Judiciales

Condenaron a Etchecolatz por novena vez

Fue sentenciado “a la pena de prisión perpetua como coautor del homicidio calificado por alevosía".

El represor Miguel Etchecolatz fue condenado ayer por el Tribunal Oral Federal 1 (TOF1) de La Plata a prisión perpetua. Esta fue la novena vez que el exdirector de Investigaciones de la Policía Bonaerense durante la última dictadura militar (1976-1983) es condenado a perpetua.

También el TOF 1 condenó a perpetua domiciliaria al expolicía Julio César Garachico por los secuestros y torturas de siete personas en el excentro clandestino de Pozo Arana, entre ellas el albañil Jorge Julio López, y los asesinatos de cuatro de esas víctimas, entre las cuales está Francisco López Muntaner, uno de los estudiantes secuestrados en el episodio conocido como La Noche de los Lápices. Luego de saberse que Garachico cumplirá la condena perpetua en su hogar, familiares y organismos de derechos humanos se retiraron de la sala.

Etchecolatz fue condenado “a la pena de prisión perpetua como coautor del homicidio calificado por alevosía, por el concurso premeditado de dos o más personas en perjuicio de Norberto Rodas y Alejandro Sánchez”, según el veredicto de la Justicia.

Garachico fue juzgado por el TOF 1 por secuestro y tormentos aplicados a Patricia Dell’Orto, Ambrosio de Marco, Norberto Rodas, Alejandro Sánchez, Francisco López Muntaner, Guillermo Cano y Jorge Julio López. También por los homicidios agravados de Dell’ Orto, De Marco y Rodas.

Los casos de las siete víctimas de esta causa ocurrieron entre fines de octubre y principios de noviembre de 1976 y su sustento probatorio radica especialmente en las cuatro declaraciones judiciales prestadas por Jorge Julio López antes de su segunda desaparición en 2006. López había sindicado a Etchecolatz como el jefe del operativo de su secuestro y a Garachico como quien daba las órdenes al grupo de “picaneadores”.

Etchecolatz también es juzgado actualmente en el juicio Brigadas, por los crímenes de lesa humanidad cometidos en centros clandestinos de detención y exterminio del sur del conurbano conocidos como el Pozo de Banfield, el de Quilmes y El Infierno de Avellaneda.