PBA

Crearán una pensión para víctimas de violencia institucional

El proyecto de Axel Kicillof busca indemnizar a quienes sufrieron algún tipo de agresión o persecución por su identidad de género. La reparación sería en forma de pensión vitalicia.

El proyecto de ley de Presupuesto para el año próximo acapara todos los ojos y oídos, pero los diputados de la provincia de Buenos Aires se disponen a debatir también, primero en comisión y luego en el recinto, otra iniciativa enviada por el gobernador Axel Kicillof: la que dispone crear una pensión vitalicia para reparar el daño sufrido por quienes hayan sido víctimas de violencia institucional por parte del Estado bonaerense, en razón de su identidad de género.

El universo al que apunta el proyecto son las personas mayores de 40 años que hayan sido perseguidas, encarceladas, multadas, golpeadas o lesionadas por manifestar una disidencia sexual o identidad de género atacada.

De convertirse en ley, se trataría de un avance que vendría 14 años después de la modificación de otra norma bonaerense que, tristemente, penaba el travestismo y calificaba de “viciosas” las relaciones homosexuales, y apenas cuatro años después de la despenalización de la prostitución en la Provincia.

Así, el Estado provincial pasa de perseguir y penalizar a las personas homosexuales, transexuales y travestis a protegerlas y reparar el daño que sufrieron por parte del mismo Estado.

El proyecto enviado por Kicillof crea una pensión graciable por un monto equivalente al de tres salarios básicos de un ingresante a la administración pública bonaerense (es decir, del personal cuyo régimen laboral rige la ley 10.430), que sería vitalicia y se pagaría todos los meses.

Este beneficio alcanzaría a “las personas mayores de 40 años que hayan sido detenidas, privadas de su libertad y/o sancionadas con multa por causas relacionadas con su identidad de género como consecuencia del accionar de las fuerzas de seguridad de la Provincia o por disposición de autoridad judicial o del Ministerio Público”. Es decir que se procura reparar el daño infligido tanto por agentes del Ejecutivo bonaerense como del Poder Judicial de la Provincia.

El monto previsto aumentará un 30% si la persona “hubiese sido víctima de lesiones gravísimas, según la clasificación que hace el artículo 91 del Código Penal de la Nación”, dispone la iniciativa oficial. Y el incremento será del 50% “cuando se acredite una incapacidad psicofísica, producto del hecho de violencia institucional por motivos de identidad de género, que determine una disminución de su capacidad laboral”.

También se establece en forma permanente “una bonificación extraordinaria para los beneficiarios de las pensiones, la que se abonará en dos cuotas semestrales, cada una de ellas calculada sobre la base del 50% de la mayor remuneración devengada dentro de los semestres que culminen en los meses de junio y diciembre de cada año”.

Esta pensión será compatible con cualquier actividad remunerada y con cualquier otra pensión, indemnización o beneficio jubilatorio que reciba la víctima, excepto con algún beneficio equivalente que pueda estar recibiendo por parte del Estado nacional o de otra provincia por el mismo motivo.

Los fundamentos del proyecto recuerdan que “durante muchos años se persiguió y criminalizó sistemáticamente a personas trans –en su mayoría travestis y mujeres transgénero– en el territorio provincial”, y que “la vida de un número indeterminado de personas se vio afectada profundamente, en algunos casos en forma irreversible”, ya que “ocurrieron afectaciones de las más diversas a la salud física y mental de las víctimas”.

En efecto, recién en 2008 una ley provincial derogó las normas que imponían multas a quien “en la vida diaria se vista y haga pasar como persona de sexo contrario” y consideraban que la homosexualidad era un “vicio” (ver aparte).

Una persecución reciente

No es de extrañar que el Estado bonaerense busque reparar a personas que detuvo, multó o lesionó en razón de su identidad de género. Esta persecución institucional (que aún sigue existiendo, por fuera de la ley, claro) estuvo plasmada hasta 2008 en el Código de Faltas provincial. Recién en ese año la Legislatura derogó, a través de la ley 13.887, los incisos del Código que penalizaban el travestismo (inciso e del artículo 92) y consideraban las prácticas homosexuales como “viciosas” (inciso a del artículo 69).

Es decir que hasta hace 14 años, ya bien entrada la democracia, las instituciones de la Provincia perseguían a las personas homosexuales, travestis y trans.

“Las leyes deben adaptarse a las nuevas realidades sociales, y dentro de esas nuevas realidades sociales están los travestis, que ocupan un lugar dentro de la sociedad que no podemos desconocer ni estigmatizar”, se argumenta en el texto.