mujeres científicas
Mujeres en la ciencia: sólo el 14% llega a los niveles académicos más altos
En el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia este es un repaso por los números de la brecha de género en ciencias, tecnología, ingenierías y matemática
Ya ha quedado claro que ningún aspecto de la vida es neutral en cuanto al sesgo de género y esto, por supuesto, incluye a la ciencia. Hay sobradas evidencias de la mayor participación de hombres que mujeres, especialmente en las disciplinas STEM, acrónimo en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (science, technology, engineering and mathematics).
También se sabe que es imperioso sumar más mujeres al trabajo científico y que ellas estén más representadas, que se reduzcan las brechas de género, que accedan a puestos de conducción y liderazgo, que se reduzcan las brechas salariales y las dificultades para acceder a ascensos y promociones.
A pesar de los muchos avances realizados, persisten desafíos para las mujeres científicas en todo el mundo en áreas importantes para el desarrollo persisten las barreras de diversas formas, sean personales, culturales o institucionales, para el pleno desarrollo de su trayectoria y acceso a la toma de decisiones.
En el mundo de las I+D (investigación y desarrollo), las mujeres son apenas el 33%, de acuerdo con el informe más reciente de la UNESCO. Con el objetivo de fomentar la inclusión y aumentar la visibilidad de las mujeres científicas, las Naciones Unidas establecieron el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
Las niñas en la ciencia
El problema inicial de la participación de las mujeres en el ámbito científico comienza en la niñez. Según un trabajo de Paula Szenkman y Estefanía Lotitto para CIPPEC las barreras para el acceso y el desarrollo de las mujeres en carreras científicas se inicia desde los primeros años de la educación. “Las niñas y jóvenes se encuentran con barreras para orientarse a disciplinas STEM desde temprana edad: existen estereotipos de género que afectan su confianza e interés en el ámbito científico y tecnológico, y que llevan a que pocas lo elijan al momento de estudiar una carrera universitaria o insertarse laboralmente”, dijeron.
“Incluso aquellas que logran hacerlo enfrentan barreras que truncan sus trayectorias: las mujeres en Argentina dedican en promedio el doble de tiempo a las tareas de cuidado que sus pares varones, la promoción está basada en normas y criterios de evaluación masculinos, y los estereotipos de género que moldean las creencias y expectativas hacia las mujeres hacen más difícil obtener logros y reconocimiento”.
Por su parte, Ersi Pirishi, farmacéutica de profesión y presidenta de L’Oréal para América Latina, dijo que “las mujeres siguen estando subrepresentadas en los niveles científicos más altos. A pesar de cierto progreso a la fecha solo el 33% de los investigadores a nivel mundial son mujeres, de acuerdo con el informe científico más reciente de la UNESCO”, recordó.
“Estamos convencidos de que través del programa “Por las Mujeres en la Ciencia” podemos cambiar los estereotipos que hay en la sociedad, dando mayor visibilidad al trabajo científico de las ganadoras”, dijo en referencia al premio internacional para mujeres científicas que organiza L’Oréal junto a UNESCO. “Sólo rompiendo esos moldes podremos mostrar una visión más real y compartir cuáles son sus aportes tan positivos a la sociedad. Y a través de ellas ser un ejemplo y una fuente de inspiración para muchas jóvenes y niñas que tienen la inquietud por la ciencia. Esto comienza desde las niñas en nivel preescolar o en la primaria y debe continuar hasta la Universidad”, destacó Pirishi.
Karen Hallberg, la física argentina distinguida junto con otras cuatro científicas en 2019 con el Premio Internacional L’Oréal-Unesco de la región América Latina, aseguró que es necesario “el estímulo para todo en la vida, no sólo en ciencia, viene del apoyo familiar y del colegio. Por eso hay que apoyar y estimular a las niñas para que se hagan preguntas, para aventurarse, para armar y desarmar cosas. En el secundario, el Colegio Nacional Número 1 de Jujuy, el director, Oscar Marin, hacía mucho esfuerzo para que tuviésemos una educación de nivel universitario. Siempre nos apoyaba y motivaba”, recordó sobre su paso por la escuela media.
