Salud y Bienestar

Los alimentos ultraprocesados tienen mucha incidencia en un mayor riesgo de cáncer

Una nueva investigación británica aporta más datos sobre la ingesta de estos productos, que también aumentan el riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Se estudiaron 200.000 personas en 10 años

El consumo de alimentos ultraprocesados se ha vuelto un hábito cotidiano para gran parte de la población. El no tener tiempo para cocinar y la tentación de preparar una comida en cuestión de segundos, puede generar problemas de salud a largo plazo, como el mayor riesgo de aparición de cáncer.

Es que un mayor consumo de alimentos ultraprocesados puede estar relacionado con un mayor probabilidad de desarrollar y morir a causa de enfermedades oncológicas, según sugiere un estudio observacional dirigido por un equipo de científicos del Imperial College London del Reino Unido.

El estudio analizó registros del Biobanco británico para recopilar información sobre las dietas de 200.000 participantes adultos de mediana edad durante una década.

Investigadores de la Escuela de Salud Pública del Imperial College London han producido la evaluación más completa hasta la fecha de la asociación entre los alimentos ultraprocesados y el riesgo de desarrollar cáncer. Estos alimentos son productos alimenticios que han sido muy procesados durante su producción, como bebidas gaseosas, panes envasados producidos en masa, formitas de papa u otros vegetales, bocadillos de pollo congelados, pizzas y empanadas congeladas, y muchos de los cereales industriales para el desayuno.

Los alimentos ultraprocesados suelen ser relativamente económicos, accesibles y muy comercializados, a menudo como opciones saludables. Pero estos alimentos también son generalmente más altos en sal, grasa, azúcar y contienen aditivos artificiales. El estudio ahora documentó que están relacionados con una variedad de problemas de salud, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares, además de cáncer.

Estos alimentos suelen ser relativamente baratos y se comercializan a menudo como opciones saludables, pero, en realidad contienen un exceso de sal, grasa, azúcar y aditivos artificiales, además de un elevado aporte calórico. Además, son muy pobres en nutrientes sanos como la fibra, las vitaminas, los antioxidantes o las proteínas, por lo que ejercen un doble impacto negativo en la dieta.

Los investigadores monitorearon la salud de 200.000 participantes durante un período de 10 años, analizando el riesgo de desarrollar cualquier tipo de cáncer en general, así como el riesgo específico de desarrollar 34 tipos de cáncer. Y encontró que un mayor consumo de alimentos ultraprocesados se asoció con un mayor riesgo de desarrollar cáncer en general, y específicamente con cáncer de ovario y cerebro. También se asoció con un mayor riesgo de morir de cáncer, sobre todo de cáncer de ovario y de mama.

Por cada aumento del 10% en alimentos ultraprocesados en la dieta de una persona, hubo un aumento del 2% en la incidencia de cáncer en general, y un aumento del 19% para el cáncer de ovario específicamente. Cada aumento del 10% en el consumo de alimentos ultraprocesados también se asoció con un aumento de la mortalidad por cáncer en general en un 6%, junto con un aumento del 16% para el cáncer de mama y un aumento del 30% para el cáncer de ovario.

Estos vínculos se mantuvieron después de ajustar una variedad de factores socioeconómicos, conductuales y dietéticos, como el tabaquismo, la actividad física y el índice de masa corporal (IMC). El equipo de Imperial llevó a cabo el estudio, que se publica en eClinicalMedicine, en colaboración con investigadores de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), la Universidad de São Paulo y la Universidad NOVA de Lisboa.

Investigaciones anteriores del equipo informaron sobre los niveles de consumo de alimentos ultraprocesados en el Reino Unido, que son los más altos de Europa tanto para adultos como para niños.

El equipo también encontró que un mayor consumo de estos alimentos se asoció con un mayor riesgo de desarrollar obesidad y diabetes tipo 2 en los adultos de ese país, y un mayor aumento de peso en los niños del Reino Unido que se extiende desde la infancia hasta la edad adulta.

“Este estudio se suma a la creciente evidencia de que es probable que estos alimentos tengan un impacto negativo en nuestra salud, incluido nuestro riesgo de cáncer. Dados los altos niveles de consumo en adultos y niños del Reino Unido, esto tiene implicaciones importantes para los resultados de salud futuros. Aunque nuestro estudio no puede probar la causalidad, otra evidencia disponible muestra que reducir los alimentos ultraprocesados en nuestra dieta podría brindar importantes beneficios para la salud. Se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos y comprender las mejores estrategias de salud pública para reducir la presencia generalizada y los daños de los alimentos ultraprocesados en nuestra dieta”, indicó el doctor Eszter Vamos de la Escuela de Salud Pública del Imperial College London, y autor principal principal del estudio que fue financiado por el Cancer Research UK y World Cancer Research Fund.

La doctora Kiara Chang, primera autora del estudio, de la Escuela de Salud Pública del Imperial College London, agregó: “La persona promedio en el Reino Unido consume más de la mitad de su ingesta diaria de energía de alimentos ultraprocesados. Esto es excepcionalmente alto y preocupante, ya que los alimentos ultraprocesados se producen con ingredientes derivados industrialmente y, a menudo, usan aditivos alimentarios para ajustar el color, el sabor, la consistencia, la textura o prolongar la vida útil”.

