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¿Vacaciones en las montañas? Consejos para viajar más seguro

La Patagonia y Mendoza son dos de los destinos favoritos por las familias en este verano 2023 en Argentina. Tanto en el viaje como en los recorridos hay maneras de conducir que harán mejor la experiencia para quienes van en un auto

A diferencia de las últimas temporadas, el fenómeno turístico de este verano argentino 2023 está en la zona norte de Patagonia, especialmente en la zona que comprende el sur de Neuquén, el oeste de Río Negro y el norte de Chubut. También Mendoza es un destino muy elegido este año, particularmente por la zona de San Rafael y su famoso cañón del Atuel y Los Reyunos.

Una de las grandes cualidades por la que se eligen estos destinos en lugar de las playas de la costa atlántica, es la variedad de lugares para visitar a lo largo de los días de descanso, especialmente en los parques nacionales del sur como el Lanin, Los Arrayanes, Nahuel Huapi, Lago Puelo y Los Alérces, llenos de lagos, ríos, valles y montañas de diversa profundidad y altura.

Esto nos lleva directamente a pensar en cómo conducir en caminos sinuosos, donde la constante son las subidas y bajadas, por los que hay que transitar tanto sea en el viaje de ida y vuelta, como en los recorridos diarios de unas buenas vacaciones en auto.

La ruta hasta llegar

Si el traslado hasta las montañas comienza desde lugares alejados a más de 1.400 km, y teniendo en cuenta que entre paradas y promedio de viaje se demorarán unas 14 a 16 horas hasta llegar al destino, quizás el primer consejo sea hacer el viaje en dos etapas, parando a dormir a unos 500 km del punto final del viaje. No tanto por el cansancio, sino para evitar que la llegada sea sin luz natural, algo que para los primerizos en montaña, suele generar mucho estrés por la falta de visibilidad a distancia y por el cansancio acumulado hacia el final de todo un día en la ruta.

Para quienes decidan continuar y llegar cerca de las 22 o 23 horas., valen algunos consejos prácticos para enfrentar la noche en caminos de montaña. Hay que saber que con tantos desniveles, no se ven los autos que vienen en sentido contrario en muchas situaciones, porque están detrás de una elevación. Conducir con las luces altas es recomendable no solo para ver bien el entorno, sino para que los otros automovilistas ven el resplandor de nuestras luces en esas situaciones. Siempre hay que recordar que se está conduciendo con las luces altas, así que apenas se percibe que aparecerá un auto de frente, pasar a luz baja es muy importante para no generar encandilamiento a los demás.

La otra cuestión a tener en cuenta es que, dependiendo de curva, es muy importante no pasarse al carril de la mano contraria, ni cortando una curva cerrada a la izquierda, ni abriéndose a la salida de una hacia la derecha. De noche es más difícil de lograr, especialmente porque al no ver lejos, muchas veces se viaja a una velocidad más alta de la que la curva permite y eso se aprecia una vez que ya se está en la curva misma. Lo más recomendable para una situación así, es frenar con la intensidad necesaria pero sin asustarse, y tomando con firmeza el volante para evitar salir del asfalto o la mano propia. Esta es una situación no ideal para caminos de montaña por algo que explicaremos a continuación, de modo que el mejor consejo es prestar atención a los carteles de pendientes y curvas pronunciadas o zonas sinuosas, y bajar la velocidad al entrar en ellas.

Uso de los frenos

Lo más natural del mundo cuando un conductor percibe que está viajando más rápido de lo que puede controlar por las leyes de la física es pisar el freno. Está perfecto hacerlo, de hecho es recomendable esa reacción a la de intentar doblar maniobrar a más velocidad de la razonable. Pero cuando se está viajando a zonas de montaña, con el auto cargado de pasajeros y equipaje, y el camino comienza a convertirse en una combinación de curvas enlazadas con subidas o bajadas pronunciadas, y muchas veces con fuertes ráfagas de viento también, usar excesivamente el freno puede terminar en un susto, porque si el sistema se sobrecalienta puede perder poder frenante.

Lo recomendable, nuevamente, es bajar la velocidad en bajadas pronunciadas o muy extensas, e intentar aliviar el uso del freno, para permitir que se enfríe en cada oportunidad que sea posible. El concepto es simple de entender: cuanto más rápido se circule, más veces se debería presionar el pedal de freno, pero al circular a menor velocidad, se puede aplicar un cambio más bajo para que sea el motor el que funcione como un alivio efectivo para los discos y pastillas de freno.

