animales protectores

Los gatos: ¿Son domésticos o semidomesticados?

Los gatos fueron domesticados por primera vez antes que el ser humano poblara todo el planeta y tal vez, al calificarlos, sería más preciso decir que son animales “semidomesticados”. La convivencia con los humanos les hizo perder algunas condiciones de su antiguo estado silvestre

Aunque se convirtió en un animal de compañía apreciado por su dulzura, su gracia y su indolencia, pero el gato es sobre todo un animal protector. Todo este proceso de domesticación, paulatino y polifacético, ocurrió hace casi 10.000 años y fue ejecutado manteniendo parte de su comportamiento silvestre.

Lo más probable es que el vínculo entre los seres humanos y los felinos domésticos, como animal de compañía, surgiera como consecuencia de un cambio en el estilo de vida de nuestros antepasados en la antigua Mesopotamia Asiática.

En esa época, los seres humanos se asentaron en las zonas que rodean a los ríos Tigris y Éufrates, llevando a cabo el primer cambio para migrar del estado de cazadores-recolectores a tener una agricultura estable.

Este cambio brusco y sin duda revolucionario ocurrió junto al desarrollo de estrechos vínculos con los gatos que se alimentaban de roedores controlando de esa forma a las alimañas y protegiendo los cultivos. Fue entonces y por esa razón protectora de sus cosechas que los seres humanos decidieron llevarlos consigo en sus numerosas y largas migraciones por todo el planeta.

Por otra parte, no hemos cambiado mucho a los gatos durante ese proceso de domesticación, por lo que estos animales demuestran una vez más ser muy particulares.

Se podría decir que los gatos están semidomesticados, ya que si los soltáramos en la naturaleza, seguirían cazando y siendo capaces de sobrevivir.

Fue el estudio de marcadores de ADN el que permitió demostrar que los gatos fueron domesticados antes de migrar junto a los seres humanos por todo el mundo. Estos estudios permitieron también determinar una serie de afecciones genéticas compartidas por felinos y personas humanas.

Se ha pensado, por eso, utilizar a los gatos como modelo biomédico para estudiar enfermedades genéticas que afecten tanto a ellos como a los seres humanos, tales como la enfermedad renal poli quística, ciertos tipos de ceguera y de enanismo. De esta forma, al estudiar las causas de las enfermedades genéticas de los gatos o cómo tratar sus dolencias se puede avanzar para tratar a los seres humanos con las mismas enfermedades.