Divisa
El euro digital: ¿debe competir con el resto de pagos?
El BCE explica que los pagos en efectivo están disminuyendo debido a la preferencia de los ciudadanos por los pagos digitales y el comercio electrónico.
La Unión Europea avanza paso a paso hacia la puesta en vigencia de su nueva divisa digital. "Un euro digital debería diseñarse de forma que sea lo suficientemente atractivo para su uso generalizado como medio de pago, pero, al mismo tiempo, se evite que tenga tanto éxito como depósito de valor que desplace al dinero privado y aumente el riesgo de retiradas masivas de depósitos bancarios", ha señalado el ejecutivo italiano del Banco Central Europeo (BCE), Fabio Panetta, durante su participación en un coloquio organizado por el Real Instituto Elcano.
El economista italiano ha explicado que el efectivo en los pagos está disminuyendo debido a que los ciudadanos muestran una preferencia cada vez mayor por los pagos digitales y el comercio electrónico, mientras que los billetes se utilizan cada vez más como depósito de valor.
MENOS EFECTIVO, MÁS DINERO DIGITAL
En medio de este contexto de eventual cambio económico, el ejecutivo afirma que "si estas tendencias persistieran y se aceleraran, el efectivo acabaría perdiendo su papel central", al tiempo que ha señalado que el dinero en papel se convertiría así "en un medio de pago que los ciudadanos serían reacios a utilizar, puesto que se adaptaría peor a sus necesidades".
"Al igual que el sello de correos perdió gran parte de su utilidad con la llegada de Internet y el correo electrónico, el efectivo podría perder relevancia en una economía cada vez más digital", ha explicado, apuntando que en este escenario se debilitaría la eficacia del dinero del banco central como ancla monetaria. "El euro digital y el efectivo se complementarían entre sí para garantizar que el dinero de banco central continúe siendo un ancla monetaria para el ecosistema de pagos, sirviendo como medio de cambio, depósito de valor y unidad de cuenta", ha subrayado.
El economista italiano aseguró que, además de poseer un "atractivo intrínseco", un euro digital debería ser ampliamente accesible y utilizable para tener éxito "sin percibirse como un competidor de los servicios de pago digitales que ofrece el sector privado y reforzando la competitividad de los pagos europeos, al abaratarlos y aumentar su eficiencia para los usuarios". Así, el BCE busca impulsar al euro digital como una divisa de alta cotización en el mercado global.