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Chubut: para el fiscal la violación en manada se trató de un "desahogo sexual" y ninguno de los acusados irá preso

Fueron denunciados por abusar de una joven de 16 años en 2012. Hay dos sobreseídos porque en ese momento eran menores y un "arrepentido" que contó todo.

El fiscal de Rawson Fernando Rivarola sobreseyó a otro de los cinco imputados por la violación en grupo de una joven de 16 años en 2012 y pidió juicio abreviado para los tres restantes con la calificación de "abuso sexual simple agravado por la comisión de tres personas". Tomó esta determinación tras considerar que se trató de un “accionar doloso de desahogo sexual”. Ninguno irá preso.

El caso fue denunciado por la víctima a través de las redes sociales en enero de 2019, y llegó a los Tribunales en agosto. Fue conocido mediáticamente como "La manada de Chubut". Los implicados son cinco jóvenes que pertenecen a familias conocidas y poderosas de la ciudad de Puerto Madryn, que fueron acusados de drogar y abusar sexualmente de una chica de 16 años durante una fiesta del Día de la Primavera en Playa Unión. Un sexto acusado se quebró y declaró como arrepentido.

A un año y medio del comienzo de la causa, el fiscal acordó con los abogados defensores la realización de un juicio abreviado. La pena será de tres años en suspenso, por lo cual ninguno de los imputados deberá pisar la cárcel.

El sobreseimiento de R.V., dictado en las últimas horas y en plena feria extraordinaria, se suma al dictaminado para T.S. en abril. Ambos eran menores de edad en el momento de la violación.

Ahora, el juez penal Marcelo Nieto di Biase deberá resolver si acepta o no el juicio abreviado de Ezequiel Quintana, Leandro Del Villar y Luciano Mallemaci.

J.P. es el único que no quedó imputado ya que colaboró con la Justicia desde un rol de arrepentido. Su papel en la presunta violación habría sido de coparticipación sin intervención: de testigo del hecho. El hermano de J.P. es intendente de comuna rural del norte de Chubut.

La víctima contó a través de su cuenta de Facebook que la violación tuvo lugar en un casa de Playa Unión, durante una fiesta privada. Ella estaba con otras seis amigas, todas de Puerto Madryn.

En un momento de la noche fue llevada a una habitación oscura y llena de camas, en la que mientras dos o tres jóvenes la violaban, uno cuidaba que no entrara nadie más.

Estaba casi desvanecida y bajo los efectos de alguna droga. Las amigas la encontraron, juntaron su ropa que estaba tirada alrededor de la habitación, la vistieron y se la llevaron.

La chica no contó lo que le había sucedido hasta que tuvo su primer intento de suicidio y fue descubierta por sus padres. Allí les confesó todo y ellos la llevaron al hospital para activar el protocolo que se usa en víctimas de violencia sexual.

A partir de ese momento, también recibió amenazas para que no haga la denuncia. Tanto la amedrentaron, que tuvo que mudarse a la provincia de Buenos Aires con su familia, como si ella fuese la culpable del horror que le tocó vivir.

El tiempo y la ayuda psicológica y psiquiátrica la ayudaron a rearmarse y a poder denunciar lo que le ocurrió. Ahora, sus agresores quedarán libres.