Entrevista

“De las 20 ciudades con más desaparecidos de Argentina, diez están en la provincia de Buenos Aires”

A raíz de la presentación en el Senado bonaerense del proyecto de ley para la institucionalización del Archivo de la Memoria, este multimedio dialogó con Guillermo Clarke, director del organismo, que funciona desde 2020 por un decreto que lo creó.

El pasado martes, el subsecretario de Derechos Humanos bonaerense, Matías Moreno, junto con las senadoras María Teresa García y Ayelén Durán, y el director del Archivo de la Memoria, Guillermo Clarke, presentaron en el Senado bonaerense un proyecto de ley para institucionalizar este último organismo.

Las tareas del Archivo, que fue creado por decreto en 2020 y ahora buscan que sea aprobado en el Congreso, son supervisar, diseñar, evaluar y aplicar políticas para la recopilación, conservación y archivo de materiales vinculados a la actuación del terrorismo de Estado en el ámbito de la provincia de Buenos Aires durante el período 1976-1983.

Guillermo Clarke es el director del espacio y este multimedio dialogó con él, quien contó más detalles del nuevo lugar que recordará el último período oscuro de la historia argentina centrándose solo en el territorio bonaerense.

—¿Cómo surgió la idea?

—Lo que se hizo el martes fue presentar en el Senado bonaerense el proyecto de ley de creación del Archivo Provincial de la Memoria por ley. Pero este archivo ya estaba creado por decreto desde diciembre de 2020. Por lo tanto, ya estaba funcionando en este año y medio. Es una idea del subsecretario de Derechos Humanos, Matías Moreno, y una propuesta que hizo él en su plan de gestión. A partir de allí lo que sucedió fue que se modificó la planta orgánica funcional del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, se creó una Dirección Provincial de la Memoria y a principios de 2021 me convocaron para hacerme cargo de esa dirección.

—¿Dónde va a funcionar el archivo?

—Desde la Subsecretaría de Derechos Humanos se gestionó, a través del organismo del Estado que transfiere inmuebles que están en manos del Estado, la transferencia de un edificio en la calle 55 entre 7 y 8, donde estaba el Destacamento de Inteligencia 101 del Ejército. En ese lugar va a funcionar el Archivo, que actualmente funciona en 56 entre 8 y 9. Su lugar definitivo va a ser este espacio de la memoria, el Destacamento 101 de Inteligencia, porque desde allí se planificó toda la ­inteligencia desde donde se organizaban los asaltos, las redadas, contra quienes se perseguía y se secuestraba. Entonces, desde el punto de vista simbólico, ese lugar es muy ­interesante. Si bien se va a mantener todo lo que es patrimonial de esa casa, se va a ­construir en los fondos un archivo moderno de última tecnología, que está en proceso de licitación.

—¿Cómo va a ser ese archivo? ¿Qué va a tener?

—Tendrá desde un sistema de digitalización apropiado hasta las características constructivas desde el punto de vista de la conservación de los soportes archivísticos del papel, de la película, de la fotografía. Se requiere de materiales ignífugos y herramientas que tengan en cuenta la conservación de las piezas de archivo. En el proyecto se han analizado las construcciones de otros archivos de la Argentina, como el Archivo General de la Nación (AGN), que fue recientemente inaugurado, o la adaptación de un edificio antiguo convertido en un archivo de última generación, como es el caso donde funciona el Archivo Nacional de la Memoria en la ex-ESMA.

—¿Existirá la posibilidad de que cualquiera pueda acceder y que haya un sitio web para realizar consultas?

—Siempre el objetivo es la difusión y que los archivos no sean exclusivos para especialistas e investigadores, sino que sean para los ­sectores más amplios de la población. Todas las herramientas de accesibilidad virtual están dentro de nuestras búsquedas y hacia

dónde vamos, siempre con este material sensible de historia reciente. Siempre hay algunas restricciones que, sobre todo, tienen que ver con la protección de datos personales, pero hay formas para poder acceder. Hay que combinar este equilibrio entre lo que es el acceso a la información y el derecho a conocer la verdad que tiene toda la ­ciudadanía con la protección de los datos ­sensibles.

—¿Habrá trabajos sobre testimonios de detenidos en centros clandestinos?

—Por supuesto. El Archivo de la Memoria es un lugar apto para información producida o documentación producida por los distintos poderes del Estado. Información producida por los organismos de derechos humanos, documentación producida por las militancias, previas a la Dictadura y posteriores también; y por los testimonios que en estos más de 45 años se han producido y se pueden seguir produciendo desde distintos protagonistas que puedan narrar en distintos presentes y con distintas perspectivas sus experiencias.

—¿Va a haber solo material exclusivo de los centros clandestinos de detención de la provincia de Buenos Aires? ¿O también se podrá encontrar material de, por ejemplo, el centro clandestino de detención y desaparición de personas de Córdoba La Perla?

—Más allá de que muchas veces en una documentación, por algún motivo, aparezcan otras jurisdicciones, la idea es dedicarnos a la provincia de Buenos Aires. Justamente porque la Provincia, que no tiene un archivo de la memoria como sí lo tienen Córdoba o Santa Fe o Chubut y Río Negro, es la provincia con más cantidad de hechos propios de la represión, con alrededor del 45% de los desaparecidos de la Argentina. Es la única provincia que recibió en sus costas los cadáveres de los vuelos de la muerte y es la provincia de Buenos Aires la que tiene los cementerios con mayor cantidad de inhumaciones de NN. De las 20 ciudades con más desaparecidos de la República Argentina, 10 están en la provincia de Buenos Aires. Por eso también pensamos fomentar la creación de los archivos locales de memoria en cada municipio. En algunos casos nos encontramos con material al borde de la destrucción, y a la vez pudimos incorporar más de 50 expedientes, que hallamos en los archivos del fuero penal del Departamento Judicial de La Plata, hasta los juicios de lesa humanidad que están en curso.