Entrevista
Luciano Cáceres: “No hay que quedarse en lo cómodo, con lo que funciona”
El multifacético artista protagoniza una intensa película que juega con el género para reflexionar sobre el amor, los vínculos, la soledad y la salud mental.
El desarmadero, de Eduardo Pinto, es la película con la que el talentoso Luciano Cáceres vuelve al cine. Mientras sigue de gira por el país con Desnudos, su éxito teatral, y con una reciente participación en el Festival Internacional de Cine de las Alturas, hablamos con él para saber más de su presente.
—En El desarmadero hay una actriz muy importante que tiene mucho que ver con vos...
—Bastante, es la primera película en la que Amelia, mi hija, tiene un rol, fundamental en la historia, es hermoso compartirlo con ella. Si bien en Corralón estaba correteando por ahí, acá está y estoy maravillado, de verla laburar, su profesionalismo, cómo entendía todo, ella ama las películas de género, propuso cosas, muy concentrada. La película es áspera, la filmamos de noche, en General Rodríguez, y quedó el registro de Amelia más chica, porque era una nena y ahora ya es una adolescente. Eso que pasaron dos años nada más, y en el camino la película estuvo en festivales internacionales, ganó premios. Estamos contentos, porque este cine, independiente, surgió de las ganas que teníamos de hacer, como cuando hicimos Corralón, con una locación madre que organice, defina un oficio y a partir de los pocos recursos empezar a filmar.
—Tenés un rol difícil vos en la propuesta...
—Sí, porque aunque es una película de terror, está sostenida por un trabajo emocional y vincular, un tipo que pierde a su familia que en el desarmadero se reencuentra con ese pasado y presente, además de hablar de lo que son las enfermedades psiquiátricas, la medicación, algo que había ya investigado cuando dirigí a Leonor Manso en 448 psicosis, cómo la psiquiatría puede tratar a un paciente pero el dolor que tiene en su cabeza no tiene cura, eso no se calma, y lo que padece Bruno, mi personaje, se cuenta en muy primer plano, cómo se relaciona con los demás, y estuve muy bien secundado por Pablo Pinto, Malena Sánchez, Clara Kovacic, mi niña, Amelia, Diego Cremonesi, actores y participaciones locales de Genera Rodríguez, así que muy contento.
—¿Cómo sigue el año de trabajo?
—Ojalá llegue acá la última película que hice en Brasil con Ana Carolina Teixeira Soares, una de las experiencias más maravillosas de mi vida, una de las grandes directoras de Brasil. La rodamos en una isla, con actores de todo el mundo, y llegué gracias a un llamado, a los pocos meses la hice, ahora va a Lisboa. Lo mismo pasó con El nido, que filmé en pandemia en Italia, con Mattia Temponi, que protagonicé con Blu Yoshimi. Se hizo en Roma, sin turistas, y la locura de la película es que me la pasaron en 2019, y él la escribió cuatro años antes, con muchos puntos de contacto con lo que vivimos, porque el nido es un hotel que se preparó para pasar una pandemia, es muy loco. Hay varias cosas que están por ahí, también, como Lennons de José Cicala.