Entrevista
Geena Román: “En la vida todos actuamos”
La talentosa intérprete, que ha participado de producciones como White lines, se suma a Limbo, la propuesta protagonizada por Clara Lago.
Vino desde España y se instaló durante meses en el país para el rodaje de Limbo, serie exclusiva de Star+ protagonizada por Clara Lago, Mike Amigorena y Esteban Pérez, y que sigue a Sou (Lago), una joven multimillonaria que debe lidiar con los efectos que tiene en su vida el fallecimiento de su padre. En la propuesta es su mejor amiga.
Asimismo, Geena Román es conocida por sus papeles en series y películas como White lines, de los mismos creadores de La casa de papel, Veneno (la apasionante historia del ícono queer de España) y Terror y feria.
También quiso ser parte de Limbo ni bien le comentaron que pasaría seis meses en la Argentina que, de hecho, se multiplicó por dos al regresar para filmar la segunda temporada aún inédita.
En la serie encarna a Perla, un personaje cercando a la protagonista, alguien a quien acude cuando se le cortan posibilidades para ser libre y seguir con su vida a pesar del deseo de sus hermanos.
En diálogo con este multimedio cuenta detalles de su participación
—¿Cuáles son las sensaciones que finalmente dejó la serie cuando se estrenó y salió del “limbo”?
—Loca, loca de ganas que se estrene, que la vea mi familia, que se vea en España. Es como una tranquilidad que sabés que estás sembrando y después la cosa sale.
—¿Qué trabajo hiciste con Clara y Andrés Gil para que la amistad que se vea entre ustedes trascienda la pantalla?
—Para mí, lo que siento, es que cuando nos conocimos todos nos dieron una recomendación: Vayan hoy mismo a tomarse algo, y no nos costó nada, y fue ese día, el siguiente y el siguiente, y así se creó como un vínculo de familia, de hermanda. A veces hasta se nos olvidaba que estábamos en el set, y estábamos jugando, y nos llamaban la atención. Fue todo mágico.
—Vista la serie ,¿qué fue lo que más te gustó del proyecto? ¿Qué resaltarías de su génesis?
—A mí en este caso me fascinó la fusión de Madrid y Buenos Aires, como la estética de cada personaje, de cada patrón, es surrealista, a mí me encanta, veo a Sou o a los personajes vestidos y digo: Yo me vestiría así, me pondría esa ropa, que es como si siempre fueras a un festejo o a un carnaval, me engancha la estética, los colores, fascinada, es como en esas series que las ves y te marcan de por vida.
—¿Sos de juzgar los personajes? ¿Qué relaciones mantenés respecto a las interpretaciones?
—Yo no los juzgo, de momento, que es corta mi carrera, no he juzgado a ninguno de los personajes. Siento que en la vida todos actuamos, les sale natural porque no saben que lo están haciendo, y vivimos actuando en la sociedad, y al actuar de verdad muchas veces uno se traba, porque justamente sabes que estás actuando.
—¿Qué locuras hiciste por un amigo? Acá volás a Buenos Aires para ver a tu amiga, pero en la vida real, ¿qué hiciste? De lo que se pueda contar, claro…
—Yo hice una pero me la tengo que callar. He tenido situaciones que no se pueden contar y otras más normales, como con mi mejor amiga que se llama Stella que, cuando se puso los pechos, se miraba y se ponía azul, y estuve con ella 25 días, cuidándola, al punto de casi limpiarla, eso es un poco lo más extremo que hice, y que cuando termina decís: No te quiero ver por un tiempo.
—¿Por qué hay que ver Limbo? ¿Cuáles serían las recomendaciones para los interesados?
—Yo pienso que uno de los motivos por los que todo el mundo tendría que ver Limbo es porque aprenderán algo, se van a llevar algo, un aprendizaje, porque hay aceptación, sufrimiento, pero también la ves con una sonrisa en la boca y no querés que termine, te deja algo.