Análisis
Proyecto educativo de Milei: la educación sueca de vouchers
La propuestas de vouchers de Milei en el sistema educativo genera, según la experiencia en Suecia, igualdad de oportunidades y la baja en las pruebas internacionales de rendimiento escolar.
Todavía repercuten en la sociedad los ecos de la sorpresiva victoria de Javier Milei en las PASO del domingo 13 de agosto. Luego de ser el candidato más votado, el postulante de la Libertad Avanza explicó en varios medios de comunicación parte de sus propuestas para un futuro gobierno. Entre esas, la educación.
Consultado sobre el tema educativo, Milei explicó que podría implementar un sistema en el cual cada familia recibe un voucher para “pagar” el colegio que elige para sus hijos. Para reafirmar su propuesta citó los ejemplos de Suecia y Chile. Ante la confusión que generó, luego Ramiro Marra aclaró que este tipo de cambios no se realizarían de inmediato. El dirigente cercano a Milei sostuvo en la radio online Futurock que son “reformas de tercera generación”.
Igualdad educativa
Entonces, ¿cómo funciona el sistema de voucher en Suecia citado por Milei? Este modelo de asignación de recursos por alumno arrancó en Suecia en 1992. Así, las familias pueden elegir cualquier tipo de escuelas y el Estado dará el dinero que es el mismo para todos. No es que cada ciudadano entregue el voucher al colegio. Con la elección de la institución, luego el Estado transfiere el dinero destinado a ese chico.
Los colegios dependen de los estados municipales y cada administración le paga a cada escuela por alumno. Es la misma cantidad en todo el país. Así se logra igualdad de oportunidades. Es decir una escuela del centro de Estocolmo recibe la misma cantidad por un chico que asiste que otro establecimiento del interior del país”.
Luego de los jardines de infantes que inician a los 2 años, la educación primaria en Suecia va de los 6 a los 16 años. Todas las escuelas son gratis y se financian con el aporte del estado por alumno. Cada familia puede elegir colegios de gestión pública o privada. El estado aporta lo mismo a los dos tipos de establecimientos y los ciudadanos no pagan nada de su bolsillo.
Respecto a las escuelas públicas o privadas, cada familia tiene en cuenta la cercanía o la comodidad para elegir el colegio de los hijos. En general los establecimientos privados son más chicos y sólo tienen los primeros grados. Para la etapa final del ciclo casi todos se vuelcan a la pública.
En el sistema educativo sueco no hay que comprar ningún elemento todo se lo dan en la escuela. Además, dentro de los edificios desayunan, almuerzan y cena. Los chicos tienen poca tarea. Si están atentos en la clase ya con eso les alcanza para aprender.
Pese a los elogios de la maestra argentina, los resultados de los chicos suecos en las pruebas PISA cayó desde la implementación a principios de la década del 90. Se dio el caso de que mejoraron las calificaciones nacionales, pero cayeron las internacionales. Esto podría ser por una mayor indulgencia de los docentes para mantener a los alumnos en la escuela y cobrar el subsidio.
Los chicos van a una escuela pública donde no parece que se les regale nota para mantenerlos en el establecimiento aunque puede que ocurra en alguna zona con poca oferta y algún colegio lo haga para mantener el financiamiento.
Una vez que los chicos terminan la educación primaria a los 16 años, pueden elegir seguir la secundaria. Los colegios mantienen el mismo sistema gratuito. En este caso, la suma de más puntos en su carrera le dará la chance de elegir escuela. Las más requeridas son las de arte, música o deportes.
Luego, también con el sistema de puntaje podrán elegir una universidad gratuita para estudiar o algún curso que le dará la posibilidad de tener un oficio para insertarse en el mundo laboral sueco.