Mesa judicial

La presión macrista a un juez federal: “Le conviene jubilarse y dedicarse a viajar”

El caso del excamarista Jorge Ferro evidencia las múltiples facetas del sistema de persecución montado durante el gobierno de Mauricio Macri: el desprecio por la institucionalidad, el acopio de datos privados para presionar y el deseo de llenar el Poder Judicial de amigos del régimen.

Como si hicieran falta más botones de muestra del sistema de persecución montado durante el gobierno de Mauricio Macri a múltiples niveles y en distintos ámbitos, apareció ahora el caso de Jorge Ferro, un excamarista federal de Mar del Plata que denunció que en 2018, en pleno macrismo, tuvo que renunciar a su cargo por presiones, en este caso, desde la “pata política” del Consejo de la Magistratura.

Denunciado por supuestas maniobras para favorecer a un imputado en una causa, Ferro fue sometido a declaración indagatoria el año pasado y, en ese momento, describió cómo dos integrantes del cuerpo que designa y remueve a los jueces lo abordaron para sugerirle que renunciara a su cargo. Uno de ellos era una figura conocida del núcleo duro macrista: el diputado Pablo Tonelli, del PRO, integrante de la porción del Consejo conformada por legisladores.

En su declaración, que “destapó” ayer la periodista Irina Hauser, del diario Página/12, Ferro da cuenta de la brutalidad con la que Tonelli lo presionó para renunciar, allá por 2018. “Doctor Ferro, a usted le conviene jubilarse. Se puede dedicar a sus nietos y a los viajes, que a usted le gusta”, deslizó Tonelli, según contó el ahora excamarista, sin que viniera mucho al caso y haciendo que se preguntara cómo y por qué un miembro del Consejo estaba al tanto de que él era aficionado a viajar.

“Me asusté”, dijo Ferro en su indagatoria, escuchado atentamente por el juez Santiago Marín y la fiscal Laura Mazzaferri, vía Zoom. “No porque tenía algo que ocultar, sino porque cabía preguntarme cómo sabía el doctor Tonelli que a mí me gustaba viajar. Era un tema de conversación que yo jamás había entablado con él”, contó. Tonelli ya se había ensañado con la entonces procuradora Alejandra Gils Carbó y promovido el enjuiciamiento de Alejo Ramos Padilla, quien investigó el espionaje macrista y hoy es juez electoral en La Plata.

El otro integrante del Consejo que avanzó la poco sutil sugerencia fue el entonces presidente del cuerpo, el abogado Miguel Piedecasas. “Mejor que se jubile, doctor. Tranquilidad para usted y tranquilidad para nosotros”, le dijo a Ferro.

“No era mi intención renunciar. Yo estaba muy cómodo en la Cámara. Pero sufrí una especie de amedrentamiento y entendí que debía renunciar”, explicó el excamarista, que en aquellos momentos llevaba adelante una causa por crímenes de lesa humanidad durante la Dictadura cívico-militar.

Ferro también dijo que no fue el único que sufrió este tipo de presiones. “Después de mi renuncia, hablando con colegas amigos, me decían: Mirá, a mí me pasó lo mismo, me hicieron renunciar. A otros los hicieron trasladar. Así fue sucediendo”, se explayó.

El mismo gobierno que espió ilegalmente a propios y ajenos, que cableó unidades penales, que armó causas contra opositores, también desplegó su sistema de presión en el ámbito judicial, echando mano de información sobre la vida privada de los funcionarios y con la clara intención de reemplazarlos con otros que le fueran más afines. El de Ferro es un caso más que exhibe este modus operandi del macrismo. Tonelli, dicho sea de paso, sigue integrando el Consejo de la Magistratura.