Escándalo

Una ex Cebollitas y un relato escalofriante: "Me echaron por no tener sexo"

Laura Santana aseguró que sufrió acoso sexual en la ficción.

El escándalo continúa en torno a la histórica serie infantil, Cebollitas. Luego de que varios actores rompieran el silencio por maltrato, una actriz realizó un escalofriante relato sobre su paso por el programa realizado por Cris Morena. La misma destacó que sufrió acoso sexual y que la echaron "por no tener sexo". 

Se trata de Laura Santana, quien hizo del papel de "Mariana la maestra" y contó que el padecimiento que sufrió, en diálogo con juan Etchegoyen por Mitre Live: “Yo tenía 21 años cuando trabajé en Cebollitas. Yo podía llegar a ver gritos, maltratos y destratos a los chicos que tampoco es cómodo porque uno se incómoda. Está el miedo de no saber qué hacer y perder el trabajo. Qué lástima que no era madre en ese momento porque tiene otra fortaleza para hablar de un niño. Hablo de miedo y adrenalina porque hubo una persona de mucho poder que a mí me invitaba a salir, me llamaba por teléfono, entraba al piso y yo me descompensaba”. 

Y contó los detalles del acoso: “Yo me podía quedar sin trabajo y me quedé sin trabajo. Era una persona que me llamaba por teléfono, me invitaba a salir, decía que si, me hacía la tonta, cuando la producción lo armé. Trataba de evitarlo de la mejor manera para que no se ofenda y no se enoje y no se sienta frustrado. Con quién era mi novio en ese entonces, hoy es mi marido, hacíamos estrategias. Hasta que un día no hubo opción y me habló muy directamente, me dijo que quería estar conmigo antes que me case, yo me casaba en diciembre y tuve que decirle que yo no quería, que no es mi forma de buscar trabajo, y me quedé sin trabajo de un día para el otro, la maestra desapareció y ahí hay abuso de poder, amenaza encubierta, miedo de parte mía y no sabes qué hacer”.

Por otro lado, destacó que la hicieron a un lado: “Yo no tuve que renunciar, yo me quedé sin trabajo, no escribieron más mi personaje. Si hubiera seguido en Cebollitas esta persona me hubiera arrinconado, no sé pero su mirada y de venir a hablarme. El límite fue decir que no y me remito a los hechos. Esta persona tenía mucho poder. No estaba bueno. A mí las piernas se me debilitaban cuando me veía. Yo tenía 21 años y el peor momento era el día a día de quedarme sin trabajo. En ese momento no tuve miedo que me ataque sexualmente porque era una persona inteligente. Yo tenía la precaución de nunca quedarme sola”.