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Sabes por qué la miel nunca se echa a perder

Este delicioso alimento tiene aún más curiosidades y propiedades que seguramente no conocías. Y aquí te contaremos acerca de los beneficios y cualidades.

La miel es un alimento que ha sido venerado y apreciado por el hombre desde hace miles de años, gracias a las cualidades terapéuticas y sus usos en la cocina. Inclusive, algunos pueblos antiguos, como los egipcios y los griegos lo consideraban un alimento sagrado, con el que era posible pagar impuestos. Increíble, ¿verdad? Pues, aunque no lo creas, este delicioso alimento tiene aún más curiosidades y propiedades que seguramente no conocías. Y aquí te contaremos acerca de los beneficios y cualidades de este oro líquido.

En una cueva de Valencia, España, se encontró una pintura rupestre que remontaba a los años 9000 a.C. y 6000 a.C. en donde se puede observar la figura de un hombre tratando de alcanzar un panal de un árbol. Por su parte, los egipcios consideraban a la miel como una ofrenda para los dioses y el néctar que acompañaba a los faraones en su viaje al otro mundo.

Pero no sólo cuenta con la veneración del hombre desde la antigüedad, también es un producto que ofrece múltiples beneficios para la salud y la cosmética. Por ejemplo, en la antigua Roma, Popea utilizaba la miel para mantener la tersura de su rostro y en la actualidad, se sigue añadiendo a gran cantidad de productos para el cuidado del rostro y el cabello.

Aparte de sus usos como cosmético, también es uno de los mejores cicatrizantes y anestésicos, aunque sus propiedades no son compatibles con cualquier persona, ya que está contraindicada en algunos trastornos y enfermedades como cefaleas, taquicardias, hipertensión, insuficiencia renal crónica o la enfermedad de Addison.

Sin embargo, la cualidad más sorprendente de este alimento es que posee el calificativo de “alimento eterno”. Y no por nada, pues se ha demostrado científicamente que la miel es capaz de permanecer en buen estado a pesar del paso del tiempo, eso sí, siempre y cuando se le mantenga correctamente guardada. Y una de las explicaciones de este fenómeno es gracias a su composición y propiedades que posee lo que propician que la miel no se pudra.

Este alimento está compuesto principalmente de agua y azúcar, aunque el agua sólo se encuentra en pequeñas cantidades. Al ser principalmente azúcares concentrados, los que tienen la característica de absorber la humedad y dificultar la vida y reproducción de microorganismos responsables de la descomposición de los alimentos. Sin embargo, la acidez del néctar es punto clave para su longevidad, pues su pH de entre 3 y 4.5 lo convierte en un ambiente hostil para las bacterias.

Investigadores han encontrado que la miel inhibe alrededor de 60 especies de bacterias, y se ha observado una acción antifúngica para algunas levaduras, lo que respalda su uso contra heridas leves y quemaduras.

Debemos tener en cuenta este dato: aunque este alimento no se eche a perder, no significa que no sufra algún cambio, ya que la humedad del ambiente puede modificar su sabor, y es necesario mantenerla en frascos bien cerrados para que se conserve correctamente. Por los cambios de consistencia no hay que preocuparse: basta con calentar el recipiente en el que se le almacena para que recobre su apariencia.