Nuevo Orden Mundial
G20 Indonesia: lo que nos dejó la Cumbre de mandatarios
Ya finalizado el encuentro, una de las cosas que nos dejó es el regreso triunfal del presidente chino a la escena internacional de forma presencial, un canal abierto de comunicación con Estados Unidos en medio de los tantos frentes de disputas y una declaración final condenatoria a la guerra en Ucrania.
Primero que nada, hubo grandes acercamientos: Xi Jinping y Joe Biden encontraron varios puntos en común en su bilateral, incluyendo el de evitar un conflicto entre las dos principales economías del mundo, divididas por asuntos comerciales, geopolíticos y tecnológicos.
Biden dijo que no hay necesidad de "una nueva Guerra Fría", mientras Xi afirmó que el mundo es "suficientemente grande" para la prosperidad de ambas potencias. Se acercaron un poco en cuento a la guerra en Ucrania, pero las diferencias sobre Taiwán siguen estando
En contra parte, Serguei Lavrov, Ministro de Relaciones Exteriores ruso que estuvo al frente de su delegación, recibió en varias oportunidades las condenas a la invasión de su país sobre la vecina Ucrania.
Varios de los líderes, pero especialmente Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Reino Unido y Japón, reprocharon en duramente la ofensiva lanzada por Moscú. Volodimir Zelenski, Presidente ucraniano, participó por videoconferencia para exigir un fin "a la guerra destructiva de Rusia".
Lavrov no se movió de su asiento durante todas esas intervenciones, pero sí eligió irse esa misma noche de Indonesia y no participar del segundo día de actividades.
El mandatario chino también se juntó con el primer ministro australiano Anthony Albanese, en medio de tensiones entre las naciones con influencia en la región del Pacífico. Hacía 5 años que estos dos países no celebraban una bilateral. Luego de la cita, ambos jefes de Estado resaltaron la necesidad de "desarrollar" las relaciones tras una "discusión positiva y constructiva".
Otra bilateral esperada fue la de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, con el mandatario turco Recep Tayyip Erdogan, al que la líder de ultraderecha llamó el año pasado "sultán" en Twitter y lo acusó de querer convertir Turquía en un "sultanato islamista".
Erdogan también se reunió con Biden, luego de que el gobierno turco acusara a Estados Unidos de apoyar a las fuerzas kurdas que Ankara califica de "terroristas" y responsabiliza del atentado que dejó seis muertos el domingo último en Estambul. Pero la cara y los gestos de Erdogan dijeron mucho de esa reunión, que fue hecha casi por obligación
La declaración de la cumbre
La misma, que incluye una "condena firme" a la guerra entre Ucrania por parte de "la mayoría de los miembros", es otro ejemplo del alejamiento previsible que genera la ofensiva rusa. Pero el hecho de condenar la "guerra en Ucrania" y no la invasión rusa a Ucrania, parecen reflejar una intención de evitar un rechazo de Rusia a la declaración, ya que el Kremlin objeta que se trate de una invasión y se refiere al conflicto como una "operación militar especial" necesaria para la seguridad nacional rusa.
En ese sentido, el comunicado admite que "hubo otros puntos de vista y diferentes evaluaciones de la situación y las sanciones" contra Moscú.
La declaración también dedica varios párrafos a la crisis alimentaria "exacerbada por los conflictos y las tensiones actuales".
"En el hemisferio sur los alimentos se encarecen o faltan y lo que termina matando no son las balas o los misiles, sino la pobreza y el hambre", dijo en ese sentido el canciller argentino Santiago Cafiero, quien sustituyó en los debates iniciales al presidente Alberto Fernández, diagnosticado con un cuadro de gastritis erosiva.