Ciencia
El desafío de los órganos de los cerdos en seres humanos: ¿se puede? ¿Es ético?
Riñones modificados de estos animales fueron trasplantados a dos personas con muerte cerebral. El año pasado se hizo un trasplante de corazón.
En el mundo se hicieron más de 144.000 trasplantes de órganos entre humanos en 2021. Pero la disponibilidad de órganos es aún limitada para los millones de pacientes que los necesitan como último recurso para sobrevivir. Por eso, se apuesta también a conseguir órganos de los animales en grandes cantidades: los xenotrasplantes.
Los primeros intentos de realizar ese tipo de trasplantes se registraron en 1905, cuando se trasplantó un riñón de conejo a un niño con enfermedad renal crónica. Desde la década de 1950 se hicieron varios intentos de utilizar órganos de corderos, cerdos y primates. Ahora, tres avances recientes han despertado esperanza.
En los Estados Unidos, se hicieron -por separado- dos trasplantes partir del uso de riñones de cerdos en pacientes que tenían muerte encefálica. Un órgano fue recibido por Maurice Miller, de 57 años. Su hermana dio el consentimiento para que se realice el estudio experimental al tener en cuenta que al hombre le gustaba ayudar a los demás.
Miller recibió un riñón de cerdo genéticamente alterado. El órgano no fue rechazado por el sistema inmune del hombre y ha estado funcionando durante 32 días, según informaron el cirujanos de la institución NYU Langone Health la semana pasada.
El otro caso reciente fue comunicado por investigadores de la Facultad de Medicina Heersink de la Universidad de Alabama en Birmingham, EEUU, a través de un estudio publicado en la revista JAMA Surgery.
Se trata de un paciente de más de 50 años que también había tenido muerte cerebral. Sufría de enfermedad renal crónica. Le trasplantaron dos riñones de cerdos, que habían sido sometidos a 10 alteraciones genéticas. Los riñones no fueron rechazados y siguieron funcionando durante siete días.
El tercer avance ocurrió en enero de 2022. Médicos-científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland sorprendieron al mundo con el primer trasplante de un corazón de cerdo modificado genéticamente en un paciente humano. Era David Bennett, de 57 años, quien al recibir el órgano experimentó una fuerte función cardíaca sin signos evidentes de rechazo agudo durante casi siete semanas después de la intervención.
Dos meses después del trasplante Bennett falleció tras una insuficiencia cardíaca repentina. Desde entonces, el equipo de trasplantes, liderado por los doctores Muhammad Mohiuddin y Bartley Griffith, hizo una revisión para comprender por qué el paciente murió y para mejorar el procedimiento.
“Es probable que varios factores superpuestos provocaran la insuficiencia cardiaca de Bennett, entre ellos su mal estado de salud antes del trasplante, que le llevó a una inmunodepresión grave”, afirmaron en un artículo que publicaron en la revista The Lancet en julio pasado.
El uso de una inmunoglobulina intravenosa también puede haber contribuido a dañar las células del músculo cardíaco. Confirmaron que un virus latente, que se llama citomegalovirus porcino, estaba en el corazón que recibió el paciente y puede haber contribuido a la disfunción del trasplante.
“Nuestro objetivo es seguir avanzando en este campo mientras nos preparamos para los ensayos clínicos de xenotrasplantes con órganos de cerdo”, aclararon.
Hay mucha investigación en marcha en el mundo. El profesor Philip Cardiff, de la Escuela de Ingeniería de Materiales y Mecánica y director del Centro Tecnológico Bekaert del Colegio Universitario de Dublin en Irlanda contó cuáles son los principales obstáculos para hacer los xenotrasplantes pasen a ser una realidad para muchos pacientes a la espera de un órgano. Recientemente, el científico recibió 2,1 millones de dólares para hacer un proyecto durante cinco años en xenotrasplante por parte del Consejo de Investigación Europeo.
“Uno de los obstáculos es el rechazo del órgano por parte del receptor. Cuando se trasplantan órganos de determinadas especies animales a seres humanos, el sistema inmune humano puede reconocer y atacar rápidamente el tejido extraño. Esta respuesta inmunitaria inmediata puede provocar coágulos sanguíneos, inflamación y una falla rápida del órgano”, explicó Cardiff.
Otro obstáculo importante “es la posible transmisión de enfermedades infecciosas del animal donante al receptor humano. Los animales utilizados para xenotrasplantes, como los cerdos, pueden ser portadores de virus inofensivos para ellos, pero nocivos o incluso mortales para el ser humano”, señaló.
“El riesgo de infecciones zoonóticas - por las cuales algunos patógenos saltan las barreras entre especies- es una preocupación importante que debe abordarse a fondo para garantizar la seguridad de los xenotrasplantes”, subrayó el científico.
