En venta

Pusieron a la venta el icónico departamento de Bioy Casares y Silvina Ocampo

El inmueble, situado en Recoleta, fue lugar de varios encuentros con Jorge Luis Borges entre otros grandes escritores. Posee 7 baños y 4 habitaciones en suite con comedor propio.

La historia es más o menos así: una vez por semana, quizás más, Jorge Luis Borges pasaba por la calle Posadas al 1650 y subía a cenar con Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo. Largas sobremesas sobre las novedades del mundo literario y grandes charlas entre amigos. Esto transformó el en una embajada de la vanguardia literaria.

Aquel famoso departamento, en la actualidad, está en venta. Su valor es de 5,3 millones de dólares más el escalofriante número de las expensas: 330 pesos en promedio.

El lugar es “Patrimonio Histórico” y se encuentra en el mismísimo centro de Recoleta: La superficie de esta unidad, de 4 dormitorios y 7 baños, es de aproximadamente 571 metros cuadrados de planta, a los que se suman otros 16,8 metros en la parte superior y otros 56,7 metros en la planta baja. Además, cuenta con una vista despejada hacia la plaza San Martín de Tours.

“Son piezas del patrimonio histórico y simbólico de nuestro país, oportunidades únicas, que aparecen, con suerte, cada 50 años, debido a los recambios generacionales”, explicaron sus vendedores. De hecho, el piso de la calle Posadas queda, ni más ni menos, que en la intersección con la calle Bioy Casares. Además, se colocó una placa en la puerta del edificio donde vivió la reconocida pareja de artistas.

Un poco de historia

El edificio fue diseñado y construido por el famoso arquitecto de la época Alejandro Bustillo. Fue creado en 1926 por la familia Ocampo como residencia de sus cinco hijas. El arquitecto además estuvo a cargo del diseño de la sede principal del Banco Nación y el coqueto Hotel Llao Llao, en la ciudad de San Carlos de Bariloche, por mencionar solo algunas de sus más de 400 obras.

El departamento sale a la venta luego de un importante trabajo de renovación. El objetivo fue claro: respetar su valor histórico, preservar el estilo arquitectónico y mantener todos los detalles de categoría.  Por eso se dejaron los pisos de roble importados y el baño principal, hecho con mármol italiano, y se renovaron de manera no invasiva los sistemas de calefacción.