Entrevista

La Orquestonga: “El desafío es buscar nuevos espacios y seguir creando música”

Durante una charla con este multimedio, los integrantes de la banda se expresaron sobre el regreso a los escenarios y presentaron su nuevo disco.

Bajo la excusa de la presentación de su disco titulado Latineses, La Orquestonga regresa a los escenarios este sábado, a las 19, en La Tangente, ubicado en el barrio porteño de Palermo.

La formación está compuesta por Juan Bonaudi (voz y percusión), Lolo Micucci (piano y coros), Roger Bas (batería y coros), Marcelo Wengrovski (guitarra y coros), Horacio Salerno (bajo), Miguel A. Tallarita (trompeta), Pablo Fortuna (saxo), José Rangel (trombón), Iván Carrera (trompeta), Jansel Torres (percusión) y Lucas Guzmán (acordeón).

En diálogo con este multimedio, los integrantes de la banda se expresaron sobre la actualidad y dieron a conocer sus proyectos a futuro.

—¿Bajo qué condiciones se gesta La ­Orquestonga?

—Tomamos las ideas de las grandes orquestas de los años 50 y 60 y comenzamos a elaborar un repertorio propio y de covers. La matriz fue mixturar ritmos latinos, haciendo una especie de recorrido por los diferentes países y saboreando cada uno de los lugares que lo habitan.

Presentamos Latineses, nuestro último disco. Siempre estamos componiendo para nuevos proyectos, la pandemia también hizo que tuviéramos mucho tiempo para diseñar estrategias de comunicación y desarrollo de la orquesta. Tal vez la posibilidad de hacer música ya es un mensaje en sí mismo, pues conecta a quien lo ejecuta con los receptores en un lugar que es difícil de explicar, pero que sin dudas modifica a uno como a otros, y tiene gusto a felicidad. Si la gente se va distinta luego de un show, si pudo cantar, bailar, mover su alma en sentido a las agujas del amor ya está cumplido el objetivo.

—¿Qué otros objetivos tienen por delante?

—La tarea de tener un nuevo proyecto dinamiza la banda, la pone en acción y acelera el motor para llevarnos por caminos impensados. Los proyectos son la utopía posible que cuando se alcanzan de alguna forma, se vuelve un placer extraordinario. Los y las trabajadores de la música estamos pasando un difícil momento debido a la pandemia y la imposibilidad de desarrollar nuestro trabajo desde hace 1 año y medio. Las medidas para sobrellevar esta crisis no han sido suficientes, aunque fueron bienvenidas en el peor estado de la cuarentena. Esta pandemia trajo un sinnúmero de situaciones complicadas para los artistas independientes, dejando al descubierto la fragilidad y una sensación de que muchos y muchas lamentablemente quedarán en el camino. De a poco hay lugares que se abren con aforos reducidos y eso hace pensar que en algún momento volvamos a cierta normalidad. En cuanto a lo artístico, vemos mucha gente nueva que viene empujando para ser visibilizados y eso está buenísimo, porque las nuevas plataformas dan esa oportunidad, pero también juegan su partido al momento de monetizar como de debe las regalías, situación que solo unos pocos al fin logran.

Tenemos una gran posibilidad por delante para mostrar una orquesta que juega con su música en toda Latinoamérica. La devolución del público local es maravillosa, llenando cada lugar en el que tocamos y desatando una alegría que nos fortalece y motiva para seguir adelante. El desafío es buscar nuevos espacios y seguir creando música, conectar desde esta forma tan preciada con las diversidades rítmicas de toda la patria grande. La profesión permanentemente te sorprende con nuevas melodías y situaciones impensadas.