¿Qué hacer cuando nos asfixia el estrés emocional?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), vivimos en el siglo del estrés, que se caracteriza por ser una epidemia mundial. Y cuando el estrés nos sofoca, angustia y atormenta, ¿qué hacer?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) conceptualiza la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad o dolencia”. Por tanto, este concepto no se ajusta a la realidad, ya que nos encontramos con tantas exigencias y estímulos, es imposible vislumbrar este perfecto bienestar en la práctica. Esto se debe a que vivimos en un siglo de estrés que, según la propia OMS, se caracteriza por ser una epidemia mundial.

Pero, ¿qué es el estrés? El estrés siempre nos ha acompañado en el tiempo, siendo un factor importante para la psicoadaptación y supervivencia de nuestra especie. En otras palabras, la activación fisiológica para luchar y / o escapar frente al peligro, fue un factor selectivo primario para que estemos aquí hoy.

El estrés es importante para mantenernos dispuestos y motivados en la búsqueda de nuestros logros. De esta forma, podemos conceptualizar el estrés como una respuesta bioquímica y conductual, siendo la capacidad psicoadaptativa ante situaciones de peligro reales o imaginarias y que tiene como objetivo proteger la integridad física y emocional. El problema radica cuando se vuelve disfuncional y, por lo tanto, conduce al desarrollo de una enfermedad.

¿Qué enfermedades provoca el estrés? Debido a situaciones continuas de estrés mal elaborado, el organismo manifiesta su “alerta” a través de somatizaciones. Muchas enfermedades pueden manifestarse durante el período de estrés crónico, que son principalmente psicosomáticas, tales como: alergias, trastornos del sueño, depresión, trastornos de ansiedad, problemas cardiovasculares, neurológicos, dermatológicos e incluso cáncer.

Las causas del estrés
A menudo, no podemos modificar o incluso suprimir ciertas actividades en un momento específico de la vida, como el trabajo y el estudio. Así, lo que nos queda es aprender a identificar qué te provoca estrés, para que puedas manejarlo. Algunos cambios a lo largo del día pueden marcar la diferencia en el mantenimiento de nuestra salud.

A pesar de las prisas, puedes reservar 5 minutos para una respiración profunda y relajante, así como hacer algunos cambios en los hábitos alimenticios e incluso disminuir la cantidad de alcohol (sugiero dejar el alcohol por completo), ya que este último aumenta los niveles. de cortisol en sangre, generando estrés. Identificar las causas del problema es el punto de partida para iniciar un proceso de educación emocional, con el objetivo de realizar los cambios necesarios para eliminar hábitos y / o circunstancias a favor de nuestra calidad de vida. En este caso, el seguimiento psicológico es fundamental durante y después de un período de carga emocional extrema, así como un medio preventivo, antes de desencadenar una crisis.