Murió el pianista Atilio Stampone, uno de los grandes compositores de la época dorada del tango

El pianista, compositor y director de orquesta Atilio Stampone murió a los 96 años. Fue una de las grandes figuras de la época dorada del tango y se mantuvo vigente como una figura clave en la canción porteña durante siete décadas.

Los últimos días había atravesado un cuadro de fiebre y problemas de oxigenación. Según informó Télam, el velatorio será en Sadaic -entidad de la que fue presidente en dos oportunidades- en el día de hoy de 20 a 24, mañana de 8 a 11 y luego sus restos serán trasladados al Panteón de Sadaic en Chacarita.

Nacido en San Cristóbal en julio de 1926, comenzó a tocar el piano que le regaló su hermano Giusseppe, 14 años mayor, en la convalecencia de una operación en su niñez y desde muy temprano conoció el rigor del profesionalismo.

Fue un compositor destacado y una influencia para sus colegas. Dirigió orquestas propias e integró otras destacadas como las de Astor Piazzolla y Aníbal Troilo y Pedro Maffia. También fue director de la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, entre otras tareas y distinciones.

Una de sus obras más recordadas son las melodías que compuso para películas como La historia oficial, que ganó el Oscar en 1986. Además fue un colaborador habitual del cineasta de Leopoldo Torre Nilson y le puso música a films como Un guapo del 900 y La mano en la trampa.

Atilio Stampone: de sus primeras presentaciones a su distinción como Ciudadano Ilustre

Las primeras actuaciones de Atilio Stampone fueron en el conjunto de su hermano, conocido como “Pepe, el Tano Tango”. A los 15 años debutó profesionalmente en la orquesta de Roberto Dimas en las veladas del café Marzotto, donde lo escuchó Pedro Maffia, que un año después lo llevó a su orquesta del cabaret Tibidabo, con anuencia de su padre pero con la obligación de que terminada la función se subiera de inmediato al tranvía 16.

En 2003 fue distinguido con el título de Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y también fue Académico de Honor de la Academia Nacional del Tango, entidad desde la que compartió su historia y su saber en inolvidables veladas en las que recorría con conocimiento impar la historia de la canción porteña que lo tuvo como uno de sus protagonistas, creadores e intérpretes.