Entrevista

Natalia Traven: “Me fascina estar frente a la cámara”

La talentosa actriz tiene un rol clave en Cry Macho, la última producción del nonagenario realizador y actor Clint Eastwood.

La talentosa actriz Natalia Traven fue seleccionada nada más ni nada menos que por la “leyenda” Clint ­Eastwood para acompañarlo en Cry Macho, la historia de un hombre que logra reencontrarse con sentimientos que había perdido. La intérprete se dedica hace más de 30 años a la profesión y supo codearse con grandes figuras y realizadores de su país y del resto del mundo. En la película, Traven encarna a Marta, una mujer que encandilará a Mike (Eastwood) y que lo hará cambiar de planes rápidamente. Diario Hoy dialogó en exclusiva para Argentina con ella.

—¿Te sentís más cómoda trabajando en algún soporte en particular?

—A mí me fascina estar frente a la cámara, el cine me parece delicioso, las series ahora se hacen como cine, creo que me gusta más porque la cámara se vuelve cómplice, es como un gran voyeur, pero cómplice, sabes que te está siguiendo, que te está viendo, pero entra a la escena, va a la situación y el espacio, me gusta mucho, en cine hacemos una danza con la cámara. El teatro me gusta mucho, llevo como 35 obras, pero el tiempo que lleva para un montaje es eterno, la cámara es más rápido. Amo los tres, y dar clases, pero creo que la danza con la cámara me gusta mucho.

—¿La familia te acompañó en la decisión de ser actriz?

—Sí, totalmente, mi padre es un gran cómplice, de hecho me puse a estudiar Derecho, pero me la pasaba en el teatro de la Universidad haciendo obras, y con esa obra se volvió todo hasta casi un trabajo. Un día dije, voy con las dos, pero fue imposible. Empecé en México en el Núcleo de Estudios Teatrales, que ya no existe, pero como soy muy ortodoxa, no entendía por qué no me explicaban una técnica y me topé un día con el libro Strasberg en el estudio, Conversaciones con Lee Strasberg, y me iluminó; fue de lo mejor que me pasó y además la encontré en una librería de usados. A partir de eso me fui a Los Ángeles, tres años a estudiar el Métodos Strasberg, estoy especializada, y regresé y hace casi 30 años que doy clases de teatro en la Universidad Nacional, y también cursos de técnicas de especialización; además que seguí estudiando muchas otras cosas, me encanta, me fascina.

—¿Hay algún rol que te guste más que otro de los que encarnaste?

—He sido afortunada en interpretar grandes personajes. Como por ejemplo, la madre que hice en Trade, tema fuerte, brutal, pero su viaje emocional me gustó mucho, y disfruto mucho, también, una psíquica que interpreté recién. Me gusta que me inviten a hacer varias cosas, hasta comedia. Marta me gusta mucho, que es el último que hice, y el personaje de Trade también.

—¿Cómo llegaste a Cry Macho?

—Por audición, de autovideo, en casa, guardados, en pandemia, y mi representante me envía las escenas, me gustaba mucho que Marta me iba a permitir hablar en inglés y castellano, pero el personaje decía que tenía 60 o 70 años, luego lo ­cambiaron. Envié el video y a las tres semanas me dijeron que le iban a presentar a Eastwood el material. Me dijeron las fechas, al principio dije que no porque en pandemia ni había salido, pero dije que sí, y una semana después llegó la confirmación que iba a hacerlo. Lo envié como tantas otras audiciones, y fue la primera vez que se dio tan rápido todo.

—¿Fue complicado crear a Marta?

—La sentía muy cómoda, primero porque era mexicana y segundo porque Eastwood me dijo que jugaríamos mucho, también ayudó el espacio en donde ella se movía, su construcción fue desde ahí y de ser tierra y una mujer contenedora, con una mezcla de fortaleza y femineidad, autosuficiencia, pero romántica, que de alguna manera se deja vulnerar, y cuando se encuentran, se encuentran los dos, aunque ella no está tan perdida como él.

—En general en estas películas los personajes femeninos son secundarios, pero aquí son fuertes, ¿cómo lo ves?

—Yo lo celebro y en sus películas las mujeres son integradas, femeninas y fuertes, con fuerza femenina, me gusta mucho que a Marta la hayan escrito así, que sea referente de la cultura mexicana de la frontera, a cargo de sus nietas, un mundo muy femenino, pero también de mucha fortaleza.

—¿Cómo fue trabajar con él? ¿Qué detectaste en Eastwood diferente a otros y ayudándote a crear el personaje?

—Creo que lo que más me ayudó fue la hermosa vinculación profesional que tuvimos, él antepone el ser humano, no llega como ícono, sino como compañero de escena. Fue todo muy fluido, hace chistes, y la vinculación me ayudó mucho, me preguntan cómo lo veía, y claro, es guapísimo, tiene una personalidad impactante, eso también lo utilizaba, el gozo de Marta al conocerlo, de hacer lo que hacía. Nunca nos sentamos él y yo y me dijo cómo tenía que ser el personaje, solo en una ocasión que utilicé más fuerza él me lo marcó, y con esa sola indicación entendí al personaje, todo lo demás fue hacer. Él hace todo más ligero, cálido, era como ir a jugar y ver la interacción que sucedía con él.

—¿Cómo vivís el momento de Cry Macho recorriendo el mundo?

—Me parece fascinante, porque además estuve un año sin poder decir nada, y lo dejé en estado de latencia, y ahora lo vivo con mucho gozo, deteniéndome y estando enfocada en las entrevistas, a subir algo a las redes, escuchar los bellos comentarios sobre el personaje, que repercutió en el público y está de regreso, y afortunadamente tengo el tiempo para hacerlo, porque en México está todo detenido, y revivo con estos intercambios la experiencia. Ahora lo gozo más, ahora está brindándome cosas desde lo humano y me cambia la vida de desde ese lugar.

—¿Estás con algún trabajo pendiente de estreno o de realización? ¿Hay otro papel esperándote en Hollywood?

—No, la pandemia comenzó al regresar de rodar Soulmates, serie de Amazon, después rodé Cry Macho. Sí estoy con muchísimas clases, en la universidad y mi taller de actuación, y eso es un ejercicio maravilloso para mí, ojalá pronto pueda hablar de otros trabajos.

Sus inicios en el mundo de la actuación

Además de hablar sobre su trabajo en Cry Macho, diario Hoy quiso saber sobre su llegada al mundo de la interpretación, sus orígenes, sus primeros pasos, que si bien fueron en teatro luego se ampliaron hacia otros horizontes.

—¿Cuándo supiste que querías ser actriz y que esa iba a ser tu profesión?

—Creo que lo concienticé en la preparatoria. Ahí, en mi época de la máquina de escribir, había talleres de taquimecanografía, dibujo y teatro. El primero no me gustaba, y me fui a teatro, donde descubrí mi inclinación a lo artístico, porque yo quería originalmente estudiar Derecho, relaciones internacionales, otra cosa, y lo que hicimos es que una vez que el maestro nos envió a un concurso, adaptamos una obra de Mario Benedetti y ganamos varios premios y creo que fue a partir de ahí que descubrí mis emociones, lo fácil que me era modificar por el texto en sí y todo lo que se recibía a cambio.