Ataques a su hija
Luciana Salazar demanda a Twitter y Google por los ataques virtuales hacia su hija
La actriz y modelo hizo una denuncia en la Justicia tras los múltiples comentarios en las redes sociales en los que la acusan de teñirle el pelo a Matilda, de tan solo cuatro años.
A raíz de un comentario de una usuaria en Twitter, la oleada de críticas llegó a su cuenta personal y a la de su hija. En la publicación de la red social del pajarito, se la acusaba de teñirle el pelo a su hija, quien tiene cuatro años.
“Lulipop debería dejar de teñirle el pelo a la criatura. Lo tiene más quemado que Vicky Xipolitakis cuando se quedó pelada”, fue el tweet en cuestión que empezó todo. Esto generó reacciones negativas en los cibernautas, quienes atacaron a la actriz en las redes sociales.
Al respecto, ella respondió furiosa: “No voy a permitir que me ataquen y menos a mi hija. Las redes sociales tienen que ser un espacio de expresión, respetando al otro, y no una cloaca de odio. No se puede permitir que se agravie a las personas y mucho menos a menores de edad con el enorme daño que eso genera”.
No sólo decidió hablar públicamente, sino que también inicio una demanda en la Justicia por los continuos agravios hacia ella y su familia. “Por eso mañana, con el asesoramiento del doctor Castro Bianchi, voy a estar presentando dos demandas contra Twitter y Google para que se eliminen de esas plataformas todos los agravios que recibimos con mi hija estos últimos días. Que las redes sean un espacio de diversión y expresión, no permitamos que sigan siendo una usina de odio y ciberbullying, mucho menos a menores de edad”, agregó.
El periodista Pampa Mónaco (panelista de “Nosotros a la mañana”) habló sobre la denuncia y dijo que “es una medida cautelar; la presentó hoy, 7.30 de la mañana. Todavía no está sorteado el juzgado, pero ojo que cae en el Fuero Civil Comercial Federal. No es la justicia ordinaria porque va directamente a Google y Twitter, a los buscadores y le pide que baje toda publicación que nombre a la nena. Acá están en juego los derechos de los niños y adolescentes y tiene peso constitucional”.