En junio del año pasado, se realizó la edición numero XXIV del Premio Internacional L’Óreal - Unesco “Por las mujeres en la Ciencia”. La matemática argentina Alicia Dickenstein ganó la categoría Laureadas del año 2021 y Florencia Cayrol, doctora en biotecnología obtuvo el Rising Talent 2022 premio L´Óreal-Unesco.
Alicia es doctora en Ciencias matemáticas (UBA), investigadora superior del CONICET y especialista en geometría algebraica. Es una convencida y casi que lo milita de que todos pueden aprender matemática porque está en nuestros cerebros, porque se trata de una cualidad inherente al ser humano y porque la matemática atraviesa nuestra vida cotidiana. Actualmente se desempeña como profesora titular en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA; es académica en la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Argentina (ANCEFN), y desde el 2020 de la Academia Nacional de Ciencias de Argentina.
En tanto que Cayrol es doctora en biotecnología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), técnica laboratorista universitaria y diplomada en ciencia y tecnología. Actualmente trabaja en el laboratorio de neuro-inmuno-modulación y oncología molecular en el instituto de investigaciones biomédicas UCA-CONICET, bajo la dirección de la Investigadora Superior del CONICET y mentora de Cayrol, Graciela Cremaschi.
Según el Informe de la UNESCO sobre el papel de la mujer en las disciplinas STEM, sólo el 3% de las estudiantes mujeres que escogen cursar estudios superiores eligen tecnología, información y comunicaciones. El 5% escoge ciencias naturales, matemáticas y estadística. El 8% de las estudiantes se decanta por ingeniería, fabricación y construcción; y el 15% escoge carreras relacionadas con la salud y el bienestar, como medicina o enfermería. “Existen numerosos obstáculos asociados a estas trayectorias educativas, desde los estereotipos que afrontan las niñas hasta las responsabilidades familiares y los prejuicios que enfrentan las mujeres al momento de elegir su campo de estudio”, según el informe.
En cuanto a los modelos a seguir, Ana Laura Rendón, divulgadora e influenciadora científica, mencionó la importancia de tener mentores y maestros que te inspiren a estudiar una carrera científica. “Debemos enfocarnos a que haya más mujeres en ciencia y esto va hacer que las niñas y estas futuras generaciones puedan verlas a ellas, se inspiren y quieran entrar a este mundo de la ciencia”.
De acuerdo con datos recabados en Europa para el informe presentado por L’Oreal-UNESCO en 2022 , pero que valen como un pantallazo general, el 72% de las niñas encuestadas en ese continente cree que es importante tener trabajos que ayuden directamente al mundo, pero apenas el 37% piensa que hacer carreras STEM hacen al mundo mejor y menos del 2% de las niñas tenía planes de convertirse ingenieras o informáticas, en comparación con aproximadamente el 16% de las niñas que tenían la intención de convertirse en médicas.
Cuándo se profundiza la brecha
Un aspecto que refleja claramente la brecha persistente entre hombres y mujeres es la curva en el desarrollo de las carreras científicas que muestra cómo, en el conjunto de las disciplinas, las mujeres comienzan siendo un mayor número, pero se observa un decrecimiento abrupto en los puestos de mayor jerarquía. Esto está manifestando, no solo un sesgo en favor de los hombres en el acceso a esos cargos, sino también el abandono de las mujeres, por diversos motivos que le son propios a su género.
Según datos del Instituto de Estadística de la UNESCO de 2018 y análisis BCG (matriz crecimiento-participación) de 2014 para la Fondation L’Oréal, existe una brecha persistente entre hombres y mujeres graduadas en el nivel de doctorado. Mientras durante las carreras universitarias las mujeres aparecían en igualdad de condiciones, entre los graduados de licenciaturas y las maestrías componían un mayor porcentaje. Pero la brecha persiste en el nivel de doctorado.
Las cifras mencionadas son las siguientes: A nivel título de bachillerato o equivalentes se detectó un 53% de mujeres y 47% de hombres. En la maestría o equivalentes las mujeres eran el 55% contra 45% de hombres. La curva se cruza en el título de doctorado que mostró que había 56% de varones contra 44% de mujeres y se incrementó un paso más, al llegar a la carrera de investigador en la que eran 67% los hombres contra un 33% de mujeres. Y así fue avanzando la diferencia ya que entre las posiciones académicas de jerarquía había un 86% de hombres contra solo un 14% de mujeres. Finalmente, la brecha se torna un abismo a la hora de evaluar los premios científicos, ya que si se tiene en cuenta el que es considerado el máximo galardón, el Premio Nobel, en toda su historia apenas hubo un 4% de mujeres contra el 96% de hombres.
