Cómo prevenir la neumonía, un mal que acecha en los dos extremos de la vida ante la llegada del invierno

La neumonía es una infección aguda que inflama los sacos aéreos de uno o ambos pulmones, que se pueden llenar de secreciones. Los signos y síntomas de esta enfermedad varían según su gravedad (puede ir desde un cuadro leve a uno potencialmente mortal) y otros factores como la edad, el tipo de germen que causó […]

La neumonía es una infección aguda que inflama los sacos aéreos de uno o ambos pulmones, que se pueden llenar de secreciones. Los signos y síntomas de esta enfermedad varían según su gravedad (puede ir desde un cuadro leve a uno potencialmente mortal) y otros factores como la edad, el tipo de germen que causó la infección y el estado general del paciente.

Si bien puede afectar a todas las personas, hay ciertos grupos que presentan mayor riesgo de contraerla y por lo tanto requieren más cuidado.

“Los mayores de 65 años, niños menores de dos años, personas con alguna afección de salud no diagnosticada o con el sistema inmunitario debilitado, pacientes que reciben quimioterapia o toman medicamentos que inhiben el sistema inmunitario, aquellos con antecedentes de enfermedades cardíacas o pulmonares previas son quienes más deben protegerse de esta enfermedad.

El médico especialista en medicina interna, neumonología y medicina crítica Pablo Gutierrez Fernandez (MN 82.000) señaló que “existen características clínicas que pueden alertar acerca de un posible cuadro de neumonía”.

Para el jefe médico de la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Zabala, se recomienda ir a un hospital o centro médico en caso de presentar alguno de estos síntomas: fiebre, transpiración, escalofríos con temblor; dolor en el pecho al respirar o toser; en los recién nacidos o en los adultos mayores puede que la temperatura esté más baja que los 36°C, o que presenten dificultad para comer o hidratarse; dificultad para respirar, lo que produce fatiga; tos con expectoración; somnolencia exagerada; desorientación y cambios en la conducta, especialmente en los adultos mayores de 65 años; náuseas, vómitos o diarrea que pueden aparentar una gastroenteritis.

Muchos gérmenes pueden causar neumonía. Los más frecuentes son las bacterias y los virus que se encuentran en el aire que respiramos -puntualizó Gutiérrez Fernández-. La neumonía se clasifica de acuerdo al lugar donde se contrae la infección y por el tipo de germen que la causa. El tipo más común es aquella neumonía adquirida en la comunidad, fuera de un hospital o centro de salud. Puede producirse sola o después de haber tenido un resfrío o una gripe. Tiene como síntomas principales la tos persistente sin expectoración y dolor de cabeza”.

Otro lugar propicio para contraer neumonía es el hospital o centro de salud, durante una internación por otra enfermedad. Las personas internadas en unidades de cuidados intensivos, y que están conectados a un respirador, están más expuestas a contraer de manera más fácil este tipo de neumonía. Suelen ser cuadros más graves y con una mortalidad superior a las neumonías adquiridas en la comunidad.

Por último, “existe la neumonía por aspiración, que sucede cuando se inhala material alimentario, bebidas, vómito o saliva que luego termina llegando a la parte baja de los pulmones”. Es frecuente en los ancianos con trastornos neurológicos y de deglución. También puede darse en el contexto de una intoxicación por drogas o de consumo excesivo de alcohol, ya que se deprime la conciencia.