MEDIATICAS
La insaciable maquinaria mediática del clan Kardashian
Kanye West contará con un entramado de millones de seguidores en redes sociales y una fortuna in crescendo para dar alas a sus aspiraciones políticas
La maquinaria detrás de su quimera electoral sería descomunal. Una tribu de 'influencers' como la era de las redes sociales jamás ha visto, las Kardashian al completo y el resto de su clan. Kanye West no estará solo si persiste en su extravagante empeño de ser el tercero en discordia en las próximas elecciones presidenciales. Puede hacer daño -especialmente a Joe Biden- si consigue movilizar a la inmensa marea de fieles que ha logrado amasar su familia política a base de vídeos porno, cirugías estéticas sin piedad, poses en tanga y un 'reality' banal que llevan emitiendo en televisión más de una década de forma ininterrumpida. Han construido un imperio exprimiendo el arte de ser famosos.
De momento, West tiene hasta una voluntaria para vicepresidenta entre la familia para completar su fórmula presidencial, una transexual y ex medallista olímpico en los Juegos de Montreal. Caitlyn Jenner -conocida antes como Bruce Jenner- está convencida de que formaría una brillante pareja junto a su yerno. El portal TMZ asegura que ya han hablado del tema y que al rapero le parece una opción interesante.
Tirón tiene y mucho. Para empezar, supera ampliamente a Biden en seguidores en redes sociales -15,3 millones entre Twitter, Instagram y Facebook frente a los 11,7 millones del aspirante demócrata-, ha salido en televisión durante años en 'Keeping Up With the Kardashians', y ha sido capaz de conmover a millones de americanos con su historia. De ella dicen que es la transexual más célebre del mundo.
No podría ser de otra forma en un clan donde la fama es el 'modus vivendi y operandi'. Solo Kim Kardashian, la estrella indiscutible de la fórmula y mujer de West desde 2014, tiene una fortuna que la revista Forbes sitúa en 900 millones de dólares. La venta a Coty de un 20% de su línea de productos de belleza, KKW Beauty, se cerró por 200 millones de dólares.
A eso hay que sumar lo que ingresa por la serie de televisión, un perfume, una marca de ropa y cada 'post' que publica en Instagram, donde la siguen casi 180 millones de personas. TMZ tuvo acceso a documentos en 2019 en los que reconocía que cobraba entre 300.000 y 500.000 dólares por cada entrada patrocinada. A sus 39 años es una auténtica máquina de hacer dinero.
No es la única. Su hermanastra, Kylie Jenner, se hizo con el título honorífico de "billonaria más joven de todos los tiempos" de acuerdo a Forbes. Con 22 años tiene una fortuna superior a los 1.000 millones de dólares por su firma de cosméticos. También alcanzó un acuerdo con Coty para desprenderse del 51% de las acciones por un valor de 600 millones de dólares. Aún así, mantiene el control de las operaciones creativas y de marketing.
En un escalón más modesto está Khloe, la hermana menor del matrimonio entre Kris Jenner y el abogado de origen armenio Robert Kardashian. Sus 40 millones de dólares los ha amasado principalmente por sus apariciones en las 18 temporadas que lleva el 'reality' familiar. El programa lo maneja la matriarca del clan, Kris -ex mujer de Caitlyn Jenner-, un trabajo por el que se ha embolsado más de 30 millones de dólares y del que también se nutre su hija mayor, Kourtney, con una fortuna similar a la su madre. El poder de este entramado no parece tener límite en plena era del culto a lo superfluo.
Debería ser suficiente para espolear las presuntas ambiciones presidenciales de West, el antiguo simpatizante de Trump. Y de paso, promocionar sus otras aventuras empresariales. Hace tiempo que entre sus fuentes de ingresos no sólo están la música y las compañías con las que se ha hecho multimillonario. La religión es su nueva mina de oro.
West lleva casi dos años ofreciendo servicios cristianos por todo el país como una forma de "abrir nuestros corazones y componer música que sentimos, lo más pura y positiva posible". Detrás hay una marca de ropa, una película en formato Imax y un disco de góspel y 'hiphop' cristiano, el noveno de su carrera. 'Jesus is the King', se llama.
Son misas exclusivas a las que sólo se puede acceder con invitación y pases VIP y que West intentó patentar incluso en Estados Unidos. Comenzaron en enero de 2019 en su casa de Los Ángeles, en el jardín de su inmensa mansión de Hidden Hills, y ahora son parte de una gira que algunos testigos presenciales describen como un negocio en movimiento. West quiso construir una estructura "de meditación" cerca de su rancho en Cody, Wyoming, pero dio marcha atrás.
A eso se enfrentan Trump y Biden en algunos estados, a un rapero, predicador, empresario y adorador de sí mismo con un aparato logístico de marketing detrás que ya quisieran sus dos contrincantes.