se van rompiendo
A pesar de su discurso opositor, María Eugenia Vidal jugó para los libertarios: se abstuvo
Si bien la mayoría de los diputados amarillo votó como quería el Gobierno, hubo quienes se opusieron. El PRO muestra en el Congreso las divisiones del partido
Después de los acuerdos electorales que dejaron al PRO en un lugar de socio menor con respecto a La Libertad Avanza, el partido amarillo votó mayoritariamente de la forma en que quería el Gobierno. La gran mayoría de su bloque de Diputados votó como quería Javier Milei y hubo muy pocos (dos, de hecho), que se revelaron a las instrucciones de La Libertad Avanza. Pese a su discurso marcadamente opositor en los últimos días, María Eugenia Vidal hizo exactamente lo que le pidieron: se sentó y se abstuvo, con lo que ayudó a agravar la mayoría necesaria para que el veto se mantuviera.
Un conteo de la votación de las jubilaciones dejó en claro que la gran mayoría del PRO se alineó con LLA. La mayoría del bloque que conduce Cristian Ritondo votó en contra de los jubilados. Los que apoyaron el veto fueron, además de Ritondo, Sabrina Ajmechet, Damián Arabia, Martín Ardohain, Belén Ávico, Nancy Ballejos, Gabriela Besana, Emmanuel Bianchetti, Alejandro Bongiovanni, Sergio Capozzi, María Florencia De Sensi, Daiana Fernández Molero, Germana Figueroa Casas, Alejandro Finocchiaro, Silvana Giudici, Fernando Iglesias, Luciano Laspina, Martín Maquieyra, Gerardo Milman, José Núñez, Marilú Quiroz, Laura Rodríguez Machado, Javier Sánchez Wrba, Diego Santilli, María Sotolano, Aníbal Tortoriello, Patricia Vásquez y Martín Yeza.
En cambio, decididamente en contra del veto (y a favor de los jubilados) solo votaron del PRO Sofía Brambilla (Corrientes) y Ana Clara Romero (Chubut), es decir, diputadas que responden a armados provinciales donde el PRO se autonomizó de LLA. Vidal, como se dijo, se abstuvo que es lo que le pidió que hiciera Ritondo. Hizo lo mismo con la Emergencia en Discapacidad. De esta forma, ayudó a elevar el número que se necesitaba para llegar a los dos tercios. Es una forma de apoya el veto sin dar la cara.
Otra forma de evaluar cómo se condujo el PRO es analizar cómo cambiaron su voto quienes se habían abstenido cuando se aprobó la ley en junio de este año. Fueron nueve diputados, incluida Vidal, y en ese momento se lo vio como un desafío del sector de Mauricio Macri hacia Milei, que aventuraba futuras rebeliones.
Las rebeliones no fueron tales: de esos nueve, cinco cambiaron su voto para favorecer el veto a los jubilados (Ardohain, Besana, Figueroa Casas, Laspina, Sotolano), dos pasaron a rechazar el veto (como ya se dijo, Brambilla y Romero) y Vidal siguió con su abstención. La novena que falta es Silvia Lospennato, que se ausentó en el momento de la votación, con lo que en realidad favoreció a la oposición. Es lo que hubiera hecho Vidal si realmente hubiera querido ayudar a los jubilados.
En el Senado también hubo chispazos de rebelión PRO a la hora de discutir los DNU de Milei. “Yo voy a ir en contra del INTA y en contra de Vialidad, porque creo que el Gobierno nacional tiene que rever esta situación”, sostuvo el jefe del PRO, Alfredo De Ángeli, quien es, no obstante, de las figuras más amigables con LLA. El rechazo del PRO a los DNU fue generalizado, con la excepción de la senadora Carmen Alvarez Rivero, que ya es más violeta que amarilla.
Si hace un año la división del PRO era entre quienes querían acordar sí o sí con los Milei y quienes se resistía (Mauricio Macri, Jorge Macri, Soledad Martínez), hoy el grupo de resistentes está en silencio y en franca retirada. La única voz cantante que tienen es Vidal, quien dijo que va a acompañar a los candidatos del PRO en las 14 provincias en las que no hizo acuerdo con LLA. Pero mientras dice eso, Vidal sigue votando de forma tal de beneficiar a Milei en el Congreso.