Música

Sale a la luz "Welcome 2 América", disco póstumo de Prince de 2010

A cinco años de su fallecimiento, el músico vuelve a conmover a través de un nuevo trabajo con 12 canciones inéditas en las que advierte, proféticamente, el abrumador avance de la tecnología, la sobreinformación, el control social, la alienación, la violencia, el racismo y las brechas de clase.

A cinco años de su prematura muerte, Prince vuelve a conmover al mundillo musical a través de “Welcome 2 America”, un nuevo disco lanzado con 12 canciones inéditas registradas en 2010, en las que con su genial impronta, reconocida por su irresistible groove y sus sensuales cadencias, recorre con sutileza todo el espectro de los ritmos negros; además de exponer desde la asombrosa actualidad de sus líricas las cínicas paradojas de la vida posmoderna.

Como si se tratara de una aparición, el “genio de Minneapolis”advierte proféticamente en sus letras acerca del abrumador avance de la tecnología, la sobreinformación, el control social, la alienación, la violencia, el racismo y las brechas de clase que se imponen en estos tiempos.

Pero así como puede ser irónico o descarnado en iguales dosis,también invita a presentar batalla y regala esperanzas hacia el futuro.

El choque entre estos mensajes y lo cautivante de su música pareciera situarse en una lógica tácita que domina este trabajo, la cual consistiría en que si las noticias para dar no son del todo alentadoras, mejor hacerlo con gracia, buen gusto y -¿por qué no?- un poco de show.

Así, Prince invita a bailar con su estilizado funk, que se vuelve más rockero, más pop, pone un pie en el góspel o evoca al doo wop, según el momento; coros sinuosos y juguetones; y el delicado arsenal sonoro que construyó a lo largo de su obra.

“Welcome 2 América” es una de las miles de cintas inéditas que el músico dejó en una bóveda especial en su mansión de Paisley Park, sobre las cuales no hay precisiones de la manera en que deberían editarse aunque sí sobre la forma de preservarlas en buen estado.

Aunque quedará la incógnita del motivo por el que este disco fue archivado luego de su realización y por qué ve la luz en este momento,lo que sí se sabe es que se trata de un trabajo para el cual se rodeó del baterista Chris Coleman, el bajista Tal Wilkenfelden, el tecladista Morris Hayes y las coristas Shelby J., Liv Warfield y Elisa Fiorillo.

Lo que también se desprende de esta producción es que, a pesar de su excentricismo y ostracismo, Prince tenía una antena puesta en lo que ocurría en la sociedad estadounidense que le permitió elaborar un certero diagnóstico, para luego proponerse desmantelar los discursos dominantes, en muchos casos, con las mismas armas que suele utilizar el imperio.

Todo eso se manifiesta a pleno en el tema que le da nombre y abre el disco, un embriagador número musical, como si tratara de un cuadro de la película “All That Jazz”, de Bob Fosse, pero en versión afroamericana, que emula los clishés de la industria del espectáculo para lanzar crueles ironías sobre el estado de cosas.

“Bienvenido a América, donde te podés equivocar en el trabajo, ser despedido, readmitido y recibir una propina de 7 mil millones dólares. Pasá, sentate y llenate los bolsillos. Medios de comunicación, sobrecarga informativa”, recita el artista y sus coristas como si se tratara de eslóganes.