Coronavirus: Qué pasa cuando el empleado de un comercio da positivo
El domingo pasado una carnicería de Mataderos, ubicada en Avenida Eva Perón al 4800, cerró sus puertas y no volvió a abrir. El martes los vecinos se asustaron al ver a un hombre con traje de protección que desinfectaba el lugar y en el barrio comenzó el rumor de que había un caso de coronavirus entre los empleados. Era cierto, uno […]
El domingo pasado una carnicería de Mataderos, ubicada en Avenida Eva Perón al 4800, cerró sus puertas y no volvió a abrir. El martes los vecinos se asustaron al ver a un hombre con traje de protección que desinfectaba el lugar y en el barrio comenzó el rumor de que había un caso de coronavirus entre los empleados.
Era cierto, uno de los trabajadores de ese local había dado positivo de COVID-19. A partir de ese momento, tuvieron que activar el protocolo para identificar a los contactos estrechos y tomar las medidas sanitarias necesarias para evitar la propagación del virus.
En total, cerraron tres sucursales (de las 14 que tiene Estancia Don Miguel) y fueron aisladas en sus casas 14 personas, entre ellos, el apoderado de la empresa Damián Sarina.
En diálogo el empresario contó cuáles fueron los pasos que tuvo que seguir luego de dar aviso al SAME. “El domingo a la tarde nos comunica un empleado que había dado positivo de coronavirus. Hasta el viernes estuvo trabajando y el sábado comenzó con síntomas”, contó el hombre.
Ni bien supo de la noticia llamó a la línea 107.”Nos dieron como protocolo aislar a toda la gente que haya tenido contacto directo con él durante la última semana. Eso incluyó a toda la gente de esa sucursal y de otras dos sucursales por las que había pasado el empleado”, amplió Sarina.
El empresario, que está aislado en la habitación de su casa porque estuvo en contacto con el empleado infectado, admite que no sabe cómo se pudo haber contagiado el caso cero de su empresa, aunque explica que la mayoría de los trabajadores toma uno o más medios de transporte para llegar a la carnicería.
Este lunes y martes, las tres sucursales permanecieron cerradas y se procedió a la desinfección. “La hizo una empresa privada con la que trabajamos, esto lo tiene que pagar la empresa no se hace cargo el Estado”, aclaró el apoderado.
“Pedimos testear a toda la gente pero nos informaron que no hay cantidad de test para hacer a personas que no presenten síntomas”, contó Sarina, quien asegura que todos sus empleados se encuentran asintomáticos pero bastante preocupados por lo que les pueda pasar.
“Yo también me sentí vulnerable”, reconoció frente a la realidad que le toca vivir y el miedo a haber podido contagiar a algún miembro de su familia antes de enterarse del caso. También afirmó: “Uno no se quiere contagiar pero tiene la obligación de trabajar”.
Desde el comienzo de la pandemia en el país, la empresa incorporó todas las medidas de seguridad recomendadas: colocaron un nylon entre la góndola y el carnicero, y se estableció que todos los empleados usen tapabocas y máscaras de protección. Por eso, el empresario desestima que se pueda haber contagiado algún cliente.
Tal como se informó el 13 de abril, las ART deben cubrir los casos de trabajadores de salud (Decreto N° 367/20). El apoderado de Estancia Don Miguel se comunicó con su aseguradora y ellos le recomendaron que siga las instrucciones del SAME. “Hace falta pulir un poco los protocolos”, reclamó Sarina, que cuestionó la falta de seguimiento de la línea 147.
Este miércoles, los tres locales que estaban cerrados volvieron a abrir sus puertas pero con empleados de otras sucursales que no estuvieron en contacto con el caso confirmado ni con los aislados. Ahora, solo les queda esperar hasta el domingo 24 para evaluar si algún trabajador más está infectado.