“Es posible que nuestros cuerpos no reaccionen de la misma manera a estos ingredientes y aditivos que a los alimentos frescos y nutritivos mínimamente procesados. Sin embargo, los alimentos ultraprocesados están en todas partes y son muy comercializados con precios económicos y envases atractivos para promover el consumo. Esto demuestra que nuestro entorno alimentario necesita una reforma urgente para proteger a la población de los alimentos ultraprocesados”, completó la investigadora.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación han recomendado anteriormente restringir los alimentos ultraprocesados como parte de una dieta saludable y sostenible.

Hay esfuerzos continuos para reducir el consumo de alimentos ultraprocesados en todo el mundo, con países como Brasil, Francia y Canadá actualizando sus pautas dietéticas nacionales con recomendaciones para limitar dichos alimentos. Brasil también prohibió la comercialización de alimentos ultraprocesados en las escuelas.

 “Necesitamos etiquetas de advertencia claras en el frente del paquete para estos alimentos para ayudar a los consumidores a elegir, y nuestro impuesto al azúcar debe extenderse para cubrir bebidas gaseosas ultraprocesadas, bebidas a base de frutas y a base de leche, así como otros productos. Los hogares de bajos ingresos son particularmente vulnerables a estos alimentos ultraprocesados baratos y poco saludables. Las comidas mínimamente procesadas y recién preparadas deben ser subsidiadas para garantizar que todos tengan acceso a opciones saludables, nutritivas y asequibles”, agregó Chang.

Los investigadores señalan que su estudio es observacional, por lo que no muestra un vínculo causal entre los alimentos ultraprocesados y el cáncer debido a la naturaleza observacional de la investigación. Se necesita más trabajo en esta área para establecer un vínculo causal.

Jorge Dotto, patólogo por la Universidad de Yale y especialista en patología molecular y genética de la Universidad de Harvard, se había referido a esta situación y explicó que “a menor cantidad de ingredientes, más saludable es el alimento. Los alimentos menos procesados son los que el organismo asimila, permiten un metabolismo más eficiente, y por ende, un mejor aprovechamiento de los nutrientes como energía celular. Como consecuencia, tendremos un menor riesgo de que se deposite como grasa en el tejido adiposo generando sobrepeso u obesidad y sus múltiples complicaciones como diabetes, hipertensión arterial y enfermedad cardiovascular”.

Clasificación

Los alimentos ultraprocesados son aquellos alimentos que han sufrido transformaciones respecto a su estado inicial, y según cuanto han sido manipulados por la industria, la OPS considera la clasificación establecida según la escala del sistema NOVA (Universidad de Sao Paulo), del cual adapta y propone clasificar a los alimentos en 3 grupos:

1-Alimento sin procesar o mínimamente procesados: casi sin cambios por parte de la industria, su procesamiento prolonga la vida útil del alimento o mejora su sabor. Se incluyen fruta fresca, seca y congelada; verduras, granos y leguminosas, frutos secos y semillas, carnes, pescados y mariscos; huevos y leche.

2-Ingredientes culinarios procesados: son sustancias extraídas y purificadas por la industria como las grasas, aceites, sal y azúcares. No suelen consumirse solas y su rol principal es para elaborar otros platos.

3-Alimentos procesados y ultraprocesados: los alimentos procesados se elaboran al agregar grasas, aceites, azúcares, sal y otros ingredientes a los alimentos mínimamente procesados, para hacerlos más duraderos y, por lo general, más sabrosos. Se incluyen panes y quesos simples; pescados, mariscos y carnes saladas y curadas; frutas, leguminosas y verduras en salmuera, almíbar o aceite. Según la manera en que se preparen y se usen en las comidas, estos alimentos pueden formar parte de una alimentación saludable.

Los alimentos ultraprocesados son formulaciones industriales elaboradas a partir de sustancias derivadas de los alimentos o sintetizadas de otras fuentes orgánicas. La mayoría de estos productos contiene pocos alimentos enteros o ninguno. Vienen listos para consumirse o para recalentar o reconstituir, y requieren poca o ninguna preparación culinaria.

Muchos de los ingredientes utilizados en la mayor parte de los alimentos ultraprocesados son aditivos como aglutinantes, cohesionantes, colorantes, edulcorantes, emulsificantes, espesantes, espumantes, estabilizadores, aromatizantes, saborizantes, conservantes y solventes.

A menudo, se les da mayor volumen con aire o agua y se les pueden agregar micronutrientes sintéticos para “fortificarlos”. Algunos ejemplos de estos alimentos pueden ser: papas fritas de paquete, snacks dulces o salados, helados, chocolates y caramelos, productos panificados y panes industriales, galletitas, cereales endulzados para el desayuno, bebidas gaseosas o energizantes, bebidas azucaradas a base de leche, formitas de papa u otros vegetales, bocadillos de pollo congelados, pizzas y empanadas congeladas, entre otros.

En resumen, los alimentos ultraprocesados, están nutricionalmente desequilibrados. Tienen un elevado contenido en azúcares libres, grasa total, grasas saturadas y sodio, y un bajo contenido en proteína, fibra alimentaria, minerales y vitaminas, en comparación con los productos, platos y comidas sin procesar o mínimamente procesados.

Estos alimentos, representan un riesgo para la salud humana por distintas razones, tienen una calidad nutricional muy mala y, por lo general, son extremadamente sabrosos, a veces hasta casi adictivos; imitan los alimentos naturales y se los ve erróneamente como saludables; fomentan el consumo de snacks; se anuncian y comercializan de manera agresiva en medios de comunicación; y son cultural, social, económica y ambientalmente destructivos.