Crece la duda

Encuentran restos humanos cerca del área en que desapareció el actor británico Julian Sands

Se han encontrado restos humanos este sábado en el sur de California cerca del área donde los investigadores han estado buscando al actor británico desaparecido Julian Sands.

Según las autoridades, la zona está cercana al sendero denominado Baldy Bowl Trail, por el que el intérprete salió a hacer una caminata de la que nunca regresó hace ya más de cinco meses.

“Montañeros civiles contactaron con la oficina del sheriff de [la ciudad de] Fontana tras descubrir restos humanos en una zona al aire libre del monte Baldy”, ha explicado el departamento del sheriff del condado de San Bernardino, al que precisamente pertenece esa ciudad de Fontana, que se encuentra al noreste de la ciudad de Los Ángeles, en California.

Según el comunicado, los investigadores tendrán una identificación definitiva y completa de los restos la semana que viene.

El monte Baldy y en concreto ese camino denominado Baldy Bowl Trail siempre han sido el área de búsqueda de Sands, puesto que los investigadores, tras su pérdida, lograron recuperar ciertas señales de su teléfono móvil que lo situaron allí.

Todo rastro del británico se esfumó la tarde del 13 de enero, aunque no fue hasta el 19 de ese mismo mes cuando la policía dio a conocer que era uno de los dos excursionistas que se perdieron por la zona esos días. “En algún momento de ese día se marchó para una caminata y, cuando no regresó, su familia denunció su desaparición”, señaló entonces la portavoz del departamento del sheriff del condado de San Bernardino, Gloria Huerta, en declaraciones a la agencia AP.

La búsqueda de Sands se activó entonces, pero en ese momento, en enero, tuvieron que frenarla debido a las inclemencias meteorológicas que azotaron California, que este pasado año ha vivido un invierno más duro y extremo de lo que suele acostumbrar, con nevadas como no se habían visto en 40 años.

En este tiempo ha habido hasta ocho operaciones de rescate durante más de 500 horas para intentar encontrar a Sands. De hecho, hace una semana, el pasado sábado 17 de junio, más de 80 voluntarios de búsqueda y rescate, agentes policiales, dos helicópteros y tripulaciones de drones retomaron la tarea, entonces de forma infructuosa.

Tampoco fue fácil, porque el arranque del año ha sido lluvioso y el principio del verano sigue dejando temperaturas más suaves de lo habitual para esta época del año en el Estado, tanto que en zonas tan recónditas como estas el invierno no ha terminado de marcharse: “Muchas de las zonas incluyen terrenos y barrancos muy inclinados, que todavía tienen más de tres metros de hielo y nieve”, dijeron la semana pasada las autoridades en su comunicado.

De hecho, la familia lanzó poco después un comunicado: “Seguimos llevando a Julian en nuestros corazones con brillantes recuerdos de él como fabuloso padre, marido, explorador, amante de la naturaleza y las artes y como un original y colaborador actor”.

Julian Sands, nacido hace 65 años en Otley, (una pequeña localidad al norte de Leeds, en el corazón de Inglaterra), vive en Los Ángeles desde hace años con su esposa, la escritora y periodista estadounidense Evgenia Citkowitz (descendiente a su vez de la célebre y millonaria familia Guinness), con quien se casó en 1990 y con quien tiene dos hijas; además, él tiene un hijo más mayor, Henry, nacido de un matrimonio anterior a mediados de los ochenta.

Sands siempre ha sido un apasionado de la montaña y por tanto California ha supuesto todo un paraíso para él, ya que salir a caminar por los montes y a hacer rutas senderistas es un placer para miles de angelinos y de californianos.

Al actor, conocido por sus papeles en Una habitación con vistas (1985), Warlock (1989) y Leaving Las Vegas (1995), así como en series como 24 y Smallville (donde interpretaba al padre de Superman), no le falta experiencia en la montaña. Ya contó en una entrevista con el diario británico The Guardian en 2020 que hace tres décadas pasó por un trance en la montaña en el que llegó a temer por su vida: “A principios de los noventa, en los Andes, cuando estábamos atrapados en una tormenta atroz por encima de los 20.000 pies con otros tres”, relató. “Todos estábamos muy mal. Algunos tipos cercanos a nosotros perecieron; tuvimos mucha suerte”.