Esta situación afecta la calidad de las distintas disciplinas, ya que la presencia de mujeres en la investigación científica amplía “la pluralidad de pensamiento y brinda un aporte central en la ciencia”, dijo Erika Teliz, investigadora en energía electroquímica y ganadora de la beca L’Oréal-UNESCO 2021 en Uruguay, en un debate sobre el tema realizado el año pasado.
Por su parte, la científica húngara Katalin Karikó, protagonista del hallazgo de la plataforma genómica de ARN mensajero y vicepresidenta de BionTech, dijo durante la última entrega del Premio L’Oréal - UNESCO Por las Mujeres en la Ciencia, que se llevó a cabo en París, que “las mujeres podrían tener un rol mucho más activo e importante dentro de los laboratorios si tuviesen, por ejemplo, guarderías o espacios de cuidado de los niños, en los laboratorios donde ellas trabajan. De esta manera, las mujeres podrán mantenerse en el trabajo luego de formar una familia. Y no tendrían que decidir entre tener hijos o continuar con su carrera”.
El informe presentado por L’Oréal-UNESCO en 2022, advirtió también que la cuarta Revolución Industrial presenta el “riesgo de perpetuar el desequilibrio de género”, ya que “los campos más relevantes para la Industria 4.0 son aquellos en los que las mujeres siguen estando subrepresentadas en la mayoría países, a saber, TI (tecnología de la información), computación, nanotecnología, física, matemáticas e ingeniería”.
Para esta afirmación, los autores del análisis se basaron en los datos que indican que, el 70% de los trabajadores en puestos que están en riesgo de desaparecer por la automatización, son mujeres. El dato es particularmente alarmante si se tiene en cuenta que, según el mismo estudio, “para 2050 la mitad de los trabajos actuales habrá desaparecido”. En la misma línea, se estima que las mujeres perderán 5 puestos de empleo por cada 1 ganado a través de la industria 4.0, en comparación con los 3 empleos que ya no tendrán los hombres por cada 1 ganado.
A pesar de representar el 36% de los graduados en STEM, solo 9% de los directores ejecutivos de organizaciones de esas áreas de la ciencia son mujeres.
Para comprender los obstáculos que enfrentan las mujeres en este aspecto, el estudio presentado por UNESCO y L’Oréal advirtió que la elección de la orientación de la carrera es un proceso complejo y no lineal que involucra varios factores, tales como:
-Autoconfianza/autoevaluación
-Conocimiento de las opciones disponibles
-Gustos personales
-Nivel académico, incluyendo el cognitivo y las habilidades no cognitivas y los resultados de pruebas (exámenes)
-Ambiente
Por otra parte, se encuentran con un sesgo inconsciente en diferentes etapas que marcan los estereotipos de género, como por ejemplo:
-Representación como hombres de científicos, ingenieros y técnicos innovadores
-Desajuste entre los estereotipos STEM masculinos y femeninos y las expectativas del rol de género
-Las niñas son bombardeadas con mensajes que indican que no pertenecer a carreras STEM
-Las dudas sobre la pertenencia afectan el logro de las mujeres, el compromiso y la persistencia en las carreras STEM
Pero, según el mismo análisis, las mujeres se encuentran con obstáculos dentro de su propio entorno, muchas veces expresados de manera no consciente. Aquí tiene un peso especial
-La influencia de los padres
-La influencia de los compañeros
-El lado abstracto de la educación STEM
Y ya en el inicio de la edad adulta
-La falta de modelos femeninos y mentores a seguir
- La falta de conocimiento de los sectores STEM y las posibles oportunidades
Luego, en la etapa de la vida profesional habrá dificultades en:
-La contratación
-Y para mantener el equilibrio entre las responsabilidades de trabajo y familiares
-Sumado al sexismo y el acoso