Entrevista

John McTiernan: “En mis películas siempre los personajes femeninos y masculinos son respetados”

Engalanando la ocasión con su presencia y sapiencia, el realizador de clásicas propuestas de Hollywood dio una masterclass y participó en la premiación de varias proyecciones.

Un premio a la trayectoria puede ser en muchos casos algo caprichoso. Varias personas se ponen de acuerdo en definir qué es lo que hace acreedor a un otro u otra de semejante distinción. Sin dudas el caso de John McTiernan en el 37° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata es indiscutido. Uno de los directores que impulsó ya clásicos como Duro de matar o Depredador, pero que también reinventó el cine de acción con propuestas como La caza del Octubre Rojo o El último gran héroe. Este multimedio accedió a una charla exclusiva al lado del mar donde se habló de muchas cosas.

—¿Cuándo supiste que querías ser director?

—A mis 20 años.

—Viste muchas películas con tu madre de muy pequeño, títulos que no eran para niños, ¿recordás alguno?

—Vagamente, pero sí muchos de Elizabeth Taylor, como El gato sobre el tejado de zinc caliente, muchas adaptaciones de Tennessee Williams, trato de acordarme otros, Gigante, fueron cientos.

—¿Le gustaban esas películas a tu mamá?

—No, estaba aburrida, iba al cine para distraerse, no teníamos dinero para que ella pague una niñera y me llevaba.

—¿Recordás tus sensaciones en el cine?

—No, era muy pequeño, y recién cuando en mi secundaria me mostraron algunas películas y recordé: Ey, esto yo lo vi, no me acordaba mucho pero sí eso de haber ido con mi madre.

—¿Cuál fue la primera película que vos elegiste ir a ver?

—Fue una de Truffaut, La noche americana, quería ver su estructura, porque generalmente uno se acerca a ver películas por la razón errónea, yo quería entender su esencia.

—Así que todo empezó con Truffaut…

—Sí, y luego avancé, porque él hizo todo muy simple, hace referencia a algo técnico, específicamente, pero no hay “accidentes” en sus películas, él siempre trabajó con mucho cariño en sus películas, siempre han tenido un gran corazón.

—Duro de matar es una película con un gran corazón…

—Eso espero.

—Viéndola en el marco del festival, el personaje de Bonnie Bedelia, para una película de acción, es muy de avanzada, con una fuerte impronta feminista, ella está empoderada, tiene un gran puesto en la empresa y, si bien firma con el apellido de su marido por una cuestión de necesidad, se maneja sola…

—Pero eso no fue una decisión política. Siempre en mis películas los personajes, femeninos y masculinos, son respetados, no hay algo único, es muy halagador lo que decís, pero no quería hacer una declaración feminista con ese personaje, es algo que funciona para la historia.

—Pero en ese momento era imposible pensar así en una película, y menos una película de acción…

—No sé qué decirte, porque para mí no es algo especial, de hecho repetí lo que pienso sobre las mujeres, me crié con mujeres fuertes, mi madre estaba escolarizada, sólo se aburría por lo que “tenía” que hacer en su casa, siempre estuve rodeado de mujeres fuertes.

—¿Te gusta tener fanáticos?

—Por supuesto, es mucho mejor que no tenerlos (risas), no cambia tu vida, es muy lindo, emocionante, y estoy muy agradecido a ellos.

—Siguiendo con estos temas, estos fanáticos, por ejemplo, ven todos los años Duro de matar en Navidad

—Sí, se convirtió en una película navideña, pero nunca nos planteamos eso, es genial, ojalá pudiera tener más películas como esa.

—Trabajaste con grandes estrellas, pero, particularmente, ¿cómo fue tu relación con Sean Connery?

—Él era increíble, un poco duro, eso me asustaba, pero era algo característico de figuras como él. No me preocupé nunca por eso. Recuerdo cuando hicimos La casa del Octubre Rojo, que al tercer día de rodaje se fue y me dijo: Buenas noches chico, y entendí que estaba todo bien si se iba y me decía eso. Lo puso muy contento hacer esa película, él era muy detallista, sofisticado en como miraba todo, y cuando entendió que íbamos a rodar algo distinto, porque el set de esa película estaba hecho para que la cámara se introdujera y mirara la acción, así contamos la historia. Y eso a Connery le gustó mucho, mucho.