Elecciones y peronismo

Cinco distritos definen la elección presidencial y el oficialismo tiene un panorama difícil

Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, CABA y Mendoza son provincias que determinan el resultado electoral.

Hay cinco provincias que determinan el resultado de las elecciones: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Mendoza. Entre todas ellas poseen el 65% del electorado nacional. Realizar una buena elección en esos territorios es importante para obtener un resultado electoral positivo. Es una cuenta sencilla que la hacen todos en el mundo de la política.

Le ha resultado difícil al peronismo en los últimos años ese sector del mapa. No logra hacer pie. No hace buenas elecciones y, en la mayoría, pierde por un amplio margen. En el 2019 mejoraron la performance pero perdieron en cuatro de los cinco distritos principales. El único triunfo lo obtuvieron en el territorio bonaerense de la mano del actual gobernador Axel Kicillof.

En Buenos Aires Axel Kicillof trabaja su idea de reelección y no tiene dudas del camino que quiere seguir. En La Plata reconocen que la situación económica nacional, la interna interminable, el deterioro político del Gobierno y la falta de un candidato competitivo, que empuje la boleta provincial hacia arriba, dificultan el camino del Gobernador. Aún así consideran que puede competir con entereza y que tiene el apoyo político necesario para avanzar con el plan de reelección. Una situación completamente diferente a la de Alberto Fernández, que quedó aislado y solo, y debió dar de baja su proyecto para seguir en la Casa Rosada.

En las encuestas se muestra que Kicillof es el mejor candidato para retener el control de la provincia más poblada del país. Si bien su intención de voto ha tenido una merma en los últimos seis meses, sigue siendo el mejor posicionado para enfrentar a Juntos por el Cambio, que aún tiene 6 precandidatos a gobernador y no logra ordenar los nombres propios, cuando falta un mes y medio para el cierre de listas.

Axel Kicillof ya logró juntar un fuerte apoyo político para su reelección. Además del aval de la Vicepresidenta, tiene el respaldo del sindicalismo K y de la CGT, de las organizaciones sociales oficialistas que conducen Emilio Pérsico (Movimiento Evita), Daniel Menéndez (Barrios de Pie) y Juan Grabois (MTE). También lo respaldan los intendentes peronistas del interior de la provincia y la gran mayoría de los del conurbano. Solo un grupo, cercano a Insaurralde, juega con el sigiloso silencio.

Proyectan una elección muy pareja. En el kirchnerismo saben que perder la provincia sería un golpe muy difícil de digerir porque afectaría el núcleo de poder K. Por eso la mayoría no quiere arriesgar y considera que la mejor opción es que Kicillof se presente como candidato a gobernador.

Córdoba es después de Buenos Aires, la provincia  más importante del país. Tiene el 10 % de los electores. Allí existe una particularidad respecto al peronismo. Está dividido en dos. El peronismo cordobés fundado por José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti controla la provincia desde 1999. Es oficialismo en Córdoba y oposición a nivel nacional. Un mundo propio dentro del universo peronista.

En esta elección el actual gobernador, Juan Schiaretti, es precandidato a presidente y el actual intendente de la ciudad de Córdoba, Martín Llaryola, el candidato a gobernador. En Córdoba capital el candidato es Daniel Passerini, exponente del delasotismo y dirigente de confianza de Schiaretti y Llaryola.

En el armado de Hacemos por Córdoba se produce una particularidad. La candidata a vicegobernadora es la intendenta de Estación Juárez Celman - en uso de licencia - Myrian Prunotto, que es de la UCR. Mientras que Javier Pretto, presidente del PRO de la provincia de Córdoba, aceptó ser la dupla de Passerini, y competirá como viceintendente.

La elección se definirá entre Llaryola y Luis Juez, el candidato de Juntos por el Cambio, que ha crecido en las encuestas en los últimos meses y que tendrá el empuje del radical Rodrigo De Loredo que se presenta como candidato a intendente de la ciudad capital. En los dos frentes advierten que la elección será muy pareja. Uno de los objetivos de Schiaretti con su candidatura presidencial es colaborar en la tracción de votos para la boleta de su candidato a gobernador.

El próximo viernes se cierran las listas en Santa Fe y el Frente de Todos no tiene un candidato firme para la gobernación. Por estas horas el gobernador Omar Perotti trabaja en el armado de la lista de diputados provinciales que él mismo encabezará. Al igual que como hizo Miguel Liftchitz cuando dejó la gobernación, se puso como objetivo conducir la legislatura santafesina y hacerse fuerte en el territorio.

Para la gobernación Perotti apadrina al senador nacional Roberto Mirabella, hombre de su extrema confianza. Su candidatura no despega y en la gobernación esperan por la resolución del senador Marcelo Lewandowski, que es el que mejor mide en las encuestas. El legislador quiere ser candidato y ha pedido una serie de condiciones para jugar. Reclama un acuerdo de la mayor parte del peronismo para que su candidatura tenga sustento político. No quiere quedarse solo a mitad de camino.

En Rosario el peronismo aspira a dar el golpe con el ganador de la PASO que protagonizarán Roberto Sukerman, dirigente cercano al Jefe de Gabinete, Agustín Rossi, y Juan Monteverde, el principal referente de la agrupación de izquierda Ciudad Futura. En la última elección, en la que Pablo Javkin logró el triunfo, Sukerman, que hoy es Jefe de Gabinete del ministerio de Trabajo de la Nación, salió segundo por solo un punto y medio de distancia.

Aunque Javkin aún no blanqueó su decisión, en Rosario dan por descontado que buscará un nuevo mandato. Lo anunciaría en los próximos días

En el territorio porteñoe tiene el 7% de los electores a nivel nacional el peronismo siempre corre de atrás. La Ciudad de Buenos Aires es el núcleo de poder del PRO, que aún no tiene un candidato definido para enfrentar a Martín Lousteau en las PASO. Las dos figuras que jugarán en la elección serán el diputado Leandro Santoro y el ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens.

En la provincia de Mendoza el peronismo no logra levantar cabeza desde hace casi una década. El último mandato peronista fue el de Francisco “Paco” Pérez, entre el 2011 y el 2015. A partir de ese momento la UCR empezó a conducir la provincia con absoluta supremacía. En esta oportunidad se presenta como candidato a gobernador el senador Alfredo Cornejo, que ya fue gobernador en la etapa 2015-2019.

Fernández Sagasti, que tuvo su pico de adhesión en el 2019, ya había asegurado, dos años atrás, que no iba a competir en estos comicios. Que tenían que aparecer otros dirigentes que pongan el cuerpo para caminar una provincia donde la sociedad castiga al peronismo en las urnas. El panorama del peronismo en Mendoza no es bueno. Es, más bien, desolador.