Entrevista

“Uno busca comunicarse a partir de un modo, una estética, un compromiso de vida”

En diálogo con este multimedio, el cantante de música popular Oscar García reflexionó sobre el oficio y presentó su obra más reciente.

Con esfuerzo y perseverancia, el trovador Oscar García construyó su recorrido por la poesía, la música y la producción cultural.

Durante una entrevista con este multimedio, el artista presentó su nuevo disco, titulado El bardo lejos, que se encuentra disponible en todas las plataformas digitales listo para ser disfrutado.

—¿Qué podés contarnos sobre los inicios del proyecto?

—El poema de Bustriazo, El bardo lejos, me ha acompañado durante muchísimos años, aunque no lo cantaba en público. Era casi un amuleto personal, íntimo. Estando lejos de casa, estaba presente con más intensidad. Porque habla de mí, de mí paisaje y de mis cosas. Un día, decidí que ya era tiempo de hacerlo conocer, como quién confiesa una historia, un viejo amor. De esta manera, El bardo lejos abre entonces un universo muy personal que va definiendo el material que contiene el disco.

—¿De qué manera se fue gestando este disco? ¿Qué materiales pusiste en juego?

—Mayoritariamente con obras que llevan mi música y poesía de poetas pampeanos. Y se completa con un par de obras que no son mías, pero que me hubiese gustado haberlas creado.

—¿Cuáles son los mensajes que querés comunicar con este nuevo trabajo?

—Creo que uno busca comunicarse a partir de un modo, una estética, un compromiso de vida. Y lo hace a partir de historias y sentimientos universales que siempre se repiten. La diferencia la hace cada uno. A mí, por ejemplo, me guía aquella frase de Pablo Neruda: “Tengo un pacto de sangre con mi pueblo. Tengo un pacto de amor con la hermosura”.

—¿En qué proyectos, además de la difusión del disco, estás inmerso actualmente?

—Además de seguir escribiendo, componiendo y grabando, en estos momentos formo parte de un proyecto colectivo que se llama Los olvidados del agua. Se trata de una obra escrita por Guillermo Herzel que cuenta uno de los dramas más viejos y sentidos de La Pampa, que es el corte del río Atuel. Esto significó la desertificación de un tercio del territorio de nuestra provincia. La obra está concebida como cantata. Es decir, textos y canciones. A la producción de este trabajo se les ocurrió encargar la composición musical a varios compositores. Nadie eligió el tema que le tocó. A mí me encomendaron la musicalización de una obra titulada El corte del río. Acabo de terminar la grabación de esta obra, y en estos días se termina el trabajo de grabación para su edición.

—¿Qué visión tenés de la escena cultural actual?

—Vivimos una época de muchísimos cambios sociales, tecnológicos, políticos y culturales. Algunos deseados y esperados. Otros que nadie imaginaba. El ámbito de la cultura ha sido uno de los más afectados en la pandemia. Es difícil evaluar y saber cómo se sale y cómo se regresa a un público, que quizás ya no es el mismo, y también es posible que nosotros, tampoco seamos los mismos.

—¿Cómo ves la recepción de tu trabajo en el resto país? ¿Y en el exterior?

—Mi experiencia es buena. La digitalización y la posibilidad de estar en las tiendas virtuales es otro de los hechos novedosos. A veces me sorprenden las devoluciones que uno recibe de los lugares más insólitos y lejanos. Pero es muy azaroso. Cuesta conseguir la chance de ser escuchado, dada la saturación de oferta que hay en las redes sociales. Cuando ocurre el milagro que alguien te preste el oído por un momento, entonces me va bien.

—¿Qué otras aristas te faltan recorrer?

—Seguramente las que me dé la tarea creativa, que nunca se toma descanso. Sé que ese músculo seguirá latiendo porque es mi razón de vida, pero no sé dónde me llevará mañana.

—Hoy en día están muy presentes las reivindicaciones de las mujeres para hacer valer sus derechos. ¿Cómo adherís desde tu trabajo a estas luchas o estas conquistas de género?

—Estoy muy de acuerdo y celebro las conquistas que se van consiguiendo, aunque falta un largo camino por recorrer, el más difícil, que la sociedad cambie para que la mujer esté en el sitio que merece. Hay sectores y personas que no pueden abandonar las cavernas. Mientras eso no cambie, siempre estará amenazada la humanidad de la mujer. Comencé a trabajar a los 15 años, y con mujeres, que son quienes me protegieron y enseñaron a incorporarme a ese difícil mundo nuevo. Siempre tuve una gran relación con las mujeres. En lo artístico he compartido muchísimas veces proyectos y escenarios con buenos resultados, y lo seguiré haciendo. Siempre tuve respeto y admiración por los dones y capacidades de la mujer, comenzando por mi compañera. A veces pienso cómo pueden hacer tantas cosas a la vez, que a mí me resultan imposibles. Esta es la verdad de mi historia con las mujeres. Nadie la va a desmentir. Y no importa si coincide con lo políticamente correcto. No quiero ser oportunista con este tema tan sensible.