Estacionamiento y salida de pendientes

Las dos primeras cosas que aparecerán como una constante serán estacionar en pendiente y arrancar en una subida. En el caso del estacionamiento, siempre hay que dejar el auto con la primera marcha y el freno de mano colocados, pero adicionalmente hay un buen consejo para tomar, que es dejar la dirección doblada en dirección al cordón de la vereda si se estaciona en las ciudades. Si en cambio se estaciona en zonas naturales, con el cambio y el freno manual más alguna piedra detrás o delante de una rueda trasera a modo de cuña, será suficiente

Para arrancar en subida, tanto hacia adelante como en macha atrás, lo ideal es hacerlo con el freno de mano sostenido con la mano o colocado con la mano derecha lista para desactivarlo apenas sea posible. El modo de hacer la maniobra es poner el cambio, primera o retroceso según sea el caso, y comenzar la maniobra de desacople del embrague y acción del acelerador como si estuviesen en una calle plana. Una vez que empezó el movimiento del auto para moverse, se suelta el freno de mano y el auto avanzará en la dirección deseada y no en la contraria por efecto de la pendiente.

Giro del volante

Siempre se ha dicho que la posición correcta para tomar el volante es la que representaría las 10 y 10 hs en un reloj analógico. La razón es que con las manos levemente más altas que el centro horizontal del volante se puede tener más precisión que si el movimiento arranca desde más abajo y antes de bajar hacia un lado, primero debe subir la mano que hará más fuerza.

En un camino de montaña, esto cobra más importancia aun, porque las curvas son todas distintas, muchas de ellas no se ven y cambian el radio, ya sea empezando más abiertas y cerrándose luego, o al revés. Esto obliga a una corrección de la dirección casi permanente, y hacerlo con precisión es fundamental para no salir del carril, tanto hacia la banquina como hacia la mano contraria.

Pero cuando la curva es cerrada, lo que nunca hay que hacer es cruzar los brazos de modo de trabarlos haciendo tope, porque si la curva se sigue cerrando no habrá respuesta y habrá que soltar el volante para tomarlo desde más atrás, y hacer esto en la mitad de una curva es casi lo peor que se puede hacer. De modo que lo correcto es doblar con ambas manos y apenas se percibe que la dirección debe ser mayor aún, mantener el volante firme con la mano de abajo y correr la de arriba hacia atrás lo suficiente para que el brazo no se cruce del eje vertical del volante.

Sobrepasos seguros

Las largas filas de autos que van o regresan de los lagos al comienzo y al final de cada día, son enemigos de la paciencia. Si bien estar de vacaciones suele significar que las personas están descansando relajadas, no todos soportan hacer 10 o más kilómetros a muy baja velocidad sin poder adelantar.

Pero hay dos problemas en esta situación. El primero es que hay pocas rectas suficientemente largas como para poder pasar autos cambiándose a la mano contraria, y el segundo es que hay muchas curvas ciegas o descensos repentinos que a la distancia no se ven, pero que efectivamente tienen un punto en el que no se puede saber con certeza si algún vehículo no está por aparecer repentinamente.

Solo se puede aconsejar paciencia y atención a los demás, porque aunque uno no tenga ese apuro, sí lo pueden tener otros, entonces hay que estar preparados para frenar, esquivar e incluso bajar a la banquina si se está circulando por una ruta pavimentada. Atención con esto último, porque las banquinas en zonas de montaña suelen ser de canto rodado o ripio y frenar sobre ese tipo de superficie no es algo preciso en metros y en estabilidad. Si hay que hacerlo, bajar dos o las cuatro ruedas primero y una vez con el volante derecho presionar el freno es lo más recomendable para evitar que el auto tenga tendencia a cruzarse. Volantear en el ripio es poco seguro y dependiendo de la velocidad, puede terminar en un accidente.

Como ir en caminos de tierra

Paseos a zonas maravillosas como la ruta de los 7 lagos o Paso Córdoba en el sur de Neuquén, son recorridos que se hacen mayormente en caminos de tierra. Hay dos cuidados muy importantes para tener, y nuevamente el atenuante de peligro está en la velocidad. Esos caminos suelen tener curvas cerradas y ciegas con dos agravantes como que no están marcadas las manos por no tener asfalto, y tener muy mala adherencia por el tipo de piso. Entrar cerrado a una curva a la izquierda es muy peligroso por eventuales autos de frente, y la corrección del volante ante la sorpresa de encontrar otro vehículo de frente, es una maniobra muy imprecisa también.

En otros tiempos, cuando pocos autos tenían aire acondicionado, lo común era ir con las ventanillas bajas y tocar bocina al llegar a una curva en la que no se ve si viene otro vehículo. Hoy, los autos son más herméticos, las ventanas van cerradas y al transitar sobre un camino que genera ruidos de las piedras e irregularidades, no es tan posible escuchar si del otro lado alguien está tocando bocina. Lo mejor es ir despacio por el lado derecho del camino. Los cambios bajos generan que la conducción tenga la asistencia del freno motor que siempre dará algo más de seguridad en las maniobras sobre piso irregular.

En rectas o subidas largas, es común encontrar lo que se conoce como “serrucho”, y que es una superficie de pequeñas lomadas transversales muy próximas entre sí, que generan un temblor en la dirección y a veces en toda la carrocería.

Ir rápido será peor aún aunque parezca que se sienten menos esas imperfecciones, especialmente en pendientes de ángulo pronunciado. Aunque parezca una tortura, ir despacio, en segunda y no en primera marcha si no es una subida muy empinada, es el mejor modo de enfrentar esta situación.