Entrevista

“El teatro se cruzó en mi vida, me inoculó con su maravilloso veneno y no me dejó escapar”

Álvaro Morte, el recordado “Profesor” de La casa de papel, se embarca en una aventura histórica que recupera la saga de Magallanes y Elcano alrededor del mundo.

Ya disponible en Prime Video, Sin límites, protagonizada por Rodrigo Santoro y Álvaro Morte en los personajes de Fernando Magallanes y Juan Sebastián Elcano, respectivamente, cuenta la historia épica de un grupo de marineros en un viaje hacia lo desconocido, en una serie repleta de acción y aventura a lo largo de seis episodios de 40 minutos rodados entre España y la República Dominicana. Este multimedio habló en exclusiva con Morte a horas del lanzamiento de la miniserie dirigida por Simon West y le preguntó por sus orígenes en la actuación y su reciente colaboración con Eugenia “China” Suárez.

En Sin límites se narra cómo, capitaneados por el portugués Fernando de Magallanes, 239 marineros partieron desde Sevilla el 10 de agosto de 1519. Tres años más tarde, solo 18 marinos famélicos y enfermos regresaron en la única nave que resistió el viaje, liderados por el marino español Juan Sebastián Elcano. Habían recorrido 69.813,34 kilómetros, rumbo hacia el oeste, completando la vuelta al mundo.

—¿Cuándo supiste que querías ser actor?

—Luego te das cuenta de que cuando pasa el tiempo siempre eso estuvo ahí, pero me di cuenta mucho después. No sabía ni siquiera que se podía estudiar arte dramático, era un universo absolutamente alejado de mí, completamente fuera de mi vida, yo estaba estudiando telecomunicaciones, ingeniería, y de repente el teatro se cruzó en mi vida, me inoculó con su maravilloso veneno y ya no me dejó escapar. Tenía yo 20 o 21 años y a partir de entonces mi vida cambió completamente.

—En este caso, y coincidiendo con otro trabajo que también hiciste para Amazon Prime Video, está la época, si bien La rueda del tiempo es más de fantasía y acá hay algo histórico, ¿cómo es para un actor salir de una interpretación más contemporánea, con el presente, y ponerse en época? ¿Qué trabajo tenés que hacer?

—Para mí es importante la construcción de lo que estás haciendo, tenés que escuchar mucho lo que se te está pidiendo desde la producción, lo que se te está pidiendo desde la dirección, porque hay muchas maneras de hacer época.

Hay muchos estilos de enfrentarse a ella, desde una actitud absolutamente rigurosa, o de permitirte, como hemos hecho en esta ficción, ciertas licencias, porque se estaba buscando, justamente, el entretenimiento y el disfrute del público, pero bueno, tal vez por tener la formación teatral que tengo y haber trabajado textos del Siglo de Oro español, textos isabelinos, y de haberme puesto ya calzas y jugones.

Desde que empecé a estudiar, hay cierta familiaridad desde mi sitio, porque me he formado en eso, que tengo herramientas a la hora de enfrentarme a un personaje de este tipo.

Fijate que cuando arranqué a grabar Sin límites, todavía no había terminado la quinta temporada de La casa de papel, en las últimas semanas de la serie tuve que mezclar los dos proyectos al mismo tiempo, y claro, podés pensar que te volverías loco pasando de un personaje a otro, pero no pasa porque lo tenés construido.

Para mí el trabajo más importante que tenés que hacer es la generación del personaje que querés mostrar, que al principio tenés dudas, lo tiro por aquí, lo tiro por allá, qué hacemos con esto, porque lo estás construyendo, pero una vez que lo tienes claro en tu cabeza, es como ponerte un traje. Te ponés el traje del Profesor, o el de Elcano, o el de Logain en La rueda del tiempo, o el que sea, y yo entro, y, ­afortunadamente, yo creo que no arrastro nada del personaje que acabo de dejar atrás.

—Vas saltando de un personaje al otro, tratando de que la gente se sorprenda, además, con los roles. ¿Qué podés adelantar de Objetos, donde compartiste con Eugenia “China” Suárez el trabajo?

–La película está dirigida por Jorge Dorado y tiene un tono muy especial, distinto, son casi dos películas en una; rodamos primero en España, luego en la Argentina y, sin spoilear, para el tercer acto cambiás de decorado, la atmósfera, la luz, dándole un giro muy interesante a la película.

Con Eugenia no nos conocíamos personalmente, habíamos oído hablar del otro, y te diría que hubo mucho ­feeling, mas allá de que creo que hace un trabajo maravilloso, es una chica absolutamente simpática y a favor de trabajar y de colaborar todo lo que sea necesario para que las secuencias ­funcionen, así que en ese sentido ha sido estupendo.

Su fanatismo por Errol Flynn 

—Leí en algunas entrevistas que eras fanático de las películas de Errol Flynn, de los filmes de aventuras, y más allá de calzarte el traje de un personaje histórico, como es el de Juan Sebastián Elcano, que une América y Europa y demostró, para los más escépticos, que la Tierra no era plana como se lo creía, ¿cómo fue entrar en el género?

—Efectivamente recuerdo haberme criado con las películas de Errol Flynn, de Burt Lancaster, El halcón y la flecha, todas aquellas de piratas y demás, y el género siempre me gustó mucho, desde el más puro divertimento y el disfrute, ¿quién no se ha vestido de pirata alguna vez de pequeño y ha jugado a que está luchando con alguien con una espada de madera? Entonces desde ese sitio ya era muy atractivo el meterse en un proyecto de este tipo, y luego por otro lado sí que me parecía necesario, no sé en tu país, pero recuerdo que de pequeño no se le daba demasiada importancia a esta epopeya tan increíble. Sí se pasaba un poco por encima que Juan Sebastián Elcano y Magallanes dieron la vuelta al mundo y ya vamos a otra cosa, y me pareció, en cierto sentido, que nos debíamos la responsabilidad de contar esta historia tan grande que cambió el curso de la historia de la humanidad. Por un lado me divertía mucho vestirme de pirata y decir frases como “levad anclas” y ese tipo de cosas, o “al abordaje” y cosas así, muy pirateras, y también esa parte de responsabilidad que yo pienso que es una historia que se debe poner en valor por la épica de lo que fue aquello.