TECNOLOGÌA

Vladimir Putin experimenta con “palomas espía” controladas mediante implantes cerebrales

Una empresa vinculada al gobierno de Rusia iniciaron pruebas en aves equipadas con chips neuronales para dirigir el vuelo y cámaras para vigilancia discreta.

Históricamente, las fuerzas militares han mantenido relaciones estrechas con el quehacer científico y tecnológico, procurando conseguir ventajas asociadas a los avances en esas áreas. En pleno 2025, un extravagante desarrollo en Rusia confirma ese vínculo. Según reveló Daily Mail, el gobierno de Vladimir Putin experimenta con palomas espía. No son robots, sino aves reales que se controlan con chips implantados en el cerebro.

Palomas-cíborg en Rusia: con implantes neuronales y cámaras para espionaje

De acuerdo a la fuente, una empresa especializada en neurociencias llamada Neiry y vinculada al gobierno ruso, puso en marcha las pruebas de sus “biodrones”. Tal como señalamos, no se trata de máquinas bioinspiradas, sino de palomas comunes intervenidas para fines de espionaje.

Las PJN-1 —así las llaman— parecen salidas de una película o serie de ciencia ficción. Tienen un implante en el cerebro que permite controlar la ruta de vuelo en forma remota, como si fuesen drones. Además, cuentan con una cámara incorporada para vigilancia discreta, sistema de rastreo GPS, pequeñas mochilas con cargadores solares y un receptor que transmite señales al chip neuronal.

Según fuentes de la compañía rusa, las palomas “creen que quieren volar” hacia la dirección que, en realidad, es determinada por los operadores a distancia mediante la estimulación de regiones específicas del cerebro. También señalaron que las aves no necesitan entrenamiento previo y que cualquiera se vuelve “controlable” después de la intervención quirúrgica.

El campo de acción es amplio: cada una de estas palomas cibernéticas puede recorrer unos 500 kilómetros por día. Por lo demás, los planes de Neiry podrían ir más allá de estos pájaros. Al respecto, el fundador de la empresa, Alexander Panov, dijo que “cualquier ave puede usarse como portadora”. En ese sentido, adelantó que prevén realizar intervenciones en cuervos y gaviotas, para vigilancia costera y para transportar cargas más pesadas.

De acuerdo a la fuente, la firma que tiene vínculos estrechos con el Kremlin de Moscú afirma que avanza para que la tasa de supervivencia de las palomas sea del 100%, pero no ha revelado cuántas aves murieron durante las instancias de desarrollo y pruebas posteriores.

De la producción de leche a la vigilancia

“El biodrón-paloma PJN-1 se diferencia de un ave común únicamente por el cable de interfaz neuronal que sobresale de su cabeza y la pequeña mochila que contiene los componentes electrónicos”, detallaron desde Neiry. “Su principal objetivo es proporcionar cualquier tipo de monitorización, por ejemplo, ambiental o industrial, para llevar a cabo operaciones de búsqueda y rescate, y servir como una capa adicional de seguridad”, añadieron.

La intervención de aves no es el único foco de la compañía. Anteriormente, recibió críticas por manipular cerebros de vacas para aumentar la producción de leche, en el marco de un programa tecnológico también vinculado a la administración de Putin.

Las aves biónicas en Rusia no son las únicas innovaciones para espiar con discreción

Daily Mail recuerda que, ya en los años de la Unión Soviética, se entrenaron delfines para patrullar en el mar, colocar minas y realizar tareas de reconocimiento. En esta era, los avances tecnológicos abren nuevas y extravagantes posibilidades para concretar esas y otras tareas asociadas a la defensa y la vigilancia.

A mediados de este año, en TN Tecno contamos que investigadores de la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa de China (NUDT) presentaron un dron pequeñísimo, que tiene el tamaño de un mosquito, diseñado para el espionaje.

Respecto a los avances de la neurociencia, las voces de alerta no han demorado en retumbar. Esta misma semana, científicos de la Universidad de Bradford, en el Reino Unido, advirtieron que esas tecnologías podrían utilizarse para desarrollar “armas cerebrales”. En la práctica, indicaron que tales avances serían capaces de alterar la conciencia, la percepción o el comportamiento de las personas. Y que, en tanto, la mente es un posible nuevo campo de batalla.

“El mismo conocimiento que nos ayuda a tratar los trastornos neurológicos podría utilizarse para alterar la cognición (...) e inducir la obediencia”, dijo uno de los especialistas, Malcolm Dando, experto en biología. Michael Crowley, su colega en la universidad británica, agregó que “las herramientas para manipular el sistema nervioso central son cada vez más precisas, accesibles y atractivas para los gobiernos”.