Entrevista
Fabio Lacolla: “Somos una banda de rock que practica el poliamor de géneros”
En diálogo con este multimedio, el músico y psicólogo presentó el material reciente que produjo junto a su agrupación, integrada por amigos.
Bajo la profesión de psicólogo, y músico como oficio de vida, Fabio Lacolla formó una banda junto a sus amigos que fue bautizada como El Maldito.
En la actualidad, estos buenos muchachos pusieron manos a la obra para componer, producir y grabar un disco titulado Uno entre diez mil que está basado en múltiples géneros y ahora puede ser disfrutado en todas las plataformas digitales.
Durante una charla con este multimedio, el analista y artista reveló los detalles de este álbum como también se expresó sobre la génesis de la formación.
—¿De qué manera pusieron manos a la obra para darle rienda al proyecto musical?
—El Maldito es una banda pandémica creada in vitro, y en ese acto de creación editamos Uno entre diez mil, nuestro primer disco. Ahora estamos preparándonos para pasar del in vitro al in situ y poder presentar el material en un escenario. Somos una banda de rock que practica el poliamor de géneros, de hecho, en este primer disco hay un bolero tocado a la vieja usanza: guitarra, contrabajo y bongó. El maldito tiene un alto rango etario y eso hace que nos enamoremos de muchos estilos. Nos gusta la ambigüedad y poder escapar de la bajada de línea. Ser contradictorios nos permite desdecirnos tanto desde lo musical como desde la poesía. Tenemos a Fernando Mojito, un gran compositor que habla de cosas profundas sin abandonar la superficie.
—¿En qué otros proyectos están inmersos?
—En mi caso estoy escribiendo una novela que se llamará Lechón, será mi primera novela, pero mi sexto libro, los anteriores fueron todos ensayos, entre los cuales se encuentra Estar en banda, sobre la psicología del músico de rock, donde cuento mi experiencia como psicólogo de bandas.
—¿Cuál es la visión de la escena actual?
—La peste no nos permite ver con mucha claridad el futuro a mediano plazo. Sin embargo estamos agradecidos de haber podido editar un disco entre tantas esquirlas, pero realmente no sabemos de qué manera ir volviendo, aunque como dice Hölderlin: Ahí donde está el peligro está la salvación. No siempre nuestro arte es recepcionado, a veces es decepcionado (risas). Somos una banda en desarrollo y recién estamos explorando esa recepción a la cual te referís. En unos meses volvemos a hablar. Hacer un disco es responsabilidad del músico, ahora qué pase con el disco… Es responsabilidad del disco.
—¿Cómo adherís a las luchas y conquistas de género?
—Pensando juntos, deconstruyendo y básicamente con el ánimo de aprender todos los días un poco más. Celebramos la voz del feminismo, el cupo femenino en los espacios de arte y sobre todo el respeto infinito.
—¿Por qué decidiste aceptar este desafío tan grande?
—El espíritu de la época nos va formateando cuál es nuestro compromiso ético y estético en cada paso artístico que damos. Después está en cada uno elegir si resistirse o dejarse atravesar por ese espíritu. En nuestro caso creemos que debemos acompañar la lucha desde nuestro lugar sin invadir las consignas.
—¿Qué tiene de vos esta reversión?
—Siendo músico, psicólogo y escritor, está todo dicho. Todo el tiempo mi trabajo exige una reinvención, te diría que soy un trabajador de cornisa.
—¿De qué manera conjugás tus dos profesiones y pasiones?
—Sabiendo disociar los roles y creer ser demasiado psicólogo para ser roquero y demasiado roquero para ser psicólogo.
—¿Por qué recomendarías al público que asista a la función?
—Sucede que nuestro show está pensado como una celebración y en tiempos de la peste es difícil encontrar espacios para celebrar, ¿y qué celebramos? La música, el rock y el saber decir.