peso total entre ambos de 200 kilos y que, a diferencia de los taxi-drones, no puede despegar y aterrizar verticalmente (como lo haría un helicóptero), sino que necesita sí o sí una pista.
De acuerdo a cifras compartidas por Klein Vision, en el desarrollo de este vehículo ya se invirtieron dos millones de euros. La compañía considera que hay “un mercado enorme” alrededor del auto volador para el futuro. Y las proyecciones lo acompañan: la consultora Morgan Stanley, de hecho, predijo que para 2040 el sector tendrá ganancias por un trillón y medio de dólares; es decir, de un millón de billones.
En este contexto, varias automotrices trabajan hace tiempo en tecnologías para autos voladores. Indudablemente, si se desarrolla esta industria podría solucionarse uno de los grandes problemas de las ciudades más pobladas: el tránsito. Lo veremos en los próximos años.