Cambio Climático

Con la premisa de ser la cumbre de los hechos y no las palabras, mañana comienza la COP27

La reunión del clima transcurrirá mientras Egipto y los activistas esperan que se avance en los compromisos de financiamiento de daños y pérdidas a los países en desarrollo. Igual, es probable que la crisis energética que afecta a Europa por la guerra acapare la atención y las negociaciones.

La conferencia anterior, en Glasgow, Reino Unido, en 2021, no estuvo a la altura de las expectativas en ninguno de los aspectos principales.

Para ello era necesario reducir un 45% de las emisiones de aquí a 2030, con respecto a 2010.

Sin embargo, los acuerdos firmados conducen a un aumento de la temperatura promedio de entre 2,4º y 2,6º, según un informe de la ONU publicado hace dos semanas.

Las cuantiosas pérdidas

Otro punto que quedó pendiente: el financiamiento de 100.000 millones de dólares anuales que los países desarrollados y por ende los que más contaminan, se comprometieron a aportar para los países en desarrollo para mitigación y adaptación durante cinco años desde 2020.

Aquí es donde surgen dos problemas: por un lado, que el dinero para la conversión verde, que estaba previsto que se canalice a través de préstamos, subvenciones y transferencias directas, nunca llegó; y por el otro, que los países en vías de desarrollo quieren más bien un aporte para la creación de un fondo para "pérdidas y daños", un especie de seguro que compense a las naciones más vulnerables al clima por los daños causados por unas emisiones que no crearon.

El papel en la COP27 de África y América Latina, el sur global, puede ser clave para presionar en ese sentido.

"La COP27 tiene una particularidad, y es que ocurre en África, y eso pone de manifiesto la importancia de poner en el centro cómo hoy día los países y las comunidades más vulnerables se están viendo afectadas por el cambio climático, en un contexto donde ellos no han sido los responsables de esta crisis", dijo Estefanía González, coordinadora de campañas de Greenpeace.

También habló de otra cosa: sobre que los compromisos en materia de pérdidas y daños han sido los grandes ausentes durante mucho tiempo, pero ahora están en el centro de la agenda de la COP27.

"Acá la petición es bastante clara. Tiene que haber un mecanismo financiero que asegure que pueda llegar financiamiento a los países que ya están sufriendo las pérdidas y los daños producto del cambio climático", afirmó la experta chilena González antes de viajar a Egipto para participar de la conferencia.

Aunque estos temas sean por demás importantes y para ser tratados ya, mientras Egipto y los activistas climáticos esperan que sea la COP africana, es probable que la crisis energética que afecta a Europa por la guerra se lleve puesto todo.

Tampoco hay que olvidarse de otra deuda pendiente, que es en materia de mitigación, es decir las medidas que se pueden tomar para contrarrestar los impactos ambientales.

Nuevas metas

Las llamadas Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés), no son suficientes para mantener el aumento de la temperatura del planeta en 1,5º para fines de siglo.

En la COP26, los firmantes del acuerdo se comprometieron a revisar sus compromisos todos los años, en lugar de cada cinco, como lo venían haciendo. Sin embargo, apenas 24 de los 90 firmantes presentaron sus NDC nuevas o revisadas a tiempo para la COP27. Sencillamente una vergüenza, porque está claro que para 2030 las emisiones serán mayores que las de 2010.

El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), el último que se hizo, señala que las políticas actualmente en vigor apuntan a un incremento de la temperatura de 2,8 ° a fines de siglo, mientras que la ejecución de los compromisos actuales reducirá únicamente este incremento en la temperatura a un máximo de 2,4 °C a 2,6 °C.

"Cuando se negoció en París, 2,6º era una catástrofe de proporciones inimaginables. Y ahora, de buenas a primeras se dice que vamos hacia 2,6º de mínima sin más y todo el mundo lo acepta", se espantó la activista argentina Flavia Broffoni. "Lo que debería estar sucediendo es una rebelión ciudadana masiva, simultánea en todo el mundo. La ciencia dice que en menos de 30 años, las tres cuartas partes de la tierra van a estar en sequía permanente" explica la especialista en relaciones internacionales, cambio climático y desarrollo regenerativo.

¿Conviene seguir negociando así?

Si bien en cada una de las conferencias climáticas se han firmado acuerdos para reducir la contaminación, ninguno ha sido vinculante.

"Todos los países que son parte del Acuerdo de París incumplen sus compromisos. No hay ninguno que esté en la trayectoria de sus NDC", subrayó Broffoni, que también integra el Movimiento Extinción Rebelión Argentina (XR), quien dejó de participar en estas instancias por la "disociación atroz" que existe entre las "certezas científicas y las negociaciones diplomáticas". Frente a este escenario, el activismo verde llega este año con un reclamo de "justicia climática": mecanismos democráticos de participación ciudadana directa y vinculante para que la transición sea más justa de lo que va a ser si las decisiones las toman solamente los sectores de poder.

COP27: la agenda

Se celebra entre el 6 y el 18 de noviembre. El lunes habrá una reunión cumbre a la que asistirán unos 125 mandatarios del mundo, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el de Brasil, Jair Bolsonaro. El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció que tiene intención de viajar, en respuesta a la invitación de la presidencia egipcia de la COP27, aunque no participará del foro de líderes, que queda reservado para los líderes en ejercicio.

Las ausencias más destacadas son la del presidente ruso, Vladimir Putin, y el chino, Xi Jinping, cuyos países son dos de los principales contaminadores del planeta, junto con Estados Unidos, la Unión Europea, India y Japón.