En tercer lugar, también subsiste la dificultad con la “compatibilidad fisiológica”. Los órganos animales utilizados en xenotrasplantes suelen presentar diferencias fisiológicas con los órganos humanos. Eso puede plantear problemas funcionales. “Estas diferencias pueden afectar al funcionamiento del órgano trasplantado en el organismo del receptor y contribuir a la aparición de complicaciones o al fallo del órgano”, puntualizó Cardiff.
Por ejemplo, las diferencias en el tamaño y la forma del corazón de un animal podrían causar un flujo sanguíneo patológico y provocar una falla prematura del trasplante.
En la Argentina, también hay grupos de investigación en xenotrasplantes. En la Escuela de Bio y Nanotecnologías de la Universidad Nacional de San Martín, el doctor Adrián Mutto lidera un grupo de investigadores y técnicos que buscan producir cerdos modificados para xenotrasplantes en la Argentina.
Otro equipo trabaja en la empresa startup New Organs Biotech S.A. incubada en la aceleradora GridX con la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. Ya consiguieron producir 5 cerdos que están editados genéticamente. Contaron con apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y Facultad de Veterinaria de la UBA y lo anunciaron en febrero pasado.
“Obtuvimos los animales con modificaciones a partir del uso de la técnica de edición genética llamada CRISPR”, contó el doctor Daniel Salamone, investigador del Conicet y de la UBA y miembro de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria. Se utilizó esa técnica para anular al gen que está asociado en el rechazo hiperagudo entre cerdos y primates.
“Estamos trabajando para llegar a contar con piel y riñón de cerdos que puedan ser usados en pacientes, como los que sufren quemaduras o los que tienen insuficiencia renal, en el futuro”, resaltó Salamone.
Adrián Abalovich, director de la comisión de xenotrasplantes de la Sociedad Argentina de Trasplantes y profesor de anatomía y fisiología de la UNSAM, dijo: “Ya hubo varias experiencias de trasplantes de corazón y riñón de cerdos modificados que han sido aprobados por comités de ética en otros países. Los dos últimos son los xenotrasplantes de riñones en los Estados Unidos que se conocieron la semana pasada. En general, las intervenciones se hacen en personas con muerte encefálica. En el caso de Bennett, que recibió un corazón en 2022, el paciente estaba vivo”.
Existen objeciones por parte de grupos protectores de animales a los xenotrasplantes porque implican la muerte de los cerdos. Pero Abalovich recordó que “ya la humanidad produce la muerte de millones de cerdos en el mundo para la alimentación. Entonces, ¿por qué no se podrían usar para salvar vidas humanas? También nosotros recibimos el pedido de personas angustiadas por los seres queridos en situación crítica. Además, hay que tener en cuenta que ya la mayoría de los medicamentos y las vacunas se han evaluado en investigaciones en animales”.
¿Podrán ser masivos los trasplantes a partir de animales durante la próxima década?
Para el profesor Cardiff, “la superación de los obstáculos a los xenotrasplantes en los próximos diez años exigirá una combinación de avances científicos, tecnológicos y normativos. Los avances en ingeniería genética combinados con fármacos que regulen el sistema inmunitario del receptor son fundamentales para superar la barrera del rechazo”.
Para hacer frente al riesgo de infección -consideró el científico desde Irlanda-, “deben establecerse métodos rigurosos para examinar a los animales donantes en busca de posibles infecciones zoonóticas y garantizar que los órganos trasplantados estén libres de patógenos”.
En cuanto a la compatibilidad fisiológica, “es preciso conocer mejor las alteraciones funcionales que provoca la colocación de un corazón animal en un sistema humano. Por otra parte, la confianza sólo puede lograrse demostrando con éxito el xenotrasplante en ensayos clínicos humanos. Mientras tanto, será fundamental sensibilizar a la opinión pública y establecer marcos éticos y normativos sólidos”, sostuvo Cardiff.
Gabriel Gondolesi, director de uno de los laboratorios del Instituto de Medicina Traslacional, Trasplante y Bioingeniería, que depende de la Universidad Favaloro y el Conicet, y jefe de cirugía General y de trasplante Hepático, pancreático e intestinal en el Hospital Universitario Fundación Favaloro dijo: “Los últimos avances a partir de los trasplantes de un corazón y de riñones de cerdos modificados en los Estados Unidos han marcado un cambio significativo. Se usan cerdos porque son animales muy compatibles con los humanos desde el punto de vista anatómico”.
En Estados Unidos -afirmó- “hay una gran producción de animales modificados para hacer xenotrasplante y cuentan con una mayor inversión tanto pública como privada en investigación”.
En países, como la Argentina, “aún el desarrollo de los xenotrasplantes es más preliminar -opinó Gondolesi-. Pero considero que si se logran sortear varios obstáculos es probable que en una década los xenotrasplantes sean una opción segura y eficaz que permitirá superar la escasez de